El índice Russell 2000, que aglomera pequeñas empresas más vulnerables a los cambios económicos, está enviando una señal de alarma debido a su constante caída, marcando un descenso superior al 18% desde noviembre. Esto contrasta notablemente con la caída de aproximadamente el 9% que ha experimentado el índice S&P 500 durante el mismo periodo. La posibilidad de que el Russell entre en un mercado bajista, definido como una disminución del 20% o más desde su pico reciente, es ahora altamente probable.

Este retroceso ocurre en un entorno económico marcado por la inestabilidad y la falta de claridad en las políticas comerciales de la administración de Estados Unidos, particularmente respecto a los aranceles. Los cambios y ajustes en estas medidas han generado incertidumbre en los mercados, influyendo en las decisiones corporativas de contratación y gasto. De manera paralela, sectores como las aerolíneas, el comercio minorista y las empresas de alimentos han señalado preocupaciones por las tendencias de consumo y el aumento de costes.
El caso de Beyond Meat, una empresa que forma parte del Russell 2000, ilustra este impacto. En su reciente informe financiero, la compañía advirtió que los aranceles y las represalias comerciales podrían incrementar precios y desencadenar pérdidas en mercados internacionales debido al surgimiento de sentimientos antiestadounidenses.
Más allá de los aranceles, los recortes en la fuerza laboral federal y la suspensión de proyectos de gasto gubernamental agravan aún más las inseguridades. Según Kristina Hooper, estratega jefe de mercado global de Invesco, ya se percibe un impacto significativo por la disminución del gasto público y se espera que esta tendencia persista.
El índice Russell 2000 tiene menos exposición internacional que el S&P 500, con solo el 30% de los ingresos provenientes de fuera de Estados Unidos, en comparación con el 60% del S&P. Esta diferencia lo convierte en un reflejo más sensible de las condiciones económicas internas. Su composición diversificada, menos dependiente de los gigantes tecnológicos que monopolizan el S&P 500, subraya preocupaciones más amplias relacionadas con una desaceleración económica general y no exclusivamente sectorial.
La reciente liquidación de acciones tecnológicas ha influido fuertemente en el S&P 500, donde empresas como Apple y Nvidia representan alrededor del 30% de su capitalización máxima. Aunque estas caídas pueden estar vinculadas a expectativas cambiantes tras un rápido crecimiento en años anteriores, el Russell 2000 refleja dinámicas más representativas del mercado nacional. Sectores como el financiero, industrial y de salud tienen un mayor peso dentro de este índice, en comparación con las grandes tecnológicas.
El panorama para las pequeñas empresas es aún más complejo debido a sus menores márgenes de beneficio y recursos frente a desaceleraciones económicas. Encuestas recientes, como la realizada por la Federación Nacional de Empresas Independientes, refuerzan la perspectiva sombría. Este índice de optimismo empresarial cayó por segundo mes consecutivo, mientras aumentaba a máximos históricos su indicador de incertidumbre.
La inquietud en los mercados confluye también con una reacción del S&P 500, que ha entrado en territorio de corrección tras registrar una caída del 10% desde su pico reciente. Sin embargo, muchos analistas hacen hincapié en que las señales provenientes del Russell 2000 son más significativas para evaluar el estado general de la economía estadounidense y su sensibilidad a posibles recesiones.
El nombre del índice Russell 2000 proviene de la empresa Frank Russell Company, que originalmente lo creó en 1984 como un subconjunto del Russell 3000, diseñado para representar el desempeño de las empresas más pequeñas en la economía de Estados Unidos.