Dos estudios importantes han arrojado luz sobre la creciente amenaza que representan las temperaturas extremas en Europa. Según un artículo de The Guardian publicado el 27 de enero de 2025, se estima que las temperaturas peligrosas podrían aumentar las muertes en un 50 % para finales del siglo XXI. Este aumento se traduciría en 8,000 muertes anuales debido a "temperaturas subóptimas" en el escenario más optimista de reducción de contaminación. Sin embargo, en el escenario más pesimista, el aumento neto de muertes relacionadas con la temperatura podría alcanzar las 80,000 al año.
El estudio también reveló que el número de muertes atribuibles al calor extremo excedería las muertes evitadas por el descenso de las temperaturas frías. Las regiones más afectadas serían el sur de Europa, especialmente la región mediterránea, y partes de Europa central como Suiza, Austria, el sur de Alemania y Polonia. En contraste, en el norte de Europa se anticipa una ligera disminución de muertes. Entre 2015 y 2099, el escenario de calentamiento alto proyecta 2.3 millones de muertes adicionales en Europa debido a temperaturas peligrosas. Además, el calor extremo está vinculado con el aumento de enfermedades cardiovasculares, abortos espontáneos y problemas de salud mental.
Por otro lado, la revista Nature Medicine publicó un estudio cuyo objetivo era evaluar la mortalidad relacionada con el calor y el frío en 854 ciudades europeas entre 2015 y 2099 bajo diferentes escenarios de cambio climático y adaptación:
1. SSP1-2.6: un modelo de Europa sostenible con un aumento de temperatura limitado a 1.5 °C, proyecta 7,826 muertes anuales.
2. SSP2-4.5: un modelo con desigualdades y progreso lento hacia la sostenibilidad, con un aumento de temperatura de hasta 3 °C, prevé 17,856 muertes anuales.
3. SSP3-7.0: un modelo con inestabilidad y poco esfuerzo hacia la mitigación, con un aumento de temperatura superior a 4 °C, estima 80,010 muertes anuales.
Las cargas acumulativas en estos escenarios oscilarían entre 616,798 muertes (SSP1-2.6), 636,034 muertes (SSP2-4.5) y 2,345,410 muertes (SSP3-7.0) entre 2015 y 2099. El sur de Europa muestra los mayores aumentos en mortalidad, con Malta alcanzando un efecto neto de 268.6 muertes por cada 100,000 personas en 2095, mientras Irlanda presenta el efecto neto más bajo con -18.0 muertes por cada 100,000 personas.
La investigación también enfatiza la necesidad de medidas de adaptación. Un 50% de atenuación del riesgo de mortalidad por calor podría revertir el efecto neto en los escenarios SSP1-2.6 y SSP2-4.5, pero no en el escenario SSP3-7.0, donde se requeriría una atenuación del 90% para revertir el efecto neto.
Estos estudios subrayan la urgente necesidad de estrategias de mitigación y adaptación ante los efectos del cambio climático sobre la salud pública en Europa.