El pasado 19 de diciembre, la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) confirmaron el hallazgo de restos humanos en La Escombrera, un vertedero ubicado en la Comuna 13 de Medellín. Este descubrimiento es significativo en el marco de la búsqueda de más de 5,912 personas desaparecidas en la ciudad, de las cuales al menos 502 están relacionadas directamente con este lugar.
Los restos fueron encontrados a una profundidad de 2.5 metros. En los trabajos de excavación se ha removido un total de 36,450 metros cúbicos de tierra, priorizando 2,417 metros cuadrados de la vasta área de 6,912 metros cuadrados que comprende La Escombrera. Desde el inicio de las excavaciones, se han reportado tres hallazgos de restos humanos.
La Comuna 13 ha sido históricamente una zona de alto conflicto. Durante la década del 2000, fue escenario de violencia y desapariciones forzadas a manos de grupos paramilitares. Un evento particularmente nefasto fue la Operación Orión, realizada entre el 16 y el 19 de octubre de 2002, que involucró a cerca de 1,000 hombres del Ejército y la Policía en lo que se considera la intervención militar urbana más grande de Colombia. Esta operación dejó un grave legado de desplazamientos y desapariciones y llevó a la condena del Estado colombiano por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por violaciones a los derechos humanos.
En el transcurso de los años, la existencia de cuerpos en La Escombrera fue negada por diversas administraciones municipales, dificultando las excavaciones. Las primeras intervenciones se llevaron a cabo en 2009, y en 2014 se realizó otra excavación sin resultados positivos. Sin embargo, en 2019, la JEP ordenó medidas cautelares para proteger el sitio y prohibir su explotación, lo que permitió que se retomasen las excavaciones en 2022.
Luz Janeth Forero, directora de la UBPD, calificó el hallazgo como un "paso importante", aunque reconoció que las familias de las víctimas lo ven como el inicio de un proceso largo y complejo. Las madres y familiares de los desaparecidos han desempeñado un papel fundamental presionando para que se reconociera la existencia de cuerpos en La Escombrera, enfrentándose en numerosas ocasiones a la incredulidad y la desestimación por parte de las autoridades.
La confirmación de estos hallazgos representa un avance crucial en el camino hacia la justicia y la verdad, ofreciendo a las familias de las víctimas un rayo de esperanza en medio de un doloroso recorrido.