La Jeddah Tower, también conocida como JEC Tower, es un ambicioso proyecto en Arabia Saudita que pretende convertirse en el rascacielos más alto del mundo, alcanzando una altura de 1,000 metros y superando en más de 152 metros al Burj Khalifa de Dubái. La construcción de la torre se detuvo en 2018 debido a la detención de varios ejecutivos clave en el marco de la campaña anticorrupción liderada por el príncipe heredero Mohammed bin Salman.
El diseño de la torre, obra de Adrian Smith + Gordon Gill, presenta una estructura triangular inspirada en las hojas de una planta del desierto, lo que permitirá resistir vientos fuertes y protegerse del sol mediante muescas en tres lados. La torre contará con 157 pisos y estará equipada con 59 elevadores, considerados uno de los sistemas más avanzados del mundo.
El proyecto, que comenzó en 2013 con una fecha de finalización inicial prevista para 2020, tiene un costo total de SAR 7.2 mil millones (aproximadamente USD 1.9 mil millones). Hasta la fecha, se ha completado alrededor del 40 % de la construcción, con 63 de los 157 pisos ya erigidos. Los pagos realizados por los trabajos hasta ahora ascienden a SAR 1.1 mil millones (USD 290 millones).
La construcción se reanudó oficialmente en octubre de 2024, tras la liberación del príncipe Alwaleed bin Talal, quien estuvo presente en la ceremonia de reanudación. La nueva fecha estimada de finalización es 2028. El Saudi Binladen Group, que había sido reemplazado previamente, fue recontratado para completar la obra.
Además de convertirse en el edificio más alto del mundo, Jeddah Tower ofrecerá una amplia gama de servicios y espacios, incluyendo oficinas, residencias, áreas comerciales, un hotel de lujo y el punto de observación más alto a nivel mundial. Esta estructura será la pieza central de Jeddah Economic City, un desarrollo urbano extenso que abarca 57 millones de pies cuadrados y cuyo costo total se estima en USD 20 mil millones.
El proyecto no ha estado exento de desafíos, incluyendo la pandemia de COVID-19, que también contribuyó a los retrasos en la construcción. Sin embargo, la reanudación de las obras sugiere un renovado compromiso con la finalización de este icónico proyecto.
"La Jeddah Tower no solo será un rascacielos, será un símbolo de nuestra visión y ambición", declaró el príncipe Alwaleed bin Talal, subrayando la importancia simbólica y arquitectónica que el proyecto representa para Arabia Saudita.
Se espera que este imponente edificio transforme significativamente el horizonte de Jeddah, consolidándose como un emblema de modernidad y progreso en la región. Con todas sus características y la magnitud de su altura, la Jeddah Tower promete ser un destino global para varias industrias y un punto de referencia arquitectónico por muchos años.
La finalización del proyecto también se considera un paso clave en los esfuerzos de Arabia Saudita para diversificar su economía y reducir la dependencia del petróleo, alineándose con la visión del país para el futuro.