Los índices bursátiles de todo el mundo cerraron a la baja en una jornada caracterizada por la caída de las principales acciones tecnológicas y el aumento de la incertidumbre económica. En Wall Street, el Nasdaq finalizó con una pérdida del 4%, destacando los fuertes retrocesos de gigantes tecnológicos como Tesla (-15,4%), Apple (-4,8%), Alphabet (Google) (-4,4%), Nvidia (-5%), Microsoft (-3,3%) y Amazon (-2,4%). El S&P 500, por su parte, sufrió una disminución de 2,7%.
En Europa, los mercados tampoco escaparon a la tendencia bajista. El Ibex 35 cayó un 1,32%, aproximándose a la marca de los 13.000 puntos. Asimismo, el DAX alemán retrocedió un 1,69%, mientras que el CAC francés y el MIB italiano descendieron un 0,9% cada uno.
Uno de los principales detonantes de esta agitación bursátil ha sido la postura política de Donald Trump, quien, al no descartar un “periodo de transición” para la economía estadounidense, aumentó los temores de recesión. Este discurso, combinado con las políticas comerciales del presidente, ha generado incertidumbre en los mercados. Las tarifas del 25% impuestas a varias importaciones han afectado tanto a empresas locales como a consumidores, resultando en un alza de precios y una disminución significativa en las inversiones empresariales.
Según un informe de JP Morgan, el riesgo de recesión en Estados Unidos se ha incrementado al 40% frente al 30% anterior, mientras que Goldman Sachs ajustó sus probabilidades del 15% al 20%. La desconfianza también se ha visto potenciada por los recientes datos económicos que muestran signos de desaceleración. Se registró un déficit récord de $131 mil millones en la balanza comercial de enero, acompañado de una inesperada caída en el gasto del consumidor y una desaceleración en la creación de empleo que ha impactado negativamente la confianza.
Esta combinación de factores también ha influido en los índices de volatilidad y los rendimientos en deuda soberana. El VIX, conocido como el indicador del miedo en los mercados, aumentó un 19,2%, sugiriendo mayor volatilidad en las próximas semanas. Por su parte, los rendimientos de la deuda estadounidense a 10 años bajaron al 4,233%.
Las proyecciones económicas siguen siendo motivo de preocupación. La Reserva Federal de Atlanta ha pronosticado una contracción del 2,4% del producto interno bruto estadounidense para el primer trimestre de 2025. Sin embargo, algunos analistas se han mostrado más optimistas, apuntando a la resiliencia de la economía de Estados Unidos y argumentando que la nación podría evitar una recesión técnica.
Ante esta coyuntura, el impacto de las tarifas impuestas por Trump sigue siendo tema de debate. Aunque la administración buscó tranquilizar a los inversores, la falta de claridad y continuidad en las políticas comerciales ha intensificado la congelación de nuevas inversiones empresariales. En el mercado persiste el nerviosismo, y las acciones de las empresas tecnológicas continúan bajo presión.