La investigación, publicada en la revista Science Robotics, describe cómo los investigadores cultivaron mycelia de Pleurotus eryngii en un andamiaje impreso en 3D con electrodos. Estos mycelia actúan de manera similar a las neuronas animales, generando impulsos eléctricos en respuesta a estímulos ambientales.
El sistema desarrollado se basa en una interfaz fungi-computadora que convierte los impulsos eléctricos en comandos digitales. Cuando el mycelio se expone a luz ultravioleta, produce una serie de impulsos eléctricos que pueden controlar motores y válvulas, permitiendo el movimiento de los robots. Los tipos de robots desarrollados son dos: un robot suave inspirado en estrellas de mar con cinco extremidades y un robot de cuatro ruedas que no está atado a ningún tipo de infraestructura.
En experimentos controlados, los investigadores lograron anular e influir en los impulsos naturales del hongo. Utilizando picos de actividad eléctrica provocados por la exposición a luz UV, pudieron dirigir los movimientos de estos robots. Entre las innovaciones clave se encuentran una interfaz eléctrica para grabaciones bioeléctricas estables a largo plazo durante la operación sin cables, y una arquitectura de control inspirada en generadores de patrones neuronales.
Los robots biohíbridos tienen varias aplicaciones potenciales. En agricultura, podrían detectar contaminantes, venenos o patógenos en el suelo gracias a la sensibilidad de los hongos. En entornos extremos, los hongos pueden soportar condiciones adversas como agua salina y frío extremo, lo que les hace idóneos para misiones en escenarios desafiantes, incluyendo la detección de radiación en áreas peligrosas. Además, al utilizar materiales biológicos, estos robots son una alternativa más sostenible a los robots sintéticos, ya que pueden integrarse mejor en el medio ambiente.
La publicación ha sido reconocida como un avance significativo en robótica biohíbrida. Los expertos destacan que la creación de robots a partir de células fúngicas podría facilitar el desarrollo de tecnologías en áreas con recursos limitados, incluso en aplicaciones de robótica espacial, gracias a su capacidad de operar en entornos extremos.
La importancia de este avance radica no solo en la innovación tecnológica, sino también en su potencial para abordar cuestiones críticas en sostenibilidad y adaptabilidad en diversos campos. Con la sensibilidad de los hongos y su capacidad de sobrevivir en ambientes adversos, estos robots podrían ser una herramienta esencial para el futuro. El Pleurotus eryngii, o hongo rey ostra, no solo es útil en la innovación robótica, sino también es conocido por sus propiedades nutricionales y su uso culinario, siendo un manjar popular en diversas cocinas alrededor del mundo.