El fabricante de armas Rheinmetall, el mayor productor de municiones de Europa con sede en Düsseldorf, Alemania, registró un crecimiento sin precedentes en medio de la creciente demanda de equipamiento militar en Europa, impulsada principalmente por la guerra en Ucrania. Según datos presentados por la compañía, las ventas alcanzaron los 9.800 millones de euros (10.600 millones de dólares) en 2022, ayudado por un crecimiento del 30 % en su división de defensa.
La empresa proyecta un incremento adicional en sus ventas de hasta el 40 % para 2025, en un contexto marcado por el compromiso de los líderes europeos de reforzar sus capacidades militares. Este aumento se alinea con un cambio en la política exterior de Estados Unidos bajo la administración del expresidente Donald Trump, quien enfatizó que la defensa de Europa debía ser una prioridad para los mismos países europeos.
El conflicto en Ucrania intensificó la necesidad de armas y municiones, y Rheinmetall respondió rápidamente a esta demanda. La compañía construyó una fábrica en Unterluss, Alemania, en un tiempo récord de solo 13 meses, desafiando los procedimientos administrativos que suelen prolongarse hasta dos años. Además, está invirtiendo en nuevas instalaciones en países como Ucrania, Lituania, Hungría y Rumanía.

La empresa también ha sido un proveedor clave en el suministro de municiones de 155 milímetros a los miembros de la OTAN, además de fabricar equipos militares como camiones blindados, drones y el armamento de tanques Leopard 2. Las acciones de Rheinmetall han subido más del 1.000 % desde la invasión rusa de Ucrania en 2022, y los accionistas recibirán un dividendo de 8,10 euros por acción en 2024, frente a los 5,70 euros de 2023.
En Estados Unidos, un mercado clave calificado por el director ejecutivo Armin Papperger como un "pilar de estabilidad", la filial American Rheinmetall Defense opera ocho fábricas en Reston, Virginia, y otras locaciones. La empresa mantiene operaciones independientes en ese país, permitiendo que el comercio no se vea directamente afectado por los aranceles. Papperger también subrayó que los lazos transatlánticos son esenciales, señalando que ha mantenido conversaciones con líderes del Pentágono y el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.
A pesar del auge militar, la compañía enfrenta desafíos como la posible incertidumbre asociada con un cese al fuego en Ucrania y la aprobación pendiente del presupuesto de defensa en el Parlamento alemán la próxima semana. Además, existen planes para expandirse en Alemania mediante la posible adquisición de fábricas automotrices no utilizadas, como una planta de Volkswagen cerca de Osnabrück. Sin embargo, estos planes dependen de la autorización de más órdenes de armamento por parte del gobierno alemán.
Este cambio en el panorama ha coincidido con el fin del pacifismo tradicional en Alemania. Papperger destaca que muchos ciudadanos alemanes reconocen ahora la necesidad de invertir en defensa para conservar el orden democrático de Europa. A pesar de la controversia, la empresa ha ganado reconocimiento, incluso tras convertirse en patrocinador del Borussia Dortmund, uno de los principales clubes de fútbol del país.
Por otro lado, el crecimiento de Rheinmetall no ha estado exento de riesgos. En 2022, autoridades estadounidenses detectaron un complot ruso para asesinar a Papperger, quien ahora cuenta con un equipo de seguridad equivalente al de la canciller alemana. Este incidente reflejó cómo la creciente relevancia de la compañía la ha convertido en un objetivo en el actual clima geopolítico.
La velocidad con la que Rheinmetall construyó su fábrica en Unterluss rompió récords en Alemania, donde los trámites para obtener permisos suelen demorar hasta dos años. Este logro subraya la escalada del sector militar en medio de la creciente demanda mundial.