Durante el año 2023, Canadá enfrentó uno de los episodios más devastadores de incendios forestales en su historia, liberando aproximadamente 647 megatoneladas de carbono a la atmósfera. Este monto no solo supera las emisiones anuales de países como Alemania, Japón y Rusia, sino que coloca a los incendios canadienses como el cuarto mayor emisor de carbono a nivel mundial, sólo por debajo de China, India y Estados Unidos.
Los incendios devastaron 15 millones de hectáreas de cobertura forestal, lo que equivale al 4% de los bosques de Canadá. Para contextualizar, las emisiones típicas de incendios forestales en Canadá en la última década varían entre 29 y 121 megatoneladas, subrayando la gravedad del evento de 2023. Este desastre ambiental refuerza las consecuencias de las condiciones climáticas extremas, agravadas por la crisis climática y el consumo de combustibles fósiles.
El reciente estudio publicado en la prestigiosa revista Nature destaca esta correlación, atribuyendo el incremento de la severidad de los incendios a un clima más seco y cálido. Además, el estudio proyecta que las temperaturas anormalmente altas observadas en Canadá durante 2023 se convertirán en comunes para el año 2050.
Cabe resaltar que estas gigantescas emisiones de carbono generadas por los incendios no están incluidas en el inventario anual de emisiones de gases de efecto invernadero de Canadá, que tradicionalmente contabiliza solo aquellas provenientes de fuentes humanas directas. Actualmente, perturbaciones naturales como incendios forestales o brotes de insectos quedan fuera de estas mediciones.
Brendan Byrne, científico atmosférico del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA y autor principal del estudio, subrayó la necesidad urgente de reevaluar las políticas de emisiones de carbono. Byrne enfatiza que, "es crucial ajustar las políticas de emisión de carbono para reflejar la realidad de cómo los bosques están actuando como fuentes de carbono en lugar de sumideros".
El reconocimiento de estas emisiones es fundamental para una gestión ambiental efectiva y precisa, lo que podría llevar a un replanteamiento en la forma en que los países desarrollan estrategias para combatir el cambio climático y reducir sus huellas de carbono.
La comunidad científica y las autoridades ambientales se enfrentan ahora a un desafío mayúsculo: adaptar las políticas y acciones a una realidad donde los eventos climáticos extremos pueden alterar drásticamente el equilibrio de carbono global. La integración de datos sobre emisiones de incendios forestales en los inventarios anuales es un paso hacia una comprensión más completa y precisa de los impactos del cambio climático.