En un evento sin precedentes, un hombre australiano de aproximadamente 40 años se ha convertido en la primera persona en salir del hospital con un implante de corazón artificial total. El procedimiento, realizado el 22 de noviembre de 2024 en el Hospital St Vincent en Sídney, fue llevado a cabo por un equipo liderado por el cirujano cardiotorácico Paul Jansz. El paciente vivió con el dispositivo BiVACOR durante más de 100 días antes de recibir un trasplante de corazón en marzo de 2025.
El BiVACOR, el primer corazón artificial total implantable que utiliza tecnología de levitación magnética, simula el flujo sanguíneo natural de un corazón sano y está diseñado para pacientes con insuficiencia cardíaca biventricular en fase terminal. Esta condición suele resultar de problemas como infartos o enfermedades coronarias. Con más de 23 millones de personas afectadas por insuficiencia cardíaca en el mundo y solo 6,000 trasplantes realizados anualmente, este dispositivo busca proporcionar una solución para pacientes que no tienen acceso inmediato a un corazón donante.
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El desarrollo del BiVACOR cuenta con una inversión de 50 millones de dólares por parte del gobierno australiano, como parte de un programa orientado a liderar avances en corazones artificiales. Aunque en la actualidad el dispositivo se utiliza como un puente para mantener vivos a los pacientes hasta la disponibilidad de un trasplante, el objetivo a largo plazo es que las personas puedan vivir con él de forma permanente.
El paciente australiano fue la sexta persona en el mundo en recibir el BiVACOR. Los cinco primeros implantes se realizaron en Estados Unidos en 2023, pero ninguno de esos pacientes fue dado de alta del hospital antes de recibir un trasplante, y el mayor tiempo transcurrido entre el implante y el trasplante fue de 27 días. En comparación, este caso representa un avance significativo, dado que el paciente australiano vivió más de 100 días con el dispositivo.
El procedimiento quirúrgico del paciente en Sídney tuvo una duración de seis horas y fue calificado como un "éxito clínico absoluto" por el equipo a cargo. El paciente fue dado de alta en febrero de 2025 y recibió un trasplante de corazón el mes siguiente, consolidando así su recuperación.
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Según el profesor Chris Hayward, cardiólogo que supervisó al paciente, este avance tendrá un impacto transformador en el tratamiento de insuficiencia cardíaca alrededor del mundo. Sin embargo, el profesor David Colquhoun, de la Universidad de Queensland, señaló que, aunque el BiVACOR puede marcar la diferencia a corto plazo, su tiempo de funcionamiento sigue siendo limitado en comparación con un corazón donante, el cual puede durar más de 10 años.
El avance australiano forma parte de un proyecto más amplio liderado por la Universidad de Monash, que está trabajando en el desarrollo simultáneo de tres dispositivos clave para abordar diferentes etapas y formas de insuficiencia cardíaca. Este esfuerzo podría revolucionar los tratamientos de esta enfermedad que afecta a millones de personas a nivel global.
Todos los pacientes que habían recibido el BiVACOR antes de este caso en Australia fueron operados en Estados Unidos y obtuvieron corazones donantes en un plazo de 27 días, una brecha notablemente menor en comparación con los más de 100 días logrados en este hito médico.