Ciencia

La NASA Logra Pruebas Exitosas de Combustible Nuclear para Propulsión Espacial

General Atomics Electromagnetic Systems (GA-EMS) ha llevado a cabo pruebas exitosas del combustible nuclear destinado a la propulsión térmica nuclear (NTP) en el Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA, un avance crucial para futuras misiones espaciales rápidas y profundas, incluyendo vuelos tripulados a Marte.

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La NASA Logra Pruebas Exitosas de Combustible Nuclear para Propulsión Espacial

General Atomics Electromagnetic Systems (GA-EMS) ha llevado a cabo pruebas exitosas del combustible nuclear destinado a la propulsión térmica nuclear (NTP) en el Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA, un avance crucial para futuras misiones espaciales rápidas y profundas, incluyendo vuelos tripulados a Marte.

“Este éxito nos acerca significativamente a la realización de la propulsión nuclear térmica segura y confiable para misiones espaciales avanzadas”

- Declaró un portavoz de GA-EMS.

21/1/2025

General Atomics Electromagnetic Systems (GA-EMS) ha completado con éxito una serie de pruebas del combustible nuclear destinado a la propulsión térmica nuclear (NTP) en el Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA. Estas pruebas marcan un avance crítico para el desarrollo de tecnologías de propulsión espacial que permitirán misiones más rápidas y con mayor alcance, tanto en el espacio cislunar como en misiones profundas, incluyendo vuelos tripulados a Marte.

El combustible fue sometido a un flujo de hidrógeno caliente y experimentó seis ciclos térmicos, alcanzando una temperatura máxima de 2,600 K (aproximadamente 4,220 °F o 2,260 °C). Cada ciclo térmico incluyó un mantenimiento de 20 minutos a la temperatura máxima para comprobar la efectividad y durabilidad del material en condiciones extremas. Los resultados indicaron que el combustible pudo soportar estas condiciones sin mostrar signos de erosión o degradación.

Además de las pruebas iniciales, se llevaron a cabo experimentos adicionales para evaluar diferentes características de protección y cómo estas mejoras en los materiales influían en el rendimiento bajo condiciones similares a las de un reactor. En distintos entornos, tanto con hidrógeno como sin él, el combustible funcionó excepcionalmente bien a temperaturas de hasta 3,000 K (aproximadamente 4,940 °F o 2,726 °C), confirmando su viabilidad para estas aplicaciones de alta demanda.

Las pruebas revelaron que el sistema de propulsión NTP podría ser de dos a tres veces más eficiente que los motores de cohetes químicos convencionales. GA-EMS utilizó por primera vez la instalación de prueba de elementos de combustible compactos (CFEET) del Centro Marshall, la cual demostró ser fundamental para validar la supervivencia del combustible tras los ciclos térmicos.

La colaboración con la NASA ha sido esencial para continuar el desarrollo y probar el combustible, asegurándose de que cumpla con los exigentes requisitos de rendimiento para futuras arquitecturas de misiones cislunares y viajes a Marte.

Históricamente, la propulsión térmica nuclear fue concebida por primera vez en 1945. Este enfoque de propulsión se basa en el uso de un reactor nuclear para calentar un propulsor, generalmente hidrógeno, aunque también se pueden utilizar otros materiales como agua.

Estos resultados representan un hito significativo para la industria aeroespacial, acercando cada vez más a la realización de una propulsión nuclear térmica segura y confiable, crucial para el éxito de futuras misiones espaciales de larga distancia.

Algo Curioso

“Este éxito nos acerca significativamente a la realización de la propulsión nuclear térmica segura y confiable para misiones espaciales avanzadas”

- Declaró un portavoz de GA-EMS.

Jan 21, 2025
Colglobal News

General Atomics Electromagnetic Systems (GA-EMS) ha completado con éxito una serie de pruebas del combustible nuclear destinado a la propulsión térmica nuclear (NTP) en el Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA. Estas pruebas marcan un avance crítico para el desarrollo de tecnologías de propulsión espacial que permitirán misiones más rápidas y con mayor alcance, tanto en el espacio cislunar como en misiones profundas, incluyendo vuelos tripulados a Marte.

El combustible fue sometido a un flujo de hidrógeno caliente y experimentó seis ciclos térmicos, alcanzando una temperatura máxima de 2,600 K (aproximadamente 4,220 °F o 2,260 °C). Cada ciclo térmico incluyó un mantenimiento de 20 minutos a la temperatura máxima para comprobar la efectividad y durabilidad del material en condiciones extremas. Los resultados indicaron que el combustible pudo soportar estas condiciones sin mostrar signos de erosión o degradación.

Además de las pruebas iniciales, se llevaron a cabo experimentos adicionales para evaluar diferentes características de protección y cómo estas mejoras en los materiales influían en el rendimiento bajo condiciones similares a las de un reactor. En distintos entornos, tanto con hidrógeno como sin él, el combustible funcionó excepcionalmente bien a temperaturas de hasta 3,000 K (aproximadamente 4,940 °F o 2,726 °C), confirmando su viabilidad para estas aplicaciones de alta demanda.

Las pruebas revelaron que el sistema de propulsión NTP podría ser de dos a tres veces más eficiente que los motores de cohetes químicos convencionales. GA-EMS utilizó por primera vez la instalación de prueba de elementos de combustible compactos (CFEET) del Centro Marshall, la cual demostró ser fundamental para validar la supervivencia del combustible tras los ciclos térmicos.

La colaboración con la NASA ha sido esencial para continuar el desarrollo y probar el combustible, asegurándose de que cumpla con los exigentes requisitos de rendimiento para futuras arquitecturas de misiones cislunares y viajes a Marte.

Históricamente, la propulsión térmica nuclear fue concebida por primera vez en 1945. Este enfoque de propulsión se basa en el uso de un reactor nuclear para calentar un propulsor, generalmente hidrógeno, aunque también se pueden utilizar otros materiales como agua.

Estos resultados representan un hito significativo para la industria aeroespacial, acercando cada vez más a la realización de una propulsión nuclear térmica segura y confiable, crucial para el éxito de futuras misiones espaciales de larga distancia.

General Atomics Electromagnetic Systems (GA-EMS) ha completado con éxito una serie de pruebas del combustible nuclear destinado a la propulsión térmica nuclear (NTP) en el Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA. Estas pruebas marcan un avance crítico para el desarrollo de tecnologías de propulsión espacial que permitirán misiones más rápidas y con mayor alcance, tanto en el espacio cislunar como en misiones profundas, incluyendo vuelos tripulados a Marte.

El combustible fue sometido a un flujo de hidrógeno caliente y experimentó seis ciclos térmicos, alcanzando una temperatura máxima de 2,600 K (aproximadamente 4,220 °F o 2,260 °C). Cada ciclo térmico incluyó un mantenimiento de 20 minutos a la temperatura máxima para comprobar la efectividad y durabilidad del material en condiciones extremas. Los resultados indicaron que el combustible pudo soportar estas condiciones sin mostrar signos de erosión o degradación.

Además de las pruebas iniciales, se llevaron a cabo experimentos adicionales para evaluar diferentes características de protección y cómo estas mejoras en los materiales influían en el rendimiento bajo condiciones similares a las de un reactor. En distintos entornos, tanto con hidrógeno como sin él, el combustible funcionó excepcionalmente bien a temperaturas de hasta 3,000 K (aproximadamente 4,940 °F o 2,726 °C), confirmando su viabilidad para estas aplicaciones de alta demanda.

Las pruebas revelaron que el sistema de propulsión NTP podría ser de dos a tres veces más eficiente que los motores de cohetes químicos convencionales. GA-EMS utilizó por primera vez la instalación de prueba de elementos de combustible compactos (CFEET) del Centro Marshall, la cual demostró ser fundamental para validar la supervivencia del combustible tras los ciclos térmicos.

La colaboración con la NASA ha sido esencial para continuar el desarrollo y probar el combustible, asegurándose de que cumpla con los exigentes requisitos de rendimiento para futuras arquitecturas de misiones cislunares y viajes a Marte.

Históricamente, la propulsión térmica nuclear fue concebida por primera vez en 1945. Este enfoque de propulsión se basa en el uso de un reactor nuclear para calentar un propulsor, generalmente hidrógeno, aunque también se pueden utilizar otros materiales como agua.

Estos resultados representan un hito significativo para la industria aeroespacial, acercando cada vez más a la realización de una propulsión nuclear térmica segura y confiable, crucial para el éxito de futuras misiones espaciales de larga distancia.

Algo Curioso

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