EconomÍa

La Casa Blanca insiste en que los aranceles del 25% contra México y Canadá se mantienen para el sábado

Estados Unidos ha anunciado la implementación de aranceles del 25% a productos importados de México y Canadá, a partir del 1 de febrero de 2025, con el objetivo de presionar a estos países a colaborar en la lucha contra la inmigración irregular y el tráfico de fentanilo.

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La Casa Blanca insiste en que los aranceles del 25% contra México y Canadá se mantienen para el sábado

Estados Unidos ha anunciado la implementación de aranceles del 25% a productos importados de México y Canadá, a partir del 1 de febrero de 2025, con el objetivo de presionar a estos países a colaborar en la lucha contra la inmigración irregular y el tráfico de fentanilo.

“La fecha para la imposición de aranceles se mantiene firme debido a la necesidad de que México y Canadá incrementen su colaboración con Estados Unidos”

- Afirmó Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca.

29/1/2025

A partir del 1 de febrero de 2025, Estados Unidos aplicará aranceles del 25% a productos provenientes de México y Canadá, según una confirmación reciente de la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. Esta medida se enmarca en los esfuerzos del gobierno estadounidense para intensificar la colaboración con sus vecinos del norte y del sur en la lucha contra la inmigración irregular y el tráfico de fentanilo.

El contexto de la decisión se sitúa en la estrategia del presidente Donald Trump, quien utiliza la política de aranceles como una herramienta para negociar y presionar a otros países. En los primeros once meses del año anterior, México exportó aproximadamente 776.000 millones de dólares a Estados Unidos, mientras que Canadá exportó alrededor de 700.000 millones de dólares, lo cual representa el 30% del total de las importaciones estadounidenses. La imposición de aranceles puede incrementar los precios de los productos importados y provocar un aumento de la inflación en Estados Unidos.

Las reacciones de los gobiernos de México y Canadá no se han hecho esperar. Ambos países han manifestado su disposición a imponer aranceles a productos estadounidenses en represalia. Mélanie Joly, ministra de Exteriores canadiense, tiene prevista una reunión con Marco Rubio, secretario de Comercio de EE. UU., para tratar el asunto.

Howard Lutnick, nominado por Trump para dirigir el Departamento de Comercio, ha declarado que los aranceles pueden ser evitados si México y Canadá actúan de manera rápida y efectiva para cerrar sus fronteras al fentanilo. Lutnick señaló también que la fecha límite establecida tiene como objetivo presionar a ambos países a tomar acciones concretas. Además, ha propuesto que la política comercial de EE. UU. debería enfocarse en restaurar la "reciprocidad" en sus relaciones comerciales, sugiriendo la imposición de aranceles generales del 10% a todas las importaciones.

Un antecedente relevante en este contexto es el caso de Colombia, donde las amenazas de tasas de hasta el 50% a sus productos llevaron al país sudamericano a aceptar rápidamente vuelos de repatriación de deportados.

La situación plantea un escenario tenso en las relaciones comerciales entre estos países, con posibles repercusiones en varios sectores económicos y en los precios al consumidor. La evolución de las negociaciones y las medidas que tomen México y Canadá serán determinantes en el desenlace de esta política arancelaria. Esta no es la primera ocasión en la que Estados Unidos utiliza aranceles como una herramienta para ejercer presión política sobre otros países. A lo largo de la historia, esta estrategia ha sido empleada en múltiples ocasiones con diversos grados de éxito.

Algo Curioso

“La fecha para la imposición de aranceles se mantiene firme debido a la necesidad de que México y Canadá incrementen su colaboración con Estados Unidos”

- Afirmó Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca.

Jan 29, 2025
Colglobal News

A partir del 1 de febrero de 2025, Estados Unidos aplicará aranceles del 25% a productos provenientes de México y Canadá, según una confirmación reciente de la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. Esta medida se enmarca en los esfuerzos del gobierno estadounidense para intensificar la colaboración con sus vecinos del norte y del sur en la lucha contra la inmigración irregular y el tráfico de fentanilo.

El contexto de la decisión se sitúa en la estrategia del presidente Donald Trump, quien utiliza la política de aranceles como una herramienta para negociar y presionar a otros países. En los primeros once meses del año anterior, México exportó aproximadamente 776.000 millones de dólares a Estados Unidos, mientras que Canadá exportó alrededor de 700.000 millones de dólares, lo cual representa el 30% del total de las importaciones estadounidenses. La imposición de aranceles puede incrementar los precios de los productos importados y provocar un aumento de la inflación en Estados Unidos.

Las reacciones de los gobiernos de México y Canadá no se han hecho esperar. Ambos países han manifestado su disposición a imponer aranceles a productos estadounidenses en represalia. Mélanie Joly, ministra de Exteriores canadiense, tiene prevista una reunión con Marco Rubio, secretario de Comercio de EE. UU., para tratar el asunto.

Howard Lutnick, nominado por Trump para dirigir el Departamento de Comercio, ha declarado que los aranceles pueden ser evitados si México y Canadá actúan de manera rápida y efectiva para cerrar sus fronteras al fentanilo. Lutnick señaló también que la fecha límite establecida tiene como objetivo presionar a ambos países a tomar acciones concretas. Además, ha propuesto que la política comercial de EE. UU. debería enfocarse en restaurar la "reciprocidad" en sus relaciones comerciales, sugiriendo la imposición de aranceles generales del 10% a todas las importaciones.

Un antecedente relevante en este contexto es el caso de Colombia, donde las amenazas de tasas de hasta el 50% a sus productos llevaron al país sudamericano a aceptar rápidamente vuelos de repatriación de deportados.

La situación plantea un escenario tenso en las relaciones comerciales entre estos países, con posibles repercusiones en varios sectores económicos y en los precios al consumidor. La evolución de las negociaciones y las medidas que tomen México y Canadá serán determinantes en el desenlace de esta política arancelaria. Esta no es la primera ocasión en la que Estados Unidos utiliza aranceles como una herramienta para ejercer presión política sobre otros países. A lo largo de la historia, esta estrategia ha sido empleada en múltiples ocasiones con diversos grados de éxito.

A partir del 1 de febrero de 2025, Estados Unidos aplicará aranceles del 25% a productos provenientes de México y Canadá, según una confirmación reciente de la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. Esta medida se enmarca en los esfuerzos del gobierno estadounidense para intensificar la colaboración con sus vecinos del norte y del sur en la lucha contra la inmigración irregular y el tráfico de fentanilo.

El contexto de la decisión se sitúa en la estrategia del presidente Donald Trump, quien utiliza la política de aranceles como una herramienta para negociar y presionar a otros países. En los primeros once meses del año anterior, México exportó aproximadamente 776.000 millones de dólares a Estados Unidos, mientras que Canadá exportó alrededor de 700.000 millones de dólares, lo cual representa el 30% del total de las importaciones estadounidenses. La imposición de aranceles puede incrementar los precios de los productos importados y provocar un aumento de la inflación en Estados Unidos.

Las reacciones de los gobiernos de México y Canadá no se han hecho esperar. Ambos países han manifestado su disposición a imponer aranceles a productos estadounidenses en represalia. Mélanie Joly, ministra de Exteriores canadiense, tiene prevista una reunión con Marco Rubio, secretario de Comercio de EE. UU., para tratar el asunto.

Howard Lutnick, nominado por Trump para dirigir el Departamento de Comercio, ha declarado que los aranceles pueden ser evitados si México y Canadá actúan de manera rápida y efectiva para cerrar sus fronteras al fentanilo. Lutnick señaló también que la fecha límite establecida tiene como objetivo presionar a ambos países a tomar acciones concretas. Además, ha propuesto que la política comercial de EE. UU. debería enfocarse en restaurar la "reciprocidad" en sus relaciones comerciales, sugiriendo la imposición de aranceles generales del 10% a todas las importaciones.

Un antecedente relevante en este contexto es el caso de Colombia, donde las amenazas de tasas de hasta el 50% a sus productos llevaron al país sudamericano a aceptar rápidamente vuelos de repatriación de deportados.

La situación plantea un escenario tenso en las relaciones comerciales entre estos países, con posibles repercusiones en varios sectores económicos y en los precios al consumidor. La evolución de las negociaciones y las medidas que tomen México y Canadá serán determinantes en el desenlace de esta política arancelaria. Esta no es la primera ocasión en la que Estados Unidos utiliza aranceles como una herramienta para ejercer presión política sobre otros países. A lo largo de la historia, esta estrategia ha sido empleada en múltiples ocasiones con diversos grados de éxito.

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