Ciencia

Científicos reviven un gusano en animación suspendida tras 46.000 años congelado en el permafrost siberiano

Un equipo de investigadores del Instituto de Zoología de la Universidad de Colonia logró revivir un nematodo llamado Panagrolaimus kolymaensis, que permaneció en estado de criptobiosis durante 46,000 años en el permafrost siberiano.

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Científicos reviven un gusano en animación suspendida tras 46.000 años congelado en el permafrost siberiano

Un equipo de investigadores del Instituto de Zoología de la Universidad de Colonia logró revivir un nematodo llamado Panagrolaimus kolymaensis, que permaneció en estado de criptobiosis durante 46,000 años en el permafrost siberiano.

“El hallazgo subraya la capacidad de algunos organismos para resistir extremos inimaginables de condiciones ambientales”

– Menciona el equipo en el estudio.

10/2/2025

Investigadores del Instituto de Zoología de la Universidad de Colonia (Alemania) lograron lo que parecía imposible: revivir un gusano microscópico, una especie de nematodo llamada Panagrolaimus kolymaensis, que permaneció atrapado en el permafrost siberiano durante un asombroso periodo de 46,000 años. El análisis y la datación por radiocarbono confirmaron la antigüedad de la muestra, marcando un hito en los estudios sobre la resistencia de los organismos en condiciones extremas.

El gusano fue hallado a 40 metros de profundidad en el permafrost, dentro de una madriguera de ardillas árticas. En este ambiente extremo, había permanecido en criptobiosis, un estado de animación suspendida donde las funciones metabólicas se detienen casi por completo. Normalmente, los nematodos tienen una esperanza de vida de solo uno a dos meses, pero P. kolymaensis demostró una resistencia sin precedentes al sobrevivir intacto por milenios.

El estudio, publicado en la revista científica PLOS Genetics, detalla cómo los científicos pudieron despertar al gusano tras descongelarlo, permitiendo que retomara sus funciones vitales y se reprodujera de manera asexual en solo 8 a 12 días. En el proceso, los investigadores realizaron un detallado ensamblaje genómico, descubriendo que este organismo tiene un genoma triploide de 266 megabases (Mb) y un valor N50 de 3.8 Mb, datos que son fundamentales para comprender su biología única.

Los estudios moleculares revelaron que P. kolymaensis comparte mecanismos adaptativos similares al nematodo modelo C. elegans para sobrevivir a ambientes extremos como la deshidratación y el congelamiento. Entre ellos destacan la biosíntesis de trehalosa, un azúcar que previene el daño celular, y la gluconeogénesis, un proceso metabólico crucial en condiciones adversas. En experimentos bajo condiciones de alta humedad (98% de humedad relativa), el gusano fue capaz de aumentar en 20 veces sus niveles de trehalosa, mejorando su resistencia al congelamiento.


El análisis científico también encontró que esta especie de nematodo no había sido documentada previamente y pertenece al género Panagrolaimus. Su increíble capacidad de adaptación a condiciones extremas plantea preguntas importantes sobre los límites de la vida en el planeta e incluso sobre las posibles implicaciones para la búsqueda de vida en otros entornos planetarios.


La investigación fue financiada por la Russian Foundation for Basic Research y la Volkswagen Foundation, destacando la colaboración internacional en estudios de alta complejidad. El artículo científico fue aceptado para publicación el 24 de mayo de 2023 y apareció finalmente el 27 de julio del mismo año, aportando datos que podrían transformar el entendimiento sobre los procesos biológicos extremos.


Este hallazgo no solo ilustra la impresionante resistencia de algunas formas de vida, sino que también abre una ventana al pasado, permitiendo a los investigadores estudiar cómo estos organismos interactuaban con los ecosistemas de la Edad del Hielo. Además, presenta posibles aplicaciones en la biotecnología, al investigar cómo estos mecanismos extremos de supervivencia podrían ser utilizados en la conservación de células o incluso en exploraciones espaciales. El estado de criptobiosis que permitió al gusano P. kolymaensis sobrevivir por 46,000 años es una de las formas más extremas de animación suspendida conocida en la naturaleza, compartida solo por organismos como los tardígrados y algunos rotíferos.

Algo Curioso

“El hallazgo subraya la capacidad de algunos organismos para resistir extremos inimaginables de condiciones ambientales”

– Menciona el equipo en el estudio.

Feb 10, 2025
Colglobal News

Investigadores del Instituto de Zoología de la Universidad de Colonia (Alemania) lograron lo que parecía imposible: revivir un gusano microscópico, una especie de nematodo llamada Panagrolaimus kolymaensis, que permaneció atrapado en el permafrost siberiano durante un asombroso periodo de 46,000 años. El análisis y la datación por radiocarbono confirmaron la antigüedad de la muestra, marcando un hito en los estudios sobre la resistencia de los organismos en condiciones extremas.

El gusano fue hallado a 40 metros de profundidad en el permafrost, dentro de una madriguera de ardillas árticas. En este ambiente extremo, había permanecido en criptobiosis, un estado de animación suspendida donde las funciones metabólicas se detienen casi por completo. Normalmente, los nematodos tienen una esperanza de vida de solo uno a dos meses, pero P. kolymaensis demostró una resistencia sin precedentes al sobrevivir intacto por milenios.

El estudio, publicado en la revista científica PLOS Genetics, detalla cómo los científicos pudieron despertar al gusano tras descongelarlo, permitiendo que retomara sus funciones vitales y se reprodujera de manera asexual en solo 8 a 12 días. En el proceso, los investigadores realizaron un detallado ensamblaje genómico, descubriendo que este organismo tiene un genoma triploide de 266 megabases (Mb) y un valor N50 de 3.8 Mb, datos que son fundamentales para comprender su biología única.

Los estudios moleculares revelaron que P. kolymaensis comparte mecanismos adaptativos similares al nematodo modelo C. elegans para sobrevivir a ambientes extremos como la deshidratación y el congelamiento. Entre ellos destacan la biosíntesis de trehalosa, un azúcar que previene el daño celular, y la gluconeogénesis, un proceso metabólico crucial en condiciones adversas. En experimentos bajo condiciones de alta humedad (98% de humedad relativa), el gusano fue capaz de aumentar en 20 veces sus niveles de trehalosa, mejorando su resistencia al congelamiento.


El análisis científico también encontró que esta especie de nematodo no había sido documentada previamente y pertenece al género Panagrolaimus. Su increíble capacidad de adaptación a condiciones extremas plantea preguntas importantes sobre los límites de la vida en el planeta e incluso sobre las posibles implicaciones para la búsqueda de vida en otros entornos planetarios.


La investigación fue financiada por la Russian Foundation for Basic Research y la Volkswagen Foundation, destacando la colaboración internacional en estudios de alta complejidad. El artículo científico fue aceptado para publicación el 24 de mayo de 2023 y apareció finalmente el 27 de julio del mismo año, aportando datos que podrían transformar el entendimiento sobre los procesos biológicos extremos.


Este hallazgo no solo ilustra la impresionante resistencia de algunas formas de vida, sino que también abre una ventana al pasado, permitiendo a los investigadores estudiar cómo estos organismos interactuaban con los ecosistemas de la Edad del Hielo. Además, presenta posibles aplicaciones en la biotecnología, al investigar cómo estos mecanismos extremos de supervivencia podrían ser utilizados en la conservación de células o incluso en exploraciones espaciales. El estado de criptobiosis que permitió al gusano P. kolymaensis sobrevivir por 46,000 años es una de las formas más extremas de animación suspendida conocida en la naturaleza, compartida solo por organismos como los tardígrados y algunos rotíferos.

Investigadores del Instituto de Zoología de la Universidad de Colonia (Alemania) lograron lo que parecía imposible: revivir un gusano microscópico, una especie de nematodo llamada Panagrolaimus kolymaensis, que permaneció atrapado en el permafrost siberiano durante un asombroso periodo de 46,000 años. El análisis y la datación por radiocarbono confirmaron la antigüedad de la muestra, marcando un hito en los estudios sobre la resistencia de los organismos en condiciones extremas.

El gusano fue hallado a 40 metros de profundidad en el permafrost, dentro de una madriguera de ardillas árticas. En este ambiente extremo, había permanecido en criptobiosis, un estado de animación suspendida donde las funciones metabólicas se detienen casi por completo. Normalmente, los nematodos tienen una esperanza de vida de solo uno a dos meses, pero P. kolymaensis demostró una resistencia sin precedentes al sobrevivir intacto por milenios.

El estudio, publicado en la revista científica PLOS Genetics, detalla cómo los científicos pudieron despertar al gusano tras descongelarlo, permitiendo que retomara sus funciones vitales y se reprodujera de manera asexual en solo 8 a 12 días. En el proceso, los investigadores realizaron un detallado ensamblaje genómico, descubriendo que este organismo tiene un genoma triploide de 266 megabases (Mb) y un valor N50 de 3.8 Mb, datos que son fundamentales para comprender su biología única.

Los estudios moleculares revelaron que P. kolymaensis comparte mecanismos adaptativos similares al nematodo modelo C. elegans para sobrevivir a ambientes extremos como la deshidratación y el congelamiento. Entre ellos destacan la biosíntesis de trehalosa, un azúcar que previene el daño celular, y la gluconeogénesis, un proceso metabólico crucial en condiciones adversas. En experimentos bajo condiciones de alta humedad (98% de humedad relativa), el gusano fue capaz de aumentar en 20 veces sus niveles de trehalosa, mejorando su resistencia al congelamiento.


El análisis científico también encontró que esta especie de nematodo no había sido documentada previamente y pertenece al género Panagrolaimus. Su increíble capacidad de adaptación a condiciones extremas plantea preguntas importantes sobre los límites de la vida en el planeta e incluso sobre las posibles implicaciones para la búsqueda de vida en otros entornos planetarios.


La investigación fue financiada por la Russian Foundation for Basic Research y la Volkswagen Foundation, destacando la colaboración internacional en estudios de alta complejidad. El artículo científico fue aceptado para publicación el 24 de mayo de 2023 y apareció finalmente el 27 de julio del mismo año, aportando datos que podrían transformar el entendimiento sobre los procesos biológicos extremos.


Este hallazgo no solo ilustra la impresionante resistencia de algunas formas de vida, sino que también abre una ventana al pasado, permitiendo a los investigadores estudiar cómo estos organismos interactuaban con los ecosistemas de la Edad del Hielo. Además, presenta posibles aplicaciones en la biotecnología, al investigar cómo estos mecanismos extremos de supervivencia podrían ser utilizados en la conservación de células o incluso en exploraciones espaciales. El estado de criptobiosis que permitió al gusano P. kolymaensis sobrevivir por 46,000 años es una de las formas más extremas de animación suspendida conocida en la naturaleza, compartida solo por organismos como los tardígrados y algunos rotíferos.

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