Gustavo Petro, presidente de Colombia, ha llevado a cabo cambios importantes en su equipo de trabajo en medio de una crisis interna en su administración. Laura Sarabia, una figura de influencia significativa en la Casa de Nariño, ha dejado su puesto, creando un vacío notable en el núcleo del poder presidencial. A su partida se suma la de María Elena Romero, otra aliada cercana. Además, Jorge Rojas renunció tras solamente una semana en el cargo de director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (DAPRE).
Angie Rodríguez ha sido designada como la nueva directora del DAPRE, sustituyendo a Rojas. Aunque no proviene de los círculos habituales de Petro, Rodríguez cuenta con una larga trayectoria en las bases de la izquierda. La rápida salida de Jorge Rojas, quien ha sido un aliado cercano del presidente por dos décadas, marcó un punto álgido en la crisis interna. Petro ha responsabilizado a Rojas por gran parte de la crisis, afirmando que su comportamiento provocó indignación y casi ocasionó la caída de su gobierno.
Un punto de controversia fue la desinformación difundida por Rojas, quien aseguraba que Armando Benedetti sería el nuevo jefe de ministros. Esto generó una ola de malestar entre los ministros, obligando a Petro a aclarar públicamente que Benedetti no asumiría dicho rol, ya que la responsabilidad recae directamente sobre él como presidente.
La dinámica de poder dentro de la presidencia ha experimentado cambios significativos. Petro ha recalcado que el jefe de despacho debe reportar al secretario general de la presidencia o al director del DAPRE, y que los ministros deben responder directamente al presidente. Previamente, Laura Sarabia actuaba como intermediaria entre Petro y los ministros, lo que causaba desconcierto y tensiones dentro del gabinete.
El nombramiento de Armando Benedetti como jefe de Gabinete ha añadido una nueva capa de complejidad. Benedetti, considerado uno de los pesos pesados de la política colombiana y mentor de Sarabia, ha buscado consolidar su influencia y poder. Argumenta que el presidente ha estado mal asesorado hasta ahora y se ha mostrado ambicioso en su nueva función.
Las recientes divisiones dentro de la administración se han vuelto más evidentes. La tensa situación se hizo palpable durante la última reunión del Consejo de Ministros, transmitida en vivo, donde se pudieron observar las fracturas y la crisis de liderazgo que enfrentan actualmente. Las facciones de la izquierda, que antes se mantenían unidas, ahora se encuentran en pugnas internas, exacerbadas por los recientes cambios de personal y la incertidumbre sobre el rumbo del gobierno.