Ciencia

El ‘Reloj del Fin del Mundo’ se sitúa a 89 segundos de la medianoche, el punto más cercano a la catástrofe en su historia

El Boletín de Científicos Atómicos (BAS) ha ajustado el Reloj del Fin del Mundo a 89 segundos de la medianoche, la posición más cercana al apocalipsis desde su creación en 1947. El anuncio se realizó durante una conferencia de prensa el 28 de enero de 2025 en el Instituto de la Paz en Washington, D.C.

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El ‘Reloj del Fin del Mundo’ se sitúa a 89 segundos de la medianoche, el punto más cercano a la catástrofe en su historia

El Boletín de Científicos Atómicos (BAS) ha ajustado el Reloj del Fin del Mundo a 89 segundos de la medianoche, la posición más cercana al apocalipsis desde su creación en 1947. El anuncio se realizó durante una conferencia de prensa el 28 de enero de 2025 en el Instituto de la Paz en Washington, D.C.

“Cada segundo más cerca de la medianoche aumenta la probabilidad de una catástrofe global”

– Expresó Daniel Holz, presidente de la Junta de Ciencia y Seguridad del BAS.

29/1/2025

El Reloj del Fin del Mundo, un simbólico indicador de la proximidad de una catástrofe global, ha sido reajustado a 89 segundos de la medianoche, marcando el punto más cercano a la medianoche desde su creación en 1947. Este anuncio fue realizado el 28 de enero de 2025 por el Boletín de Científicos Atómicos (BAS) durante una conferencia de prensa en el Instituto de la Paz en Washington, D.C. La última vez que el reloj se ajustó fue en 2024 cuando estaba a 90 segundos de la medianoche.

El reloj, creado por los científicos que trabajaron en el Proyecto Manhattan, ha sido ajustado un total de 26 veces desde su creación tras la Segunda Guerra Mundial. Originalmente, en 1947, fue establecido a siete minutos de la medianoche para alertar al mundo sobre los peligros nucleares emergentes. Uno de los ajustes más significativos ocurrió en 1991, cuando la finalización de la Guerra Fría permitió que se alejara hasta los 17 minutos de la medianoche.

Este último ajuste responde a una confluencia de factores que incluyen amenazas nucleares, cambio climático, tecnologías disruptivas, amenazas biológicas y la creciente difusión de desinformación. La amenaza nuclear sigue siendo alta debido a la proliferación de armas nucleares y la retórica sobre su uso, particularmente en el contexto de la guerra en Ucrania, donde el presidente ruso, Vladimir Putin, ha mencionado en múltiples ocasiones la posibilidad de recurrir a estas armas.

El cambio climático se ha intensificado con los récords de altas temperaturas y desastres naturales observados en 2023, reflejando la falta de políticas gubernamentales eficaces para mitigar el calentamiento global. Además, el avance de las tecnologías disruptivas, como la inteligencia artificial, y su integración en operaciones militares incrementa el riesgo de conflictos y malentendidos.

Las amenazas biológicas persisten con la aparición y reaparición de enfermedades que desafían la salud pública y la seguridad global. Finalmente, la propagación de desinformación y teorías de conspiración socava la comunicación efectiva sobre estos riesgos, dificultando la cooperación internacional para enfrentarlos.

"Cada segundo más cerca de la medianoche aumenta la probabilidad de una catástrofe global", enfatizó Daniel Holz, presidente de la Junta de Ciencia y Seguridad del BAS. Juan Manuel Santos, ex presidente de Colombia y premio Nobel de la Paz, urgió a los líderes mundiales a unirse para evitar el apocalipsis, destacando que aún existen oportunidades para revertir la situación.

Desde su creación, el Reloj del Fin del Mundo ha servido como una metáfora para alertar al mundo sobre los peligros existenciales que enfrenta la humanidad. En 1949, tras la prueba nuclear soviética, el reloj se movió a tres minutos de la medianoche. En 2018, se ajustó a dos minutos de la medianoche debido a la descomposición del orden internacional y la insuficiente acción contra el cambio climático.


El reciente ajuste a 89 segundos de la medianoche es un llamado urgente a tomar acción frente a las múltiples amenazas que asechan a la humanidad, instando a los gobiernos y ciudadanos por igual a redoblar sus esfuerzos para mejorar la cooperación internacional, promover acciones efectivas contra el cambio climático y frenar el avance incontrolado de tecnologías peligrosas.

Algo Curioso

“Cada segundo más cerca de la medianoche aumenta la probabilidad de una catástrofe global”

– Expresó Daniel Holz, presidente de la Junta de Ciencia y Seguridad del BAS.

Jan 29, 2025
Colglobal News

El Reloj del Fin del Mundo, un simbólico indicador de la proximidad de una catástrofe global, ha sido reajustado a 89 segundos de la medianoche, marcando el punto más cercano a la medianoche desde su creación en 1947. Este anuncio fue realizado el 28 de enero de 2025 por el Boletín de Científicos Atómicos (BAS) durante una conferencia de prensa en el Instituto de la Paz en Washington, D.C. La última vez que el reloj se ajustó fue en 2024 cuando estaba a 90 segundos de la medianoche.

El reloj, creado por los científicos que trabajaron en el Proyecto Manhattan, ha sido ajustado un total de 26 veces desde su creación tras la Segunda Guerra Mundial. Originalmente, en 1947, fue establecido a siete minutos de la medianoche para alertar al mundo sobre los peligros nucleares emergentes. Uno de los ajustes más significativos ocurrió en 1991, cuando la finalización de la Guerra Fría permitió que se alejara hasta los 17 minutos de la medianoche.

Este último ajuste responde a una confluencia de factores que incluyen amenazas nucleares, cambio climático, tecnologías disruptivas, amenazas biológicas y la creciente difusión de desinformación. La amenaza nuclear sigue siendo alta debido a la proliferación de armas nucleares y la retórica sobre su uso, particularmente en el contexto de la guerra en Ucrania, donde el presidente ruso, Vladimir Putin, ha mencionado en múltiples ocasiones la posibilidad de recurrir a estas armas.

El cambio climático se ha intensificado con los récords de altas temperaturas y desastres naturales observados en 2023, reflejando la falta de políticas gubernamentales eficaces para mitigar el calentamiento global. Además, el avance de las tecnologías disruptivas, como la inteligencia artificial, y su integración en operaciones militares incrementa el riesgo de conflictos y malentendidos.

Las amenazas biológicas persisten con la aparición y reaparición de enfermedades que desafían la salud pública y la seguridad global. Finalmente, la propagación de desinformación y teorías de conspiración socava la comunicación efectiva sobre estos riesgos, dificultando la cooperación internacional para enfrentarlos.

"Cada segundo más cerca de la medianoche aumenta la probabilidad de una catástrofe global", enfatizó Daniel Holz, presidente de la Junta de Ciencia y Seguridad del BAS. Juan Manuel Santos, ex presidente de Colombia y premio Nobel de la Paz, urgió a los líderes mundiales a unirse para evitar el apocalipsis, destacando que aún existen oportunidades para revertir la situación.

Desde su creación, el Reloj del Fin del Mundo ha servido como una metáfora para alertar al mundo sobre los peligros existenciales que enfrenta la humanidad. En 1949, tras la prueba nuclear soviética, el reloj se movió a tres minutos de la medianoche. En 2018, se ajustó a dos minutos de la medianoche debido a la descomposición del orden internacional y la insuficiente acción contra el cambio climático.


El reciente ajuste a 89 segundos de la medianoche es un llamado urgente a tomar acción frente a las múltiples amenazas que asechan a la humanidad, instando a los gobiernos y ciudadanos por igual a redoblar sus esfuerzos para mejorar la cooperación internacional, promover acciones efectivas contra el cambio climático y frenar el avance incontrolado de tecnologías peligrosas.

El Reloj del Fin del Mundo, un simbólico indicador de la proximidad de una catástrofe global, ha sido reajustado a 89 segundos de la medianoche, marcando el punto más cercano a la medianoche desde su creación en 1947. Este anuncio fue realizado el 28 de enero de 2025 por el Boletín de Científicos Atómicos (BAS) durante una conferencia de prensa en el Instituto de la Paz en Washington, D.C. La última vez que el reloj se ajustó fue en 2024 cuando estaba a 90 segundos de la medianoche.

El reloj, creado por los científicos que trabajaron en el Proyecto Manhattan, ha sido ajustado un total de 26 veces desde su creación tras la Segunda Guerra Mundial. Originalmente, en 1947, fue establecido a siete minutos de la medianoche para alertar al mundo sobre los peligros nucleares emergentes. Uno de los ajustes más significativos ocurrió en 1991, cuando la finalización de la Guerra Fría permitió que se alejara hasta los 17 minutos de la medianoche.

Este último ajuste responde a una confluencia de factores que incluyen amenazas nucleares, cambio climático, tecnologías disruptivas, amenazas biológicas y la creciente difusión de desinformación. La amenaza nuclear sigue siendo alta debido a la proliferación de armas nucleares y la retórica sobre su uso, particularmente en el contexto de la guerra en Ucrania, donde el presidente ruso, Vladimir Putin, ha mencionado en múltiples ocasiones la posibilidad de recurrir a estas armas.

El cambio climático se ha intensificado con los récords de altas temperaturas y desastres naturales observados en 2023, reflejando la falta de políticas gubernamentales eficaces para mitigar el calentamiento global. Además, el avance de las tecnologías disruptivas, como la inteligencia artificial, y su integración en operaciones militares incrementa el riesgo de conflictos y malentendidos.

Las amenazas biológicas persisten con la aparición y reaparición de enfermedades que desafían la salud pública y la seguridad global. Finalmente, la propagación de desinformación y teorías de conspiración socava la comunicación efectiva sobre estos riesgos, dificultando la cooperación internacional para enfrentarlos.

"Cada segundo más cerca de la medianoche aumenta la probabilidad de una catástrofe global", enfatizó Daniel Holz, presidente de la Junta de Ciencia y Seguridad del BAS. Juan Manuel Santos, ex presidente de Colombia y premio Nobel de la Paz, urgió a los líderes mundiales a unirse para evitar el apocalipsis, destacando que aún existen oportunidades para revertir la situación.

Desde su creación, el Reloj del Fin del Mundo ha servido como una metáfora para alertar al mundo sobre los peligros existenciales que enfrenta la humanidad. En 1949, tras la prueba nuclear soviética, el reloj se movió a tres minutos de la medianoche. En 2018, se ajustó a dos minutos de la medianoche debido a la descomposición del orden internacional y la insuficiente acción contra el cambio climático.


El reciente ajuste a 89 segundos de la medianoche es un llamado urgente a tomar acción frente a las múltiples amenazas que asechan a la humanidad, instando a los gobiernos y ciudadanos por igual a redoblar sus esfuerzos para mejorar la cooperación internacional, promover acciones efectivas contra el cambio climático y frenar el avance incontrolado de tecnologías peligrosas.

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