El 20 de enero de 2025, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, declaró que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se está convirtiendo en una organización "narcoarmada". Esta afirmación se produce en un contexto de violencia creciente en la región del Catatumbo, donde el ELN se enfrenta a una disidencia de las FARC, resultando en más de 80 muertos, más de 20 heridos y más de 11,000 personas desplazadas.
La ofensiva en Catatumbo, ubicada en el departamento de Norte de Santander, ha generado una crisis humanitaria significativa, con los desplazados moviéndose principalmente hacia las ciudades de Cúcuta, Ocaña y Tibú. Los enfrentamientos han sido descritos como una "masacre" que refleja el accionar de grupos paramilitares, con ataques indiscriminados contra civiles, incluidos niños, personas con discapacidad, líderes sociales y firmantes de paz. Entre las víctimas mortales, se han identificado al menos siete firmantes del acuerdo de paz de 2016.
Ante este escenario, el presidente Petro suspendió los diálogos de paz con el ELN desde el viernes anterior, argumentando que los crímenes de guerra cometidos en la región eran inaceptables. "El ELN se está transformando en una organización narcoarmada," declaró Petro, subrayando la gravedad de los actos de violencia perpetrados.
El gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, confirmó que el número de asesinados ya había superado los 80, mientras que la defensora del pueblo, Iris Marín, indicó que al menos 11,000 personas han sido desplazadas, sugiriendo que la cifra podría ser aún mayor. Además, se han reportado múltiples casos de secuestros y amenazas contra la población civil, con numerosas personas confinadas en sus municipios.
Por su parte, el líder del ELN, 'Antonio García', justificó sus acciones afirmando que los firmantes de paz asesinados habían vuelto a involucrarse en actividades armadas. Sin embargo, los hechos han sido condenados como una grave violación de derechos humanos y del derecho internacional humanitario.
Para enfrentar esta situación, el Ejército colombiano ha desplegado 300 soldados en la zona, centrando sus esfuerzos iniciales en la provisión de ayuda humanitaria a los desplazados y en el rescate de líderes sociales bajo amenaza.
En respuesta a la crisis, la comunidad de Catatumbo ha manifestado su deseo de paz, realizando movilizaciones en las calles con camisetas y globos blancos, exigiendo un cese a la violencia que ha devastado la región. La situación permanece crítica, y las autoridades buscan contención ante el incontrolable aumento de la violencia en esta zona conflictiva.
La violencia relacionada con el control del territorio y las economías ilícitas, como el narcotráfico, ha exacerbado la situación, convirtiendo a Catatumbo en una de las regiones más afectadas por el conflicto armado en Colombia. La interrupción de los diálogos de paz constituye un duro golpe para los esfuerzos de reconciliación y pacificación del país. La región del Catatumbo, rica en recursos naturales y estratégicamente ubicada en la frontera con Venezuela, ha sido históricamente un epicentro del conflicto armado en Colombia debido a su importancia para el cultivo y tráfico de coca.