El trágico accidente ocurrió el 29 de septiembre de 2024, cuando un helicóptero Huey II de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), con matrícula FAC-4441, se estrelló en el departamento de Vichada. La aeronave estaba llevando a cabo una misión humanitaria de evacuación médica cuando se perdió la comunicación con la tripulación. Horas después, los restos del helicóptero fueron encontrados en la zona rural del municipio de Cumaribo, sin sobrevivientes.
Entre los fallecidos se encontraban un capitán, un subteniente y seis técnicos, sumando un total de ocho militares muertos en el incidente. Este es el cuarto accidente de un helicóptero militar registrado en 2024, elevando a 25 el número de muertes en incidentes aéreos militares en lo que va del año.
Las investigaciones preliminares indican que el mal tiempo pudo haber influido en el accidente, aunque se ha descartado la posibilidad de un ataque. Este accidente ha reavivado las discusiones sobre la seguridad de la flota militar en Colombia. Juana Carolina Londoño, una figura política, ha resaltado la necesidad urgente de modernizar los equipos para evitar futuras tragedias.
En el contexto de los accidentes aéreos en Colombia, se ha identificado que el 62,7% de los incidentes en la Fuerza Pública durante los últimos diez años se deben a fallas humanas, mientras que solo un caso ha sido atribuido a problemas de mantenimiento. En total, se han registrado 43 accidentes aéreos en la Fuerza Pública durante la última década, con un promedio de 4,3 incidentes por año. Cabe señalar que 2015 fue el año con el mayor número de accidentes, con siete casos.
Además, la Fuerza Aérea Colombiana enfrenta desafíos adicionales con su flota de helicópteros. Actualmente, 11 helicópteros rusos están en tierra debido a la falta de renovación del contrato de mantenimiento, afectado por las sanciones de Estados Unidos a Rusia. A pesar de estas dificultades, las autoridades aseguran que el mantenimiento de las aeronaves sigue siendo riguroso y necesario para garantizar su operación segura. El helicóptero Huey II, como el involucrado en el accidente, es una modernización del famoso Bell UH-1, también conocido como "Huey", un modelo ampliamente utilizado por el ejército estadounidense durante la Guerra de Vietnam.