Un estudio publicado en Elsevier en 2003 ha revelado una correlación negativa entre la mayor altura y la longevidad. Según esta investigación, las personas más bajas tienden a tener una menor tasa de mortalidad y menos enfermedades crónicas relacionadas con la dieta, especialmente después de la mediana edad.
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En un análisis que incluyó a más de 2,500 atletas finlandeses, se observó que los esquiadores de fondo, quienes tendían a ser seis pulgadas más bajos en promedio que los jugadores de baloncesto, vivieron cerca de siete años más. Otra investigación, centrada en soldados italianos, encontró que aquellos que medían menos de 5 pies 4 pulgadas (alrededor de 162.5 cm) vivieron dos años más que sus compañeros más altos.
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Expertos han propuesto varias teorías para explicar esta tendencia. Jean-Marie Robine, un renombrado demógrafo y experto en salud y longevidad, sugiere que las personas más altas necesitan más replicaciones celulares para llenar su mayor masa corporal, lo que puede conducir a un desgaste celular más rápido. David Sinclair, cofundador de Tally Health, también ha destacado que la altura promedio de las mujeres, particularmente en Estados Unidos, que es de 63.7 pulgadas (aproximadamente 161.6 cm), puede estar relacionada con su mayor longevidad en comparación con los hombres.
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Históricamente, la altura de una población ha sido un reflejo de las condiciones de nutrición y vida. En tiempos de mala nutrición, las poblaciones eran más bajas y presentaban altos niveles de mortalidad. Sin embargo, hoy en día, las personas más bajas que viven en mejores condiciones tienden a disfrutar de una vida más larga.
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Los datos sobre la altura humana también muestran tendencias interesantes. Por ejemplo, la altura promedio global de los hombres nacidos en 1996 es de 171 cm (aproximadamente 5 pies 7.5 pulgadas), mientras que para las mujeres es de 159 cm (alrededor de 5 pies 3 pulgadas). En los últimos dos siglos, la altura humana ha aumentado de manera constante en todo el mundo, en línea con las mejoras en salud y nutrición. Sin embargo, en algunos países desarrollados, la altura promedio ha comenzado a estancarse o incluso a disminuir, un fenómeno curioso dados los estándares de vida mejorados.
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En los últimos 100 años, la altura promedio ha aumentado en aproximadamente 10 cm (alrededor del 5%) en comparación con generaciones anteriores, mostrando un claro vínculo entre la nutrición, las condiciones de vida y el crecimiento físico. Las diferencias regionales en la altura promedio también son significativas, con los hombres más altos ubicados en Europa y Asia Central, y los más bajos en Asia del Sur.
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La documentación sugiere que las personas de menor estatura podrían tener una ventaja en términos de longevidad debido a factores biológicos y de salud. La altura promedio de una población sigue siendo un indicador revelador de sus condiciones de vida y salud.