El primer ministro de Georgia, Irakli Kobakhidze, anunció que el país suspenderá su proceso de adhesión a la Unión Europea (UE) hasta 2028. La decisión ha generado fuertes reacciones y ha desencadenado protestas en todo el país. Miles de ciudadanos han salido a las calles en varias ciudades, entre ellas Tbilisi, para mostrar su descontento con la medida.
Las manifestaciones fueron caracterizadas por disturbios y enfrentamientos con la policía, que empleó gases lacrimógenos, cañones de agua y spray de pimienta para dispersar a los manifestantes. Más de 100 personas fueron arrestadas, y al menos 10 policías resultaron heridos durante los disturbios. A su vez, numerosos manifestantes sufrieron lesiones, aunque el número exacto de heridos civiles no ha sido confirmado.
La oposición georgiana, que ha cuestionado la legitimidad del gobierno tras las elecciones de octubre en las que Sueño Georgiano obtuvo el 54% de los votos, calificó la decisión como una "traición". Las alegaciones de fraude electoral han aumentado las tensiones entre el gobierno y la oposición.
El contexto político en Georgia ha visto un deterioro en las relaciones con la UE, exacerbado por la aprobación de legislaciones polémicas como la ley de agentes extranjeros y restricciones a los derechos LGBTI, las cuales han sido comparadas con leyes rusas. En este marco, la presidenta Salomé Zurabishvili criticó duramente al gobierno por la decisión, declarando que ha "declarado la guerra a su propio pueblo". Zurabishvili, cuyo mandato termina en diciembre, ha sido una aliada clave de la oposición en este conflicto. El partido gobernante ya ha propuesto a Mikheil Kavelashvili como su sucesor.
La decisión también ha tenido repercusiones internacionales. El embajador de la UE en Georgia, Pawel Herczynski, calificó la medida como "deplorable" y expresó su preocupación por los efectos negativos que podría tener en la relación entre Georgia y la UE. Cabe destacar que la UE había otorgado a Georgia el estatus de candidato a la adhesión en diciembre de 2023, congelando posteriormente el proceso ante preocupaciones sobre el estado de la democracia en el país.
La opinión pública en Georgia refleja un fuerte deseo de integración europea, con más del 80% de la población apoyando la adhesión a la UE. Las protestas han sido acompañadas de consignas como "¡Traidores!" y lágrimas de rabia por los periodistas agredidos durante las manifestaciones.
En resumen, la situación en Georgia permanece tensa. Un claro conflicto entre el gobierno y la oposición, junto con un descontento generalizado de la población respecto a la decisión de suspender la adhesión a la UE, ha dejado al país en un momento crucial en sus aspiraciones proeuropeas.