Durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, el canciller alemán Olaf Scholz protagonizó un momento clave al criticar enérgicamente las declaraciones del vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance. El evento, que tuvo lugar el 15 de febrero de 2025, giró en buena medida en torno a las tensiones entre la democracia alemana y las declaraciones de apoyo de Vance hacia el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
Vance señaló que las democracias europeas gestionan de forma deficiente el auge de la radicalización y argumentó que la amenaza más significativa para Europa no era Rusia, sino las supuestas acciones "antidemocráticas" que, según él, limitan la libertad de expresión. En esa línea, sorprendió a los asistentes al expresar su respaldo a AfD, un partido conocido por sus posturas controvertidas en Alemania, que incluyen la trivialización de los crímenes del régimen nazi.
Scholz fue tajante al rechazar la interferencia externa en los procesos democráticos alemanes, enfatizando que corresponde únicamente al pueblo alemán decidir el futuro del país. Su afirmación, “Nos corresponde a nosotros decidir hacia dónde van nuestras democracias”, recibió robustos aplausos y subrayó la postura alemana de defender su soberanía frente a influencias extranjeras.
En su intervención, Scholz se refirió a las próximas elecciones de Alemania, programadas para el 23 de febrero de 2025, y destacó que su partido, los socialdemócratas (SPD), enfrenta desafíos en las encuestas, ocupando la tercera posición detrás de la CDU/CSU (Unión Demócrata Cristiana y Unión Social Cristiana) y AfD. Asimismo, criticó duramente a la ultraderecha alemana por minimizar los horrores del nazismo, recordando el compromiso fundamental del "nunca más" en la historia del país.
El canciller aprovechó para mencionar la reciente visita de J.D. Vance a Dachau, el campo de concentración nazi convertido en memorial. Scholz afirmó que resulta incompatible respaldar un modelo de “nunca más” mientras se apoya a un partido que glorifica el pasado nazi. Además, empleó un tono sarcástico al preguntar si las declaraciones de Vance en la conferencia aportaron algo relevante sobre los problemas cruciales de seguridad en Europa. Dachau, mencionado en el discurso de Scholz, fue el primer campo de concentración nazi abierto en 1933, y su preservación como memorial representa un símbolo del compromiso de Alemania con su responsabilidad histórica.
De forma paralela, el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, y el ministro de Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, reforzaron la postura de Scholz. Ambos defendieron firmemente la autonomía de Europa para crear y gestionar sus modelos democráticos, al mismo tiempo que subrayaron la importancia de proteger la libertad de expresión y evitar que potencias extranjeras influyan en sus políticas.
Este intercambio sucede en un contexto político delicado para Alemania, donde las tensiones internas se combinan con debates globales sobre democracia, extremismos y seguridad. La controversia en torno al apoyo de Vance a AfD añade una dimensión internacional al ya de por sí complejo panorama electoral del país.