El mandatario estadounidense Donald Trump anunció el 30 de marzo de 2025 una serie de medidas económicas destinadas a presionar a Rusia para que detenga su ofensiva militar en Ucrania. En declaraciones brindadas a NBC, Trump informó que su administración está dispuesta a imponer aranceles punitivos de entre el 25% y el 50% a las exportaciones de petróleo ruso y, además, tomar medidas adicionales contra las empresas que comercien productos derivados del crudo ruso. Según Trump, estas medidas podrían activarse en un plazo de 30 días si no se alcanza un alto el fuego.
Durante la entrevista, Trump expresó su molestia hacia el presidente ruso, Vladimir Putin, acusándolo de socavar la credibilidad de Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, lo que calificó como una actitud inaceptable. En respuesta a esta controversia, Trump declaró: "Si considero que la falta de acuerdo es culpa de Rusia, no solo se aplicarán aranceles directos. También implementaremos aranceles secundarios, lo que significa que quien compre petróleo de Rusia no podrá hacer negocios en Estados Unidos".
El anuncio busca redoblar la presión internacional sobre Rusia, mientras continúan los enfrentamientos en Ucrania. En esta línea, el lunes 30 de marzo se reportó que al menos dos personas perdieron la vida y 25 resultaron heridas en ataques rusos en la ciudad de Járkov. Este incidente ha vuelto a evidenciar la urgencia de avanzar hacia un alto el fuego en la región.
En paralelo, Trump también abordó su postura frente a Irán durante la misma entrevista. Señaló que está considerando medidas similares, como aranceles secundarios, y no descartó la opción de bombardeos si Teherán no acepta un acuerdo sobre su programa nuclear. Estas declaraciones sugieren una política exterior más contundente tanto en Europa como en Oriente Próximo.
El cambio de enfoque hacia Ucrania por parte del mandatario estadounidense ha levantado diversas especulaciones en torno a su estrategia. Si bien Trump ha mostrado críticas previas hacia Ucrania, esta nueva postura incluye presiones públicas dirigidas directamente al Kremlin. Cabe mencionar que se espera una conversación telefónica entre Trump y Putin durante la semana próxima. Este será el tercer intento de diálogo en busca de un acuerdo desde que comenzaron las negociaciones.
Con un contexto internacional tenso debido a las crecientes víctimas civiles y la crisis energética, la decisión de Trump de vincular sanciones económicas al conflicto en Ucrania apunta a incrementar la presión económica y diplomática sobre Rusia. En términos estratégicos, el petróleo ruso representa un activo crítico para la economía de Moscú y una fuente importante de ingresos. Las sanciones podrían, por tanto, tener un impacto significativo si se implementan conforme a lo anticipado. Esta decisión, sin embargo, también podría repercutir en los mercados energéticos globales, que ya enfrentan dificultades por la escasez de suministros en otros sectores.
La entrevista también resaltó la intención de Trump de frenar el "derramamiento de sangre" en Ucrania, aunque queda por ver si sus amenazas económicas y militares lograrán lo que las negociaciones diplomáticas todavía no han podido alcanzar.
Los aranceles secundarios mencionados por Trump no solo afectarían a Rusia, sino que también tendrían implicaciones para naciones o corporaciones que comercien con productos energéticos derivados del petróleo ruso, ampliando así el alcance de las sanciones estadounidenses.