La propuesta de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, de mantener los anillos olímpicos en la Torre Eiffel de manera permanente, ha generado una intensa polémica. Hidalgo, con el respaldo del Comité Olímpico Internacional (COI), ha defendido su decisión, argumentando que es una forma de celebrar el espíritu olímpico en la ciudad que será sede de los Juegos Olímpicos de verano del 28 de julio al 11 de agosto de 2024. Los anillos, de 9 metros de diámetro y 30 toneladas de peso, fueron instalados con motivo del evento deportivo global.
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La Asociación de Descendientes de Gustave Eiffel, que representa a unos 70 descendientes del arquitecto de la Torre, ha criticado la propuesta de Hidalgo. Olivier Berthelot-Eiffel, presidente de la asociación y bisnieto de Gustave Eiffel, declaró que si bien no tienen inconveniente en que los anillos se mantengan un tiempo después de los Juegos Paralímpicos, que concluyen el 8 de septiembre, la Torre Eiffel no debe transformarse en un “punto de publicidad”.
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Ante las críticas, Hidalgo ha admitido que los anillos actuales no son aptos para soportar las condiciones invernales parisinas y ha anunciado su plan de reemplazarlos por versiones más ligeras, producidas por ArcelorMittal. Además, se contempla la implementación de un sistema que permitiría ocultar los anillos en ocasiones especiales, asegurando el cumplimiento de las reglas de neutralidad política del COI.
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La iniciativa de mantener los anillos ha dividido la opinión pública en París. Mientras algunos ciudadanos consideran que los anillos agregarían un toque moderno y vibrante al histórico monumento, otros lo perciben como una afrenta a la integridad del mismo. La organización de conservación del patrimonio, SOS París, ha acusado a Hidalgo de intentar dejar una huella personal en la emblemática estructura de la capital francesa.
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El asunto ha cobrado relevancia en las redes sociales, donde numerosos usuarios han cuestionado la falta de consulta pública sobre un cambio tan significativo en un monumento tan icónico. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1991, la Torre Eiffel, que inicialmente se erigió como un proyecto temporal para la Exposición Universal de 1889, ha perdurado en el tiempo como símbolo de París y Francia, atrayendo a 6.3 millones de visitantes en 2023.
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La controversia está lejos de resolverse, con la fecha límite de los Juegos Paralímpicos acercándose y la presión pública aumentando para preservar la integridad del monumento.