La compra del software espía Pegasus, desarrollado por NSO Group, fue realizada en dos transacciones concretadas el 27 de junio y el 22 de septiembre de 2021, durante la administración de Iván Duque. El presidente Gustavo Petro confirmó estos hechos el 4 de septiembre de 2024, desencadenando un escándalo político en Colombia.
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El primer vuelo relacionado con la compra se realizó el 25 de junio de 2021, cuando la aeronave Bombardier Challenger M-ABGG despegó de Tel Aviv a las 12:32 AM. Hizo paradas en las Islas Canarias y la Isla Margarita en Venezuela antes de aterrizar en Bogotá a las 8:30 PM del mismo día. La aeronave regresó a Tel Aviv el 26 de junio de 2021 a las 5:30 PM, haciendo una parada en Santo Domingo. La primera transacción, reportada en el Banco Hapoalim, fue de 5.5 millones de dólares el 30 de junio de 2021.
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El segundo vuelo se realizó el 17 de septiembre de 2021 con la aeronave Gulfstream T7-CPX. Salió de Tel Aviv a las 9:07 PM y paró en Santo Domingo a las 11:13 AM del 18 de septiembre, llegando a Bogotá a las 7:43 PM de ese mismo día. El avión regresó a Tel Aviv el 19 de septiembre de 2021 a las 9:43 PM. La segunda transacción por otros 5.5 millones de dólares ocurrió el 22 de septiembre de 2021.
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Las aeronaves involucradas en estos vuelos fueron pilotadas por Amir Sade, experto en ciberseguridad y tecnología militar, y Yaniv Hait, exmiembro de la Fuerza Aérea Israelí y vinculado a empresas de tecnología militar.
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La compra total del Pegasus se estima entre 11 y 13 millones de dólares, considerando el costo del alquiler de los aviones. Se sospecha que los fondos utilizados provienen de dinero incautado al narcotráfico, por lo que la Fiscalía colombiana investiga posibles actividades de lavado de activos.
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El Pegasus es un software que ha sido utilizado en varios países como herramienta de espionaje, y su adquisición por parte de Colombia se introduce en una estrategia más amplia de Israel para promover su tecnología de vigilancia a gobiernos aliados. El uso de este software en Colombia ha causado preocupación sobre la vulnerabilidad de la privacidad de ciudadanos y activistas, lo que ha conducido a una intensa investigación y considerable controversia política en el país.
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La evidencia presentada por medios como Señal Investigativa y Haaretz contradice las declaraciones de funcionarios del gobierno de Duque que han negado la compra de Pegasus. Este desarrollo tiene implicaciones profundas no solo para la política nacional colombiana, sino también para las relaciones internacionales en el ámbito de la inteligencia y tecnología de espionaje.