La crisis humanitaria en los campamentos de refugiados en Chad ha alcanzado niveles alarmantes. Durante la primera semana de octubre de 2024, alrededor de 25,000 personas, en su mayoría mujeres y niños, cruzaron la frontera desde Sudán hacia Chad huyendo de la violencia y el hambre, estableciendo un récord de llegadas en una sola semana. Chad ahora alberga a 681,944 refugiados sudaneses, la cifra más alta a nivel mundial.
El campamento de Farchana, uno de los varios campamentos en la región, enfrenta condiciones extremadamente difíciles y está severamente subfinanciado. La mayoría de los recién llegados han sido trasladados desde el campamento de Adré. Sin suficientes recursos, muchos refugiados recurren a la mendicidad para sobrevivir.
La guerra en Sudán, que comenzó en abril de 2023, sigue causando estragos. El conflicto involucra al ejército sudanés y a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), quienes han sido acusados de crímenes de guerra y de utilizar tácticas de hambre contra la población civil. Se estima que 26 millones de personas en Sudán enfrentan inseguridad alimentaria severa, y una hambruna ha sido declarada en el campamento de desplazados de Zamzam.
Los desafíos en los campamentos son múltiples. La falta de oportunidades laborales y la educación es una preocupación significativa. En Farchana, los niños reciben lecciones de forma esporádica impartidas por otros refugiados que son maestros, utilizando libros que lograron sacar de Geneina, Darfur. La ONU ha advertido sobre el riesgo de que los adolescentes se conviertan en una "generación perdida" debido a la falta de acceso a la educación.
En términos de financiamiento, la ONU ha solicitado 1.5 mil millones de dólares para apoyar a los refugiados sudaneses y a sus anfitriones en la región, pero hasta ahora solo se ha financiado el 27% de esta cantidad. El Programa Mundial de Alimentos (WFP) proporciona 8,000 francos centroafricanos (aproximadamente 10 libras esterlinas) por persona cada dos meses en los campamentos, lo que representa solo el 50% de la asistencia necesaria.
Ante la intensificación del conflicto en Darfur y la disminución de los niveles de agua después de la temporada de lluvias, se espera un aumento en el número de refugiados que crucen a Chad. Muchos consideran migrar a Italia, otros países europeos, África del Sur y los países del Golfo en busca de mejores oportunidades.
Historias personales destacan la desesperación de los refugiados. Hatim Abdallah El-Fadil, jefe del campamento de Farchana, notó que muchos han tenido que vender sus pertenencias para satisfacer sus necesidades diarias. Hassan Ibrahim Yahiya, tras perderlo todo, ahora cultiva cacahuetes en un pequeño terreno detrás de su tienda. Por otro lado, Essam Abdelrasoul, un padre de siete hijos, enfrenta grandes dificultades económicas mientras intenta reunirse con su familia en Sudán.