La matrícula de la clase entrante de 2028 del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha experimentado una significativa disminución en su diversidad racial y étnica debido a la prohibición de la acción afirmativa en las admisiones universitarias, dictada por la Corte Suprema de Estados Unidos en 2023.
De acuerdo con los datos recientes, solo el 16% de los estudiantes de esta clase se identifican como negros, hispanos, nativos americanos o isleños del Pacífico. Este descenso en diversidad es notable, considerando que en años anteriores, el promedio de estudiantes negros en MIT era aproximadamente del 13%, mientras que en la clase de 2028 esa cifra se ha reducido drásticamente al 5%.
Los estudiantes latinos conforman el 11% de la nueva matrícula, una cifra que, aunque no ha variado tanto como el porcentaje de estudiantes negros, también refleja un impacto considerable de la medida judicial.
La decisión de la Corte Suprema, que prohibió explícitamente el uso de la raza como un factor en los procesos de admisión, ha tenido repercusiones directas en MIT y otras universidades de élite en EE. UU., alimentando el debate sobre la representación y diversidad en la educación superior. Previamente, las políticas de acción afirmativa habían jugado un papel crucial en promover una mayor inclusión de estudiantes de diversos orígenes étnicos y raciales en estas instituciones.
Este cambio de política ha generado preocupaciones sobre las implicaciones a largo plazo para la diversidad en el ámbito académico y profesional, especialmente en instituciones de alto prestigio como MIT, conocido mundialmente por su rigor académico y sus avances en tecnología e innovación.
La reducción en la matrícula de estudiantes de minorías podría, según expertos, llevar a una disminución en la diversidad de experiencias y perspectivas dentro del entorno educativo, afectando no solo la cultura académica del instituto sino también la preparación de los estudiantes para enfrentarse a un mundo laboral globalizado y multicultural.
El panorama actual demanda un análisis profundo y medidas innovadoras para garantizar que los avances hacia la equidad y la inclusión en la educación superior no se vean revertidos. La acción afirmativa, implementada por primera vez en 1961 por una orden ejecutiva del presidente John F. Kennedy, tenía como objetivo combatir la discriminación racial y promover la igualdad de oportunidades en el ámbito laboral y educativo en Estados Unidos.