El 12 de febrero de 2025, Bruselas fue el escenario de una reunión de alto nivel que marcó un firme paso hacia la consolidación de las relaciones entre la Unión Europea (UE) y Canadá en el ámbito comercial. Encabezada por el primer ministro canadiense, Justin Trudeau; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, la cumbre tuvo como principal objetivo hacer frente a las tensiones comerciales generadas por las recientes medidas de la administración de Donald Trump.
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El contexto que motivó este encuentro se centra en los aranceles del 25% que el gobierno estadounidense impuso al acero y al aluminio importados desde varias regiones, incluidos los Estados miembros de la UE y Canadá. Canadá, que destina un significativo 58% de sus exportaciones de aluminio a Estados Unidos, se ve particularmente afectado por esta decisión. Mientras tanto, el bloque europeo debate su reacción frente a estas medidas, con varios Estados miembros solicitando a la Comisión Europea prepararse para reinstaurar aranceles a productos icónicos estadounidenses como el zumo de naranja, las motos Harley-Davidson y el bourbon. Cabe recordar que estos aranceles, previamente congelados durante la administración Biden, podrían reinstaurarse una vez que venza la actual suspensión el 31 de marzo de 2025.
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Durante la reunión, Von der Leyen subrayó la relevancia del Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA) entre Canadá y la UE. Este pacto, vigente desde 2017, ha registrado un incremento del comercio bilateral superior al 60%, además de generar miles de empleos, según datos recientes. Otra contribución notable en su alianza es la asociación en materias primas esenciales establecida en 2021, con el propósito de fortalecer la cooperación estratégica en este ámbito.
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Por su parte, el encuentro reflejó la voluntad de ambas partes de promover un sistema multilateral basado en normas y de defender la soberanía frente a desafíos comerciales y geopolíticos. Un gesto simbólico, pero contundente, fue la representación conjunta de Trudeau, Von der Leyen y António Costa, un claro mensaje dirigido a Washington en un momento crítico.
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Adicionalmente, los ministros de Comercio de los Estados miembros de la UE han solicitado a la Comisión Europea trabajar estrechamente con las capitales nacionales y mantener canales abiertos con la administración Trump. De hecho, Bruselas ya realizó un primer acercamiento con el vicepresidente J. D. Vance el pasado 11 de febrero, reafirmando su preferencia por el diálogo y la negociación como herramienta principal para resolver el conflicto comercial.
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Mientras tanto, la UE sigue buscando diversificar sus relaciones económicas. Recientemente, se han concretado acuerdos cruciales con Mercosur, se renovó el acuerdo comercial con México y explora nuevas oportunidades en mercados emergentes como la India.
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El mensaje central de Bruselas y Ottawa se alinea en rechazar el proteccionismo y reforzar la cooperación internacional. El liderazgo compartido y los resultados sólidos de acuerdos comerciales pasados se utilizan como ejemplo de los beneficios de trabajar en conjunto para superar las disputas económicas.