El pasado 22 de abril se registró un ataque armado en la zona turística de Pahalgam, en Kashmir, que resultó en la muerte de 26 hombres, entre ellos 25 ciudadanos indios y un nepalés. El atentado, considerado el más mortífero contra civiles en la región en años, dejó también al menos 17 heridos y ha sido comparado con los atentados de Mumbai en 2008 debido a su impacto y crueldad.
El grupo militante "Kashmir Resistance", poco conocido hasta la fecha, se atribuyó la responsabilidad del ataque, argumentando que las víctimas formaban parte de un supuesto cambio demográfico en la región. Los atacantes abrieron fuego de manera indiscriminada contra los turistas; testigos relataron que a varios hombres se les exigió recitar versos islámicos, ejecutando a quienes no pudieron hacerlo.
Como respuesta inmediata, el gobierno indio ejecutó una serie de medidas de represalia: cerró un cruce fronterizo clave con Pakistán, suspendió el Tratado de Aguas del Indus que regula el uso de seis ríos compartidos entre ambas naciones, canceló visas de ciudadanos paquistaníes con la orden de abandonar territorio indio en 48 horas y expulsó a asesores militares paquistaníes de la embajada en Nueva Delhi. El Ministro de Defensa, Rajnath Singh, prometió una acción rápida y contundente contra los responsables y quienes los apoyaron.
El ataque ocurre en un contexto de tensiones históricas agravadas desde que India revocó la autonomía limitada de Kashmir en 2019. Tras el atentado, hubo una evacuación masiva de turistas; aerolíneas añadieron vuelos extra para atender la demanda y la industria turística local quedó gravemente afectada.
A nivel internacional, líderes y gobiernos condenaron el ataque, expresando apoyo a la India, incluyendo al presidente estadounidense JD Vance. El gobierno de Pakistán, por su parte, manifestó su preocupación por la pérdida de vidas humanas y negó cualquier relación con los hechos.
El atentado marca un repunte significativo de la violencia dirigida contra turistas en Kashmir, un fenómeno que raramente se había visto en los últimos años en la región. Las autoridades indias sostienen que mantendrán el endurecimiento de las medidas políticas y diplomáticas hasta que, según indican, Pakistán cese cualquier apoyo al terrorismo en la frontera compartida.