Ciencia

Higiene extrema en la Estación Espacial Internacional podría perjudicar la salud de los astronautas

Un estudio liderado por investigadores de la Universidad de California en San Diego sugiere que la estricta limpieza en la Estación Espacial Internacional (ISS) reduce la diversidad microbiana, lo que podría estar afectando la salud de los astronautas al provocar disfunción inmunológica y otras afecciones inflamatorias.

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Higiene extrema en la Estación Espacial Internacional podría perjudicar la salud de los astronautas

Un estudio liderado por investigadores de la Universidad de California en San Diego sugiere que la estricta limpieza en la Estación Espacial Internacional (ISS) reduce la diversidad microbiana, lo que podría estar afectando la salud de los astronautas al provocar disfunción inmunológica y otras afecciones inflamatorias.

“Un ambiente demasiado limpio puede contradecir la salud humana al limitar nuestra exposición a microbios beneficiosos”

— Explicó Rodolfo A. Salido, coautor del estudio.

6/3/2025

Un reciente estudio publicado en la revista Cell ha puesto en evidencia un problema inesperado en la Estación Espacial Internacional (ISS): la estricta limpieza del entorno está afectando negativamente la salud de los astronautas. Un equipo internacional de investigadores liderado por Rodolfo A. Salido y Haoqi Nina Zhao de la Universidad de California en San Diego (UCSD) analizó 803 superficies en la ISS, una muestra 100 veces mayor que la de estudios previos, y concluyó que la reducida diversidad microbiana del entorno podría desencadenar disfunción inmunológica, erupciones cutáneas y otras enfermedades inflamatorias.

Los científicos encontraron que el microbioma presente en la ISS es mucho menos diverso que el de los entornos construidos en la Tierra. Mientras que en nuestro planeta los microorganismos ambientales del suelo y el agua son comunes, estos están prácticamente ausentes en la estación espacial. La mayor parte de los microbios detectados en la ISS son de origen humano, introducidos por las células de piel de los astronautas, y se caracterizaron 10,892 unidades taxonómicas operativas (sOTUs) junto a 440 especies gracias a la agrupación de datos con bases de referencia.

Por otro lado, el ambiente extremadamente limpio de la ISS también se caracteriza por la presencia predominante de productos químicos. En el estudio se identificaron 10,961 características moleculares, de las cuales alrededor del 3% fueron anotadas. Productos desinfectantes se encontraron en todas las superficies analizadas, lo que, según los investigadores, afecta directamente la diversidad microbiana. Este hallazgo refuerza la hipótesis de la higiene, que sostiene que la falta de exposición a ciertos microorganismos puede desencadenar afecciones inflamatorias y comprometer la respuesta inmunológica.

Las áreas analizadas mostraron diferencias significativas en los tipos de microbios presentes. Las superficies del inodoro contenían microorganismos relacionados con la orina y las heces, mientras que las zonas de preparación de alimentos presentaron comunidades microbianas diferentes, sin los beneficios de la diversidad que podría encontrarse en la Tierra.

El estudio, publicado el 27 de febrero de 2025, ha sido el resultado de una colaboración entre la Universidad de Denver, el Centro de Inmunología Mucosal de la Universidad de Chiba, el Grupo de Protección Planetaria de la NASA y otros institutos de investigación. Los resultados subrayan la necesidad de reevaluar las estrategias de limpieza y manejo microbiano en entornos espaciales, dado que reducir la diversidad microbiana en exceso podría estar perjudicando más de lo que protege.

Los autores sugieren introducir intencionadamente comunidades microbianas diversas en ambientes espaciales futuros para incrementar la similitud con las condiciones naturales de la Tierra y mejorar así la salud de los astronautas. Este enfoque podría representar un cambio significativo en el diseño de estaciones espaciales o bases para misiones a largo plazo.

Las implicaciones de estos hallazgos son profundas, ya que destacan la importancia de encontrar un equilibrio adecuado entre la asepsia necesaria para evitar infecciones graves y la exposición a ciertos microbios que contribuyen al funcionamiento óptimo del sistema inmunológico.

La ISS es un entorno completamente cerrado que depende de sistemas artificiales para sustentar la vida. En ausencia de interacción con ecosistemas naturales, la flora microbiana de los astronautas puede ser el único aporte biológico al ambiente, lo que conduce a una monocultura microbiana única en su tipo.

Algo Curioso

“Un ambiente demasiado limpio puede contradecir la salud humana al limitar nuestra exposición a microbios beneficiosos”

— Explicó Rodolfo A. Salido, coautor del estudio.

Mar 6, 2025
Colglobal News

Un reciente estudio publicado en la revista Cell ha puesto en evidencia un problema inesperado en la Estación Espacial Internacional (ISS): la estricta limpieza del entorno está afectando negativamente la salud de los astronautas. Un equipo internacional de investigadores liderado por Rodolfo A. Salido y Haoqi Nina Zhao de la Universidad de California en San Diego (UCSD) analizó 803 superficies en la ISS, una muestra 100 veces mayor que la de estudios previos, y concluyó que la reducida diversidad microbiana del entorno podría desencadenar disfunción inmunológica, erupciones cutáneas y otras enfermedades inflamatorias.

Los científicos encontraron que el microbioma presente en la ISS es mucho menos diverso que el de los entornos construidos en la Tierra. Mientras que en nuestro planeta los microorganismos ambientales del suelo y el agua son comunes, estos están prácticamente ausentes en la estación espacial. La mayor parte de los microbios detectados en la ISS son de origen humano, introducidos por las células de piel de los astronautas, y se caracterizaron 10,892 unidades taxonómicas operativas (sOTUs) junto a 440 especies gracias a la agrupación de datos con bases de referencia.

Por otro lado, el ambiente extremadamente limpio de la ISS también se caracteriza por la presencia predominante de productos químicos. En el estudio se identificaron 10,961 características moleculares, de las cuales alrededor del 3% fueron anotadas. Productos desinfectantes se encontraron en todas las superficies analizadas, lo que, según los investigadores, afecta directamente la diversidad microbiana. Este hallazgo refuerza la hipótesis de la higiene, que sostiene que la falta de exposición a ciertos microorganismos puede desencadenar afecciones inflamatorias y comprometer la respuesta inmunológica.

Las áreas analizadas mostraron diferencias significativas en los tipos de microbios presentes. Las superficies del inodoro contenían microorganismos relacionados con la orina y las heces, mientras que las zonas de preparación de alimentos presentaron comunidades microbianas diferentes, sin los beneficios de la diversidad que podría encontrarse en la Tierra.

El estudio, publicado el 27 de febrero de 2025, ha sido el resultado de una colaboración entre la Universidad de Denver, el Centro de Inmunología Mucosal de la Universidad de Chiba, el Grupo de Protección Planetaria de la NASA y otros institutos de investigación. Los resultados subrayan la necesidad de reevaluar las estrategias de limpieza y manejo microbiano en entornos espaciales, dado que reducir la diversidad microbiana en exceso podría estar perjudicando más de lo que protege.

Los autores sugieren introducir intencionadamente comunidades microbianas diversas en ambientes espaciales futuros para incrementar la similitud con las condiciones naturales de la Tierra y mejorar así la salud de los astronautas. Este enfoque podría representar un cambio significativo en el diseño de estaciones espaciales o bases para misiones a largo plazo.

Las implicaciones de estos hallazgos son profundas, ya que destacan la importancia de encontrar un equilibrio adecuado entre la asepsia necesaria para evitar infecciones graves y la exposición a ciertos microbios que contribuyen al funcionamiento óptimo del sistema inmunológico.

La ISS es un entorno completamente cerrado que depende de sistemas artificiales para sustentar la vida. En ausencia de interacción con ecosistemas naturales, la flora microbiana de los astronautas puede ser el único aporte biológico al ambiente, lo que conduce a una monocultura microbiana única en su tipo.

Un reciente estudio publicado en la revista Cell ha puesto en evidencia un problema inesperado en la Estación Espacial Internacional (ISS): la estricta limpieza del entorno está afectando negativamente la salud de los astronautas. Un equipo internacional de investigadores liderado por Rodolfo A. Salido y Haoqi Nina Zhao de la Universidad de California en San Diego (UCSD) analizó 803 superficies en la ISS, una muestra 100 veces mayor que la de estudios previos, y concluyó que la reducida diversidad microbiana del entorno podría desencadenar disfunción inmunológica, erupciones cutáneas y otras enfermedades inflamatorias.

Los científicos encontraron que el microbioma presente en la ISS es mucho menos diverso que el de los entornos construidos en la Tierra. Mientras que en nuestro planeta los microorganismos ambientales del suelo y el agua son comunes, estos están prácticamente ausentes en la estación espacial. La mayor parte de los microbios detectados en la ISS son de origen humano, introducidos por las células de piel de los astronautas, y se caracterizaron 10,892 unidades taxonómicas operativas (sOTUs) junto a 440 especies gracias a la agrupación de datos con bases de referencia.

Por otro lado, el ambiente extremadamente limpio de la ISS también se caracteriza por la presencia predominante de productos químicos. En el estudio se identificaron 10,961 características moleculares, de las cuales alrededor del 3% fueron anotadas. Productos desinfectantes se encontraron en todas las superficies analizadas, lo que, según los investigadores, afecta directamente la diversidad microbiana. Este hallazgo refuerza la hipótesis de la higiene, que sostiene que la falta de exposición a ciertos microorganismos puede desencadenar afecciones inflamatorias y comprometer la respuesta inmunológica.

Las áreas analizadas mostraron diferencias significativas en los tipos de microbios presentes. Las superficies del inodoro contenían microorganismos relacionados con la orina y las heces, mientras que las zonas de preparación de alimentos presentaron comunidades microbianas diferentes, sin los beneficios de la diversidad que podría encontrarse en la Tierra.

El estudio, publicado el 27 de febrero de 2025, ha sido el resultado de una colaboración entre la Universidad de Denver, el Centro de Inmunología Mucosal de la Universidad de Chiba, el Grupo de Protección Planetaria de la NASA y otros institutos de investigación. Los resultados subrayan la necesidad de reevaluar las estrategias de limpieza y manejo microbiano en entornos espaciales, dado que reducir la diversidad microbiana en exceso podría estar perjudicando más de lo que protege.

Los autores sugieren introducir intencionadamente comunidades microbianas diversas en ambientes espaciales futuros para incrementar la similitud con las condiciones naturales de la Tierra y mejorar así la salud de los astronautas. Este enfoque podría representar un cambio significativo en el diseño de estaciones espaciales o bases para misiones a largo plazo.

Las implicaciones de estos hallazgos son profundas, ya que destacan la importancia de encontrar un equilibrio adecuado entre la asepsia necesaria para evitar infecciones graves y la exposición a ciertos microbios que contribuyen al funcionamiento óptimo del sistema inmunológico.

La ISS es un entorno completamente cerrado que depende de sistemas artificiales para sustentar la vida. En ausencia de interacción con ecosistemas naturales, la flora microbiana de los astronautas puede ser el único aporte biológico al ambiente, lo que conduce a una monocultura microbiana única en su tipo.

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