Ciencia

Megatsunamis de 20 Pisos de Altura Representan un Peligro Real, Advierten Científicos

Un imponente megatsunami causado por un deslizamiento de rocas en el este de Groenlandia afectó significativamente el Fiordo Dickson, generando una serie de olas que llegaron a alcanzar alturas sorprendentes.

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Megatsunamis de 20 Pisos de Altura Representan un Peligro Real, Advierten Científicos

Un imponente megatsunami causado por un deslizamiento de rocas en el este de Groenlandia afectó significativamente el Fiordo Dickson, generando una serie de olas que llegaron a alcanzar alturas sorprendentes.

Este evento subraya los peligros potenciales que representan la inestabilidad geológica en el contexto del cambio climático.

7/9/2024

El 16 de septiembre de 2023 se registró un notable evento geológico en el este de Groenlandia que derivó en un megatsunami, impactando el Fiordo Dickson. El fenómeno fue provocado por un deslizamiento de rocas de dimensiones similares a un estadio de fútbol que se desprendió desde una altura aproximada de 60 metros, originando una ola cuya altura máxima superó los 200 metros antes de estabilizarse en 60 metros.

El deslizamiento de rocas y el tsunami resultante ocurrieron a las 12:35 UTC y generaron una ola inicial de aproximadamente 10 kilómetros de ancho. La fuerza de este evento generó señales sísmicas detectadas globalmente, incluyendo algunas registradas a más de 5,000 kilómetros de distancia. Las primeras señales sísmicas se ubicaron en el rango de frecuencia de 0.02–0.06 Hz, seguidas por una señal monocromática de 0.0109 Hz que perduró por más de una semana.

La ola del tsunami alcanzó a una unidad militar situada en la isla Ella, cuyos miembros informaron sobre el impacto significativo de las olas en la costa.

Desde un punto de vista geológico, el deslizamiento afecta aproximadamente 160,000 metros cuadrados de terreno que se desplomaron desde una pendiente empinada de entre 30° y 40°, con una altura de caída estimada entre 300 y 400 metros. Este evento se enmarca dentro de una creciente preocupación respecto a la estabilidad de las áreas costeras de Groenlandia, la cual se está viendo agravada por el cambio climático y el derretimiento de los glaciares, incrementando así la probabilidad de deslizamientos y tsunamis.

Este fenómeno recuerda a desastres similares previos en la región, como el deslizamiento de tierra del Fiordo Karrat en 2017, que resultó en un tsunami devastador que inundó la aldea de Nuugaatsiaq, causando víctimas mortales y destrucción.

Científicos analizaron el evento mediante imágenes satelitales de alta resolución y datos sísmicos, corroborando el impacto del deslizamiento y las características del tsunami. Las alturas de las olas del tsunami superaron los 200 metros en el punto de impacto, con un promedio de aproximadamente 60 metros a lo largo de un perfil de 10 kilómetros.

El megatsunami del 16 de septiembre de 2023 en Groenlandia destaca los riesgos inherentes de la inestabilidad geológica en el contexto del cambio climático. El evento no solo tuvo efectos inmediatos en el área local, sino que también ha generado alarmas en la comunidad científica sobre la creciente frecuencia de estos incidentes en regiones glaciares. Los megatsunamis, significativamente más grandes que los tsunamis normales, como el ocurrido en el Fiordo Dickson, evidencian el impacto colosal de los deslizamientos de tierra en áreas propensas a la inestabilidad geológica.

Algo Curioso

Este evento subraya los peligros potenciales que representan la inestabilidad geológica en el contexto del cambio climático.

Sep 7, 2024
Colglobal News

El 16 de septiembre de 2023 se registró un notable evento geológico en el este de Groenlandia que derivó en un megatsunami, impactando el Fiordo Dickson. El fenómeno fue provocado por un deslizamiento de rocas de dimensiones similares a un estadio de fútbol que se desprendió desde una altura aproximada de 60 metros, originando una ola cuya altura máxima superó los 200 metros antes de estabilizarse en 60 metros.

El deslizamiento de rocas y el tsunami resultante ocurrieron a las 12:35 UTC y generaron una ola inicial de aproximadamente 10 kilómetros de ancho. La fuerza de este evento generó señales sísmicas detectadas globalmente, incluyendo algunas registradas a más de 5,000 kilómetros de distancia. Las primeras señales sísmicas se ubicaron en el rango de frecuencia de 0.02–0.06 Hz, seguidas por una señal monocromática de 0.0109 Hz que perduró por más de una semana.

La ola del tsunami alcanzó a una unidad militar situada en la isla Ella, cuyos miembros informaron sobre el impacto significativo de las olas en la costa.

Desde un punto de vista geológico, el deslizamiento afecta aproximadamente 160,000 metros cuadrados de terreno que se desplomaron desde una pendiente empinada de entre 30° y 40°, con una altura de caída estimada entre 300 y 400 metros. Este evento se enmarca dentro de una creciente preocupación respecto a la estabilidad de las áreas costeras de Groenlandia, la cual se está viendo agravada por el cambio climático y el derretimiento de los glaciares, incrementando así la probabilidad de deslizamientos y tsunamis.

Este fenómeno recuerda a desastres similares previos en la región, como el deslizamiento de tierra del Fiordo Karrat en 2017, que resultó en un tsunami devastador que inundó la aldea de Nuugaatsiaq, causando víctimas mortales y destrucción.

Científicos analizaron el evento mediante imágenes satelitales de alta resolución y datos sísmicos, corroborando el impacto del deslizamiento y las características del tsunami. Las alturas de las olas del tsunami superaron los 200 metros en el punto de impacto, con un promedio de aproximadamente 60 metros a lo largo de un perfil de 10 kilómetros.

El megatsunami del 16 de septiembre de 2023 en Groenlandia destaca los riesgos inherentes de la inestabilidad geológica en el contexto del cambio climático. El evento no solo tuvo efectos inmediatos en el área local, sino que también ha generado alarmas en la comunidad científica sobre la creciente frecuencia de estos incidentes en regiones glaciares. Los megatsunamis, significativamente más grandes que los tsunamis normales, como el ocurrido en el Fiordo Dickson, evidencian el impacto colosal de los deslizamientos de tierra en áreas propensas a la inestabilidad geológica.

El 16 de septiembre de 2023 se registró un notable evento geológico en el este de Groenlandia que derivó en un megatsunami, impactando el Fiordo Dickson. El fenómeno fue provocado por un deslizamiento de rocas de dimensiones similares a un estadio de fútbol que se desprendió desde una altura aproximada de 60 metros, originando una ola cuya altura máxima superó los 200 metros antes de estabilizarse en 60 metros.

El deslizamiento de rocas y el tsunami resultante ocurrieron a las 12:35 UTC y generaron una ola inicial de aproximadamente 10 kilómetros de ancho. La fuerza de este evento generó señales sísmicas detectadas globalmente, incluyendo algunas registradas a más de 5,000 kilómetros de distancia. Las primeras señales sísmicas se ubicaron en el rango de frecuencia de 0.02–0.06 Hz, seguidas por una señal monocromática de 0.0109 Hz que perduró por más de una semana.

La ola del tsunami alcanzó a una unidad militar situada en la isla Ella, cuyos miembros informaron sobre el impacto significativo de las olas en la costa.

Desde un punto de vista geológico, el deslizamiento afecta aproximadamente 160,000 metros cuadrados de terreno que se desplomaron desde una pendiente empinada de entre 30° y 40°, con una altura de caída estimada entre 300 y 400 metros. Este evento se enmarca dentro de una creciente preocupación respecto a la estabilidad de las áreas costeras de Groenlandia, la cual se está viendo agravada por el cambio climático y el derretimiento de los glaciares, incrementando así la probabilidad de deslizamientos y tsunamis.

Este fenómeno recuerda a desastres similares previos en la región, como el deslizamiento de tierra del Fiordo Karrat en 2017, que resultó en un tsunami devastador que inundó la aldea de Nuugaatsiaq, causando víctimas mortales y destrucción.

Científicos analizaron el evento mediante imágenes satelitales de alta resolución y datos sísmicos, corroborando el impacto del deslizamiento y las características del tsunami. Las alturas de las olas del tsunami superaron los 200 metros en el punto de impacto, con un promedio de aproximadamente 60 metros a lo largo de un perfil de 10 kilómetros.

El megatsunami del 16 de septiembre de 2023 en Groenlandia destaca los riesgos inherentes de la inestabilidad geológica en el contexto del cambio climático. El evento no solo tuvo efectos inmediatos en el área local, sino que también ha generado alarmas en la comunidad científica sobre la creciente frecuencia de estos incidentes en regiones glaciares. Los megatsunamis, significativamente más grandes que los tsunamis normales, como el ocurrido en el Fiordo Dickson, evidencian el impacto colosal de los deslizamientos de tierra en áreas propensas a la inestabilidad geológica.

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