EconomÍa

Escalada de tensiones comerciales: China, México, Canadá y EE.UU. intensifican aranceles

La guerra comercial entre EE.UU., China, Canadá y México se profundiza en marzo de 2025 con la imposición recíproca de aranceles que afectan sectores clave como la agricultura, la industria y el comercio internacional. Las tensiones económicas surgen en un contexto de alta inflación con impactos significativos para las economías involucradas.

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Escalada de tensiones comerciales: China, México, Canadá y EE.UU. intensifican aranceles

La guerra comercial entre EE.UU., China, Canadá y México se profundiza en marzo de 2025 con la imposición recíproca de aranceles que afectan sectores clave como la agricultura, la industria y el comercio internacional. Las tensiones económicas surgen en un contexto de alta inflación con impactos significativos para las economías involucradas.

“Estas medidas son una respuesta directa a las políticas arancelarias estadounidenses y buscan proteger nuestra seguridad nacional y los intereses económicos de China”

– Declararon representantes del Ministerio de Comercio de China.

4/3/2025

La escalada en la guerra comercial internacional registró un nuevo capítulo en marzo de 2025, con una serie de medidas arancelarias entre las principales potencias económicas de América del Norte y Asia. Estados Unidos, liderado por el presidente Donald Trump, ha anunciado un aumento del 25% en los aranceles a las importaciones provenientes de México y Canadá, junto con una duplicación de los aranceles sobre todos los productos chinos, que pasan del 10% al 20%. Estas políticas forman parte de una serie de iniciativas controversiales justificadas oficialmente como esfuerzos para combatir el tráfico de fentanilo, aunque han generado críticas por sus posibles efectos adversos en la economía.

Las respuestas no se han hecho esperar. China, que ya aplicaba un rango de aranceles de entre el 10% y el 25% a productos agrícolas estadounidenses, ha decidido implementar nuevos aranceles adicionales a partir del 10 de marzo de 2025. Entre las nuevas medidas, destacan un 15% adicional sobre productos como pollo, trigo, maíz y algodón, así como un 10% sobre sorgo, soja, carne de cerdo y de vacuno, productos del mar, frutas, verduras y lácteos. Además, como parte de una política más amplia para restringir las operaciones comerciales con Estados Unidos, China ha incluido a 15 empresas estadounidenses en su lista de control de exportaciones y a 10 más en la lista de entidades no fiables, limitando severamente su capacidad para operar en el mercado chino.

La relación comercial entre EE.UU. y China había mostrado signos de debilitamiento desde el inicio de la guerra comercial, y en 2024 Estados Unidos exportó 24.7 mil millones de dólares en productos agrícolas a China, lo que representó un 14% de sus exportaciones agrícolas totales. Los nuevos aranceles chinos imposibilitarán aún más la competitividad de estos productos en el mercado asiático, agravando la situación para el sector agrícola estadounidense, que ya enfrenta presiones significativas.

Por otro lado, Canadá y México, principales socios comerciales de EE.UU., también consideran medidas de represalia. Canadá anunció la imposición de un arancel del 25% sobre importaciones estadounidenses valoradas en 30 mil millones de dólares. En un plazo de 21 días, Ottawa planea extender sus medidas para incluir un arancel adicional sobre importaciones americanas valoradas en 125 mil millones de dólares. Por su parte, México aún no ha detallado las medidas específicas, pero se anticipa que incluirán aranceles dirigidos a productos clave provenientes de EE.UU.

El intercambio de aranceles ocurre en un contexto económico global sumamente desafiante. En Estados Unidos, los niveles de inflación se encuentran elevados, y las nuevas tasas arancelarias probablemente incrementen aún más los precios de bienes importados, minando la confianza del consumidor. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación cómo estas medidas unilaterales y de represalia podrían desencadenar una desaceleración del comercio global, afectando cadenas de suministro y precios en diversos sectores.

Entre las críticas a las políticas de Trump, expertos señalan que las medidas podrían aislar aún más a Estados Unidos en el escenario global. Además, sectores como el automotriz y agrícola enfrentan una creciente incertidumbre sobre su viabilidad a largo plazo, lo que podría tener consecuencias profundas en las economías regionales dependientes del comercio entre los países involucrados.

En 2024, los productos agrícolas representaron el 14% de las exportaciones agrícolas totales de EE.UU. hacia China, pero la guerra comercial ha reducido significativamente estas cifras, afectando a las comunidades rurales en mayor medida.

Algo Curioso

“Estas medidas son una respuesta directa a las políticas arancelarias estadounidenses y buscan proteger nuestra seguridad nacional y los intereses económicos de China”

– Declararon representantes del Ministerio de Comercio de China.

Mar 4, 2025
Colglobal News

La escalada en la guerra comercial internacional registró un nuevo capítulo en marzo de 2025, con una serie de medidas arancelarias entre las principales potencias económicas de América del Norte y Asia. Estados Unidos, liderado por el presidente Donald Trump, ha anunciado un aumento del 25% en los aranceles a las importaciones provenientes de México y Canadá, junto con una duplicación de los aranceles sobre todos los productos chinos, que pasan del 10% al 20%. Estas políticas forman parte de una serie de iniciativas controversiales justificadas oficialmente como esfuerzos para combatir el tráfico de fentanilo, aunque han generado críticas por sus posibles efectos adversos en la economía.

Las respuestas no se han hecho esperar. China, que ya aplicaba un rango de aranceles de entre el 10% y el 25% a productos agrícolas estadounidenses, ha decidido implementar nuevos aranceles adicionales a partir del 10 de marzo de 2025. Entre las nuevas medidas, destacan un 15% adicional sobre productos como pollo, trigo, maíz y algodón, así como un 10% sobre sorgo, soja, carne de cerdo y de vacuno, productos del mar, frutas, verduras y lácteos. Además, como parte de una política más amplia para restringir las operaciones comerciales con Estados Unidos, China ha incluido a 15 empresas estadounidenses en su lista de control de exportaciones y a 10 más en la lista de entidades no fiables, limitando severamente su capacidad para operar en el mercado chino.

La relación comercial entre EE.UU. y China había mostrado signos de debilitamiento desde el inicio de la guerra comercial, y en 2024 Estados Unidos exportó 24.7 mil millones de dólares en productos agrícolas a China, lo que representó un 14% de sus exportaciones agrícolas totales. Los nuevos aranceles chinos imposibilitarán aún más la competitividad de estos productos en el mercado asiático, agravando la situación para el sector agrícola estadounidense, que ya enfrenta presiones significativas.

Por otro lado, Canadá y México, principales socios comerciales de EE.UU., también consideran medidas de represalia. Canadá anunció la imposición de un arancel del 25% sobre importaciones estadounidenses valoradas en 30 mil millones de dólares. En un plazo de 21 días, Ottawa planea extender sus medidas para incluir un arancel adicional sobre importaciones americanas valoradas en 125 mil millones de dólares. Por su parte, México aún no ha detallado las medidas específicas, pero se anticipa que incluirán aranceles dirigidos a productos clave provenientes de EE.UU.

El intercambio de aranceles ocurre en un contexto económico global sumamente desafiante. En Estados Unidos, los niveles de inflación se encuentran elevados, y las nuevas tasas arancelarias probablemente incrementen aún más los precios de bienes importados, minando la confianza del consumidor. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación cómo estas medidas unilaterales y de represalia podrían desencadenar una desaceleración del comercio global, afectando cadenas de suministro y precios en diversos sectores.

Entre las críticas a las políticas de Trump, expertos señalan que las medidas podrían aislar aún más a Estados Unidos en el escenario global. Además, sectores como el automotriz y agrícola enfrentan una creciente incertidumbre sobre su viabilidad a largo plazo, lo que podría tener consecuencias profundas en las economías regionales dependientes del comercio entre los países involucrados.

En 2024, los productos agrícolas representaron el 14% de las exportaciones agrícolas totales de EE.UU. hacia China, pero la guerra comercial ha reducido significativamente estas cifras, afectando a las comunidades rurales en mayor medida.

La escalada en la guerra comercial internacional registró un nuevo capítulo en marzo de 2025, con una serie de medidas arancelarias entre las principales potencias económicas de América del Norte y Asia. Estados Unidos, liderado por el presidente Donald Trump, ha anunciado un aumento del 25% en los aranceles a las importaciones provenientes de México y Canadá, junto con una duplicación de los aranceles sobre todos los productos chinos, que pasan del 10% al 20%. Estas políticas forman parte de una serie de iniciativas controversiales justificadas oficialmente como esfuerzos para combatir el tráfico de fentanilo, aunque han generado críticas por sus posibles efectos adversos en la economía.

Las respuestas no se han hecho esperar. China, que ya aplicaba un rango de aranceles de entre el 10% y el 25% a productos agrícolas estadounidenses, ha decidido implementar nuevos aranceles adicionales a partir del 10 de marzo de 2025. Entre las nuevas medidas, destacan un 15% adicional sobre productos como pollo, trigo, maíz y algodón, así como un 10% sobre sorgo, soja, carne de cerdo y de vacuno, productos del mar, frutas, verduras y lácteos. Además, como parte de una política más amplia para restringir las operaciones comerciales con Estados Unidos, China ha incluido a 15 empresas estadounidenses en su lista de control de exportaciones y a 10 más en la lista de entidades no fiables, limitando severamente su capacidad para operar en el mercado chino.

La relación comercial entre EE.UU. y China había mostrado signos de debilitamiento desde el inicio de la guerra comercial, y en 2024 Estados Unidos exportó 24.7 mil millones de dólares en productos agrícolas a China, lo que representó un 14% de sus exportaciones agrícolas totales. Los nuevos aranceles chinos imposibilitarán aún más la competitividad de estos productos en el mercado asiático, agravando la situación para el sector agrícola estadounidense, que ya enfrenta presiones significativas.

Por otro lado, Canadá y México, principales socios comerciales de EE.UU., también consideran medidas de represalia. Canadá anunció la imposición de un arancel del 25% sobre importaciones estadounidenses valoradas en 30 mil millones de dólares. En un plazo de 21 días, Ottawa planea extender sus medidas para incluir un arancel adicional sobre importaciones americanas valoradas en 125 mil millones de dólares. Por su parte, México aún no ha detallado las medidas específicas, pero se anticipa que incluirán aranceles dirigidos a productos clave provenientes de EE.UU.

El intercambio de aranceles ocurre en un contexto económico global sumamente desafiante. En Estados Unidos, los niveles de inflación se encuentran elevados, y las nuevas tasas arancelarias probablemente incrementen aún más los precios de bienes importados, minando la confianza del consumidor. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación cómo estas medidas unilaterales y de represalia podrían desencadenar una desaceleración del comercio global, afectando cadenas de suministro y precios en diversos sectores.

Entre las críticas a las políticas de Trump, expertos señalan que las medidas podrían aislar aún más a Estados Unidos en el escenario global. Además, sectores como el automotriz y agrícola enfrentan una creciente incertidumbre sobre su viabilidad a largo plazo, lo que podría tener consecuencias profundas en las economías regionales dependientes del comercio entre los países involucrados.

En 2024, los productos agrícolas representaron el 14% de las exportaciones agrícolas totales de EE.UU. hacia China, pero la guerra comercial ha reducido significativamente estas cifras, afectando a las comunidades rurales en mayor medida.

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