‍

Las bebidas azucaradas están directamente vinculadas a más de 2.2 millones de nuevos casos de diabetes tipo 2 y 1.2 millones de enfermedades cardiovasculares (CVD) cada año a nivel mundial, según un estudio reciente publicado en la revista Nature Medicine. En 2020, estas bebidas representaron el 9.8% de todos los nuevos casos de diabetes tipo 2 y el 3.1% de todos los nuevos casos de enfermedades cardiovasculares.
‍

El impacto es especialmente severo en América Latina y África. En América Latina y el Caribe, casi el 24% de los nuevos casos de diabetes tipo 2 fueron causados por el consumo de bebidas azucaradas en 2020. En África subsahariana, estas bebidas provocaron más del 21% de los nuevos casos de diabetes y más del 11% de las nuevas enfermedades cardiovasculares. En Colombia, un asombroso 48% de los nuevos casos de diabetes se atribuyeron a las bebidas azucaradas, mientras que en México la cifra alcanzó casi el 30%. Sudáfrica también muestra cifras alarmantes, con un 27.6% de los nuevos casos de diabetes tipo 2 y un 14.6% de las enfermedades cardiovasculares atribuibles a estos productos.
‍

‍

El análisis abarcó datos de 184 países y encontró que el consumo de bebidas azucaradas ha aumentado un 16% desde 1990. La investigación subraya que 830 millones de personas en el mundo tienen diabetes, en su mayoría en países de ingresos bajos y medios. Las enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte global con aproximadamente 17.9 millones de muertes al año, prevalecen en más de tres cuartas partes de los casos entre las naciones de menores ingresos.
‍

Además del aumento de la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, la proliferación de la cultura de influencers en redes sociales y la publicidad dirigida han incrementado el consumo de bebidas azucaradas entre los jóvenes, especialmente en áreas urbanas.
‍

Los autores del estudio recomiendan la implementación de campañas de salud pública, la regulación de la publicidad de bebidas azucaradas y la imposición de impuestos sobre estas bebidas como medidas urgentes. México, por ejemplo, introdujo un impuesto sobre las bebidas azucaradas en 2014, lo que ha llevado a una reducción en el consumo entre los hogares de bajos recursos.
‍

La carga de enfermedades cardiometabólicas atribuibles a las bebidas azucaradas es significativa y creciente. Se hace imperativo tomar medidas para reducir su consumo y mitigar sus consecuencias en la salud pública, sobre todo en regiones donde el impacto es mayor, como África y América Latina.