"Quienes están negociando en Bogotá no nos representan", afirman cientos de camioneros independientes, o pequeños transportadores, al explicar sus razones para bloquear carreteras y vías nacionales. Incluso algunos miembros de las asociaciones que participan en la mesa de diálogo con los ministros de Minas y Energía, Transporte, Hacienda e Interior, reconocen esta desconexión.

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Jorge García, líder de la Confederación Colombiana de Transportadores (CCT), señaló que "hay personas que han participado en las protestas bloqueando las vías sin tener conocimiento de temas como el corredor humanitario, que siempre se implementa en estas manifestaciones. Esto ha causado perjuicios a quienes transportan niños, ambulancias, y otros, porque algunos quieren hacerse sentir de manera agresiva".

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A pesar de que el presidente Gustavo Petro ha calificado la situación como un bloqueo empresarial, el paro se ha descontrolado, incluso para quienes suelen organizar este tipo de protestas. Ellos habían advertido que harían un paro si el Gobierno decidía aumentar el precio del diésel al valor real.

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Meses de diálogos se llevaron a cabo antes del incremento del precio del diésel, pero según el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, "ellos simplemente quieren que el precio del diésel se mantenga congelado, y eso no es posible".

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Finalmente, el 30 de agosto, después de más de cuatro años sin cambios, el Gobierno colombiano aumentó el precio del diésel en 1.904 pesos. Este fue el primero de los tres o cuatro incrementos programados para este combustible, que llevaba congelado en 9.456 pesos por galón durante 56 meses.

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Impacto del Aumento del Precio del Diésel

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El Gobierno justificó el aumento del precio del diésel argumentando que es necesario equilibrar las finanzas del país. Durante los últimos cuatro años, el Estado ha gastado 105 billones de pesos para cubrir el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), y se proyecta un déficit adicional de 12 billones para este año. Mantener el precio del diésel por debajo del precio de referencia, incluso por debajo de la gasolina, ha tenido un alto costo.

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Este ajuste ha sido una de las principales causas del paro, ya que el diésel representa el 40% de los costos operativos para los transportadores, y con el aumento de 2.000 pesos por galón, ese porcentaje subirá al 48%. Una tractomula que recorre el trayecto Bogotá-Cartagena utiliza en promedio 150 galones de combustible, lo que representa un incremento de 300.000 pesos por viaje, o 600.000 pesos en un viaje de ida y vuelta. Si un camionero realiza tres o cuatro viajes al mes, esto equivale a un gasto adicional de 1.800.000 pesos.

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Arnulfo Cuervo, vicepresidente de la Federación de Empresarios del Transporte de Carga (Fedetranscarga), afirma que los camioneros producen en promedio 5 millones de pesos al mes, pero de esta cifra deben descontarse los costos de combustible, mantenimiento y otros gastos operativos. "Los transportadores no están haciendo paro por capricho, están siendo afectados seriamente", afirmó Cuervo.

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Más Inconformidades de los Transportadores

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Además del precio del diésel, el paro ha sacado a la luz otras inconformidades del sector transportador. En Colombia, hay 650.000 propietarios de camiones, buses o volquetas, de los cuales el 80% posee solo un vehículo. La desaceleración económica y la caída en sectores como el comercio y la industria han reducido la carga que se transporta, lo que ha incrementado las dificultades para los pequeños transportadores.

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Las asociaciones de transportadores han presentado un pliego de 13 peticiones, que incluyen la derogación del decreto que incrementó el precio del combustible, la creación de un régimen laboral para los transportadores, la mejora en el Sistema de Información de Costos Eficientes para el Transporte Automotor de Carga (Sicetac), y una ley de peajes. También solicitan el regreso del modelo "uno a uno", que exige la chatarrización de un vehículo antiguo por cada nuevo que entra en el mercado, para estabilizar la oferta y la demanda en el sector.

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García, líder de la CCT, denunció que el decreto que reglamenta el Sicetac tiene "micos" que permiten a las empresas imponer condiciones desfavorables a los transportadores. "Cuando firmamos una planilla, estamos aceptando esas condiciones y eso no nos garantiza el ingreso adecuado", afirmó.

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A estas inconformidades se suman las quejas por el mal estado de las vías en diversas regiones del país, lo que dificulta que una negociación centralizada en Bogotá resuelva rápidamente el conflicto del paro camionero.