Los futbolistas que participen en la Copa Mundial de la FIFA 2026 se enfrentarán a un "muy alto riesgo de experimentar estrés térmico extremo" en 10 de los 16 estadios que serán sede del evento, según un estudio reciente. La combinación de condiciones climáticas adversas y ejercicio intenso podría hacer que las temperaturas se sientan superiores a 49.5°C (121.1°F) en Estados Unidos, México y Canadá.
El estudio identifica los estadios en Arlington y Houston (Estados Unidos) y Monterrey (México) como los más peligrosos en términos de estrés térmico inaceptable. Marek Konefał, coautor del estudio y miembro de la Universidad de Wroclaw, destacó que la tendencia de jugar las Copas Mundiales en condiciones crecientes de estrés térmico está directamente correlacionada con el calentamiento global.
Según la FIFA, se recomienda implementar pausas de enfriamiento si la temperatura de "bulbo húmedo" —un indicador que toma en cuenta el calor y la humedad— supera los 32°C. Julien Périard, director adjunto del Instituto de Investigación de Deportes y Ejercicio de la Universidad de Canberra, critica esta recomendación porque solo considera el calor externo y la humedad, subestimando el estrés real que los atletas experimentan. Durante la actividad física intensa, los músculos de los jugadores generan grandes cantidades de calor, incrementando así la carga térmica en sus cuerpos.
El estudio también simuló temperaturas tomando en cuenta la velocidad y los niveles de actividad de los jugadores, así como su vestimenta. Sin embargo, solo se pudo incluir parcialmente el efecto del ejercicio en el índice de calor. Se estima que el pico de estrés térmico ocurrirá entre las 2 p.m. y las 5 p.m. en casi todos los estadios, con temperaturas que podrían superar los 50°C en Arlington y Houston durante la tarde, lo que podría resultar en agotamiento por calor e incluso golpes de calor.
El informe también destaca el efecto de la contaminación por combustibles fósiles en la intensificación, prolongación y frecuencia de las olas de calor. En este contexto, se señala la paradoja de que la Copa Mundial de la FIFA 2026 está patrocinada por Saudi Aramco, el mayor productor de petróleo del mundo, y que la edición de 2034 se prevé que sea organizada por Arabia Saudita. Investigaciones previas han indicado que Arabia Saudita ha obstaculizado el progreso en las negociaciones climáticas, y los científicos sugieren que es crucial reducir la contaminación por estos combustibles y adaptar las actividades a un planeta más caliente.
La investigación no examinó los efectos del aire acondicionado al aire libre utilizado en la Copa Mundial de 2022 en Catar, lo que podría haber proporcionado datos adicionales sobre la mitigación del estrés térmico en ambientes abiertos.
Julien Périard sugirió que la FIFA debe revisar su política actual sobre el índice de bulbo húmedo y desarrollar una normativa específica para el estrés térmico en el fútbol, que incluya factores como la sudoración y medidas adicionales como extender los descansos en medio tiempo y posponer partidos si es necesario.