Tecnología

Las mafias del cibercrimen esclavizan a más de 250.000 personas para cometer fraudes a nivel mundial

El cibercrimen mundial opera con un ejército clandestino de más de 250,000 personas esclavizadas, obligadas a realizar estafas mediante torturas, extorsiones y coerción, particularmente en el Triángulo Dorado, abarcando países como Myanmar, Laos y Tailandia, según cifras confirmadas por la ONU.

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Las mafias del cibercrimen esclavizan a más de 250.000 personas para cometer fraudes a nivel mundial

El cibercrimen mundial opera con un ejército clandestino de más de 250,000 personas esclavizadas, obligadas a realizar estafas mediante torturas, extorsiones y coerción, particularmente en el Triángulo Dorado, abarcando países como Myanmar, Laos y Tailandia, según cifras confirmadas por la ONU.

“Estamos ante una epidemia del fraude a escala masiva y mundial”

– Afirmó Jürgen Stock, exsecretario general de Interpol.

8/3/2025

Las mafias del cibercrimen han consolidado un modelo de explotación masiva que incluye a más de 250,000 personas esclavizadas, según datos de la oficina de Derechos Humanos de la ONU. Estos individuos, reclutados bajo engaños en al menos 22 países, son forzados a trabajar en condiciones abusivas y bajo constantes amenazas para realizar ciberestafas que generan enormes perjuicios económicos. A nivel global, se estima que el cibercrimen costará 10.5 billones de dólares anuales para el año 2025, con un incremento del 15% anual en los costos relacionados.

El Triángulo Dorado, conformado por Myanmar, Laos y Tailandia, ha emergido como uno de los principales epicentros de esta actividad ilícita, donde las víctimas son retenidas en condiciones deplorables. Según un informe publicado por USAID, al menos 150,000 personas son explotadas en esta región, aunque las cifras de la ONU superan las 250,000.

Los métodos de reclutamiento suelen iniciar con atractivas ofertas de empleo, como sucedió con Mohammed Arshad, un hombre indio de 34 años, quien fue convencido de viajar a Laos con la promesa de un buen empleo. Al llegar, las mafias le confiscaron su pasaporte y le exigieron un rescate de 100,000 euros para liberarlo o, alternativamente, trabajar de forma esclava durante un año. Durante su cautiverio, Arshad fue testigo de torturas y violaciones que evidencian los niveles de violencia utilizados por estas organizaciones. Finalmente, logró contactar a la embajada india y fue liberado el 2 de junio de 2024. Similar fue el caso de Neel Vijay, un joven de 21 años, quien fue liberado tras el pago de un rescate de 7,000 euros, tras ser forzado a trabajar más de 15 horas diarias en condiciones degradantes.

La operación de estas mafias implica el uso de métodos brutales para mantener el control sobre las víctimas. Las torturas incluyen descargas eléctricas y violencia física, y las mujeres son frecuentemente forzadas a ejercer en la industria del sexo. Además, las víctimas son mantenidas bajo estricta vigilancia, con restricciones severas a su libertad y alimentación insuficiente.

Un reciente esfuerzo internacional ha permitido la liberación de miles de estas personas. En febrero de 2025, una operación en Myanmar identificó a un gran número de esclavos, y Tailandia logró gestionar la repatriación de 7,000 de ellos. Operativos como la operación Serengueti, finalizada en 2024, han marcado hitos relevantes en la lucha contra el cibercrimen. Este operativo derivó en 1,006 arrestos relacionados con ciberfraudes que ocasionaron pérdidas económicas por más de 185 millones de euros y perjudicaron a 35,000 víctimas.

Los expertos advierten sobre las principales técnicas utilizadas en estas estafas, entre las cuales destacan la suplantación de identidad, fraudes de inversión y los ataques de Business Email Compromise (BEC). Estas actividades delictivas se ven intensificadas por el uso de tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial y los deepfakes. Ling Li, investigadora de la Universidad Ca’ Foscari, resalta que muchos ingresan de forma voluntaria a estas actividades ilícitas engañados por las promesas de empleo, solo para quedar atrapados en una red de explotación.

Camboya, por ejemplo, alberga más de 250 sitios de operación cibercriminal. Según los criminólogos Jack Whittaker y Suleman Lazarus, muchos de los reclutados son empleados inicialmente en falsas ofertas relacionadas con casinos y luego son encerrados, obligados a trabajar jornadas que llegan hasta las 17 horas al día.

Ante estas amenazas generalizadas, Interpol y diversas organizaciones recomiendan tomar medidas para prevenir ser víctima de estas estafas, como desconfiar de comunicaciones no solicitadas, verificar la identidad de los emisores y reforzar la seguridad digital mediante contraseñas robustas y autenticación en dos pasos. A pesar de los esfuerzos internacionales, el desafío persiste ya que cientos de personas permanecen desaparecidas en estas zonas, habiendo ingresado con visas de turistas.

La operación Serengueti logró no solo la detención de 1,006 individuos involucrados en ciberfraudes, sino que también expuso que las pérdidas globales por estas actividades llegaron a afectar a más de 35,000 víctimas, reflejando el alcance y sofisticación de estas redes.

Algo Curioso

“Estamos ante una epidemia del fraude a escala masiva y mundial”

– Afirmó Jürgen Stock, exsecretario general de Interpol.

Mar 8, 2025
Colglobal News

Las mafias del cibercrimen han consolidado un modelo de explotación masiva que incluye a más de 250,000 personas esclavizadas, según datos de la oficina de Derechos Humanos de la ONU. Estos individuos, reclutados bajo engaños en al menos 22 países, son forzados a trabajar en condiciones abusivas y bajo constantes amenazas para realizar ciberestafas que generan enormes perjuicios económicos. A nivel global, se estima que el cibercrimen costará 10.5 billones de dólares anuales para el año 2025, con un incremento del 15% anual en los costos relacionados.

El Triángulo Dorado, conformado por Myanmar, Laos y Tailandia, ha emergido como uno de los principales epicentros de esta actividad ilícita, donde las víctimas son retenidas en condiciones deplorables. Según un informe publicado por USAID, al menos 150,000 personas son explotadas en esta región, aunque las cifras de la ONU superan las 250,000.

Los métodos de reclutamiento suelen iniciar con atractivas ofertas de empleo, como sucedió con Mohammed Arshad, un hombre indio de 34 años, quien fue convencido de viajar a Laos con la promesa de un buen empleo. Al llegar, las mafias le confiscaron su pasaporte y le exigieron un rescate de 100,000 euros para liberarlo o, alternativamente, trabajar de forma esclava durante un año. Durante su cautiverio, Arshad fue testigo de torturas y violaciones que evidencian los niveles de violencia utilizados por estas organizaciones. Finalmente, logró contactar a la embajada india y fue liberado el 2 de junio de 2024. Similar fue el caso de Neel Vijay, un joven de 21 años, quien fue liberado tras el pago de un rescate de 7,000 euros, tras ser forzado a trabajar más de 15 horas diarias en condiciones degradantes.

La operación de estas mafias implica el uso de métodos brutales para mantener el control sobre las víctimas. Las torturas incluyen descargas eléctricas y violencia física, y las mujeres son frecuentemente forzadas a ejercer en la industria del sexo. Además, las víctimas son mantenidas bajo estricta vigilancia, con restricciones severas a su libertad y alimentación insuficiente.

Un reciente esfuerzo internacional ha permitido la liberación de miles de estas personas. En febrero de 2025, una operación en Myanmar identificó a un gran número de esclavos, y Tailandia logró gestionar la repatriación de 7,000 de ellos. Operativos como la operación Serengueti, finalizada en 2024, han marcado hitos relevantes en la lucha contra el cibercrimen. Este operativo derivó en 1,006 arrestos relacionados con ciberfraudes que ocasionaron pérdidas económicas por más de 185 millones de euros y perjudicaron a 35,000 víctimas.

Los expertos advierten sobre las principales técnicas utilizadas en estas estafas, entre las cuales destacan la suplantación de identidad, fraudes de inversión y los ataques de Business Email Compromise (BEC). Estas actividades delictivas se ven intensificadas por el uso de tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial y los deepfakes. Ling Li, investigadora de la Universidad Ca’ Foscari, resalta que muchos ingresan de forma voluntaria a estas actividades ilícitas engañados por las promesas de empleo, solo para quedar atrapados en una red de explotación.

Camboya, por ejemplo, alberga más de 250 sitios de operación cibercriminal. Según los criminólogos Jack Whittaker y Suleman Lazarus, muchos de los reclutados son empleados inicialmente en falsas ofertas relacionadas con casinos y luego son encerrados, obligados a trabajar jornadas que llegan hasta las 17 horas al día.

Ante estas amenazas generalizadas, Interpol y diversas organizaciones recomiendan tomar medidas para prevenir ser víctima de estas estafas, como desconfiar de comunicaciones no solicitadas, verificar la identidad de los emisores y reforzar la seguridad digital mediante contraseñas robustas y autenticación en dos pasos. A pesar de los esfuerzos internacionales, el desafío persiste ya que cientos de personas permanecen desaparecidas en estas zonas, habiendo ingresado con visas de turistas.

La operación Serengueti logró no solo la detención de 1,006 individuos involucrados en ciberfraudes, sino que también expuso que las pérdidas globales por estas actividades llegaron a afectar a más de 35,000 víctimas, reflejando el alcance y sofisticación de estas redes.

Las mafias del cibercrimen han consolidado un modelo de explotación masiva que incluye a más de 250,000 personas esclavizadas, según datos de la oficina de Derechos Humanos de la ONU. Estos individuos, reclutados bajo engaños en al menos 22 países, son forzados a trabajar en condiciones abusivas y bajo constantes amenazas para realizar ciberestafas que generan enormes perjuicios económicos. A nivel global, se estima que el cibercrimen costará 10.5 billones de dólares anuales para el año 2025, con un incremento del 15% anual en los costos relacionados.

El Triángulo Dorado, conformado por Myanmar, Laos y Tailandia, ha emergido como uno de los principales epicentros de esta actividad ilícita, donde las víctimas son retenidas en condiciones deplorables. Según un informe publicado por USAID, al menos 150,000 personas son explotadas en esta región, aunque las cifras de la ONU superan las 250,000.

Los métodos de reclutamiento suelen iniciar con atractivas ofertas de empleo, como sucedió con Mohammed Arshad, un hombre indio de 34 años, quien fue convencido de viajar a Laos con la promesa de un buen empleo. Al llegar, las mafias le confiscaron su pasaporte y le exigieron un rescate de 100,000 euros para liberarlo o, alternativamente, trabajar de forma esclava durante un año. Durante su cautiverio, Arshad fue testigo de torturas y violaciones que evidencian los niveles de violencia utilizados por estas organizaciones. Finalmente, logró contactar a la embajada india y fue liberado el 2 de junio de 2024. Similar fue el caso de Neel Vijay, un joven de 21 años, quien fue liberado tras el pago de un rescate de 7,000 euros, tras ser forzado a trabajar más de 15 horas diarias en condiciones degradantes.

La operación de estas mafias implica el uso de métodos brutales para mantener el control sobre las víctimas. Las torturas incluyen descargas eléctricas y violencia física, y las mujeres son frecuentemente forzadas a ejercer en la industria del sexo. Además, las víctimas son mantenidas bajo estricta vigilancia, con restricciones severas a su libertad y alimentación insuficiente.

Un reciente esfuerzo internacional ha permitido la liberación de miles de estas personas. En febrero de 2025, una operación en Myanmar identificó a un gran número de esclavos, y Tailandia logró gestionar la repatriación de 7,000 de ellos. Operativos como la operación Serengueti, finalizada en 2024, han marcado hitos relevantes en la lucha contra el cibercrimen. Este operativo derivó en 1,006 arrestos relacionados con ciberfraudes que ocasionaron pérdidas económicas por más de 185 millones de euros y perjudicaron a 35,000 víctimas.

Los expertos advierten sobre las principales técnicas utilizadas en estas estafas, entre las cuales destacan la suplantación de identidad, fraudes de inversión y los ataques de Business Email Compromise (BEC). Estas actividades delictivas se ven intensificadas por el uso de tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial y los deepfakes. Ling Li, investigadora de la Universidad Ca’ Foscari, resalta que muchos ingresan de forma voluntaria a estas actividades ilícitas engañados por las promesas de empleo, solo para quedar atrapados en una red de explotación.

Camboya, por ejemplo, alberga más de 250 sitios de operación cibercriminal. Según los criminólogos Jack Whittaker y Suleman Lazarus, muchos de los reclutados son empleados inicialmente en falsas ofertas relacionadas con casinos y luego son encerrados, obligados a trabajar jornadas que llegan hasta las 17 horas al día.

Ante estas amenazas generalizadas, Interpol y diversas organizaciones recomiendan tomar medidas para prevenir ser víctima de estas estafas, como desconfiar de comunicaciones no solicitadas, verificar la identidad de los emisores y reforzar la seguridad digital mediante contraseñas robustas y autenticación en dos pasos. A pesar de los esfuerzos internacionales, el desafío persiste ya que cientos de personas permanecen desaparecidas en estas zonas, habiendo ingresado con visas de turistas.

La operación Serengueti logró no solo la detención de 1,006 individuos involucrados en ciberfraudes, sino que también expuso que las pérdidas globales por estas actividades llegaron a afectar a más de 35,000 víctimas, reflejando el alcance y sofisticación de estas redes.

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