El Senado de los Estados Unidos aprobó el 13 de febrero de 2025 la nominación de Robert F. Kennedy Jr. como Secretario de Salud y Servicios Humanos en una votación dividida que resultó en 52 votos a favor y 48 en contra. Todos los senadores demócratas rechazaron su nombramiento, mientras que el republicano Mitch McConnell, ex líder de la mayoría del Senado y sobreviviente de poliomielitis, fue el único de su partido en oponerse, citando preocupaciones por sus posturas sobre las vacunas.
El presidente Donald Trump juramentó a Kennedy en la Oficina Oval, consolidando su esfuerzo por reestructurar múltiples aspectos del gobierno. Como jefe del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés), Kennedy supervisará aproximadamente 80,000 empleados y gestionará un presupuesto de alrededor de un billón de dólares. Entre las agencias bajo su control están los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), y los Institutos Nacionales de Salud (NIH).

Conocido por sus ideas controvertidas respecto a las vacunas, Kennedy ha sido un crítico constante sobre su seguridad, afirmando vínculos refutados entre estas y el autismo, además de promover teorías de conspiración relacionadas con la salud pública. Durante su audiencia de confirmación, negó ser "anti-vacunas" y se comprometió a no interferir con las políticas actuales de vacunación. Bill Cassidy, médico y presidente del Comité de Salud del Senado, apoyó su nombramiento y destacó que Kennedy expresó voluntad de colaborar en este tema. Sin embargo, McConnell fue enfático al señalar que sus afirmaciones desacreditadas representan un riesgo para la confianza en las vacunas.
La carrera política de Kennedy tomó un nuevo giro tras abandonar su candidatura presidencial independiente en 2024 para respaldar a Trump. Este gesto se interpretó como un movimiento estratégico que consolidó su actual posición en el gobierno. Durante su audiencia, también fue cuestionado sobre su postura respecto al aborto, afirmando que prefería que su regulación quedara en manos de los estados, postura que atrajo aún más críticas de los demócratas.
Entre los desafíos más inmediatos que enfrenta Kennedy está la posible reducción de fondos para Medicaid y Medicare, programas que asisten a 140 millones de estadounidenses. Durante la pandemia de COVID-19, Medicaid experimentó un incremento significativo, alcanzando los 80 millones de beneficiarios, pero los republicanos han planteado la posibilidad de implementar recortes sustanciales.
Además, Kennedy ha sido objeto de críticas por sus vínculos financieros con litigios anti-vacunas, lo que ha elevado preocupaciones respecto a posibles conflictos de interés en su nuevo cargo. Su designación ha provocado un acalorado debate en torno al futuro de las políticas de salud pública en EE. UU., particularmente con relación a las vacunas y la investigación médica.
El mismo día de la juramentación de Kennedy, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva para crear una Comisión “Make America Healthy Again”, que deberá abordar temas de salud infantil dentro de un plazo de 100 días y estará integrada por representantes de varios departamentos, incluidos los de Agricultura y Educación. Robert F. Kennedy Jr. es hijo del fallecido senador Robert F. Kennedy y sobrino del expresidente John F. Kennedy, lo que lo vincula a una de las dinastías políticas más prominentes de Estados Unidos.