Arabia Saudita ha iniciado la construcción de la primera fase de “The Line”, un innovador proyecto que pretende edificar una megaciudad de 170 kilómetros de longitud en pleno desierto. Este ambicioso desarrollo forma parte de NEOM y busca transformar la forma en que se conciben las ciudades modernas. La fase inicial, llamada “Hidden Marina”, abarcará 2.5 kilómetros de largo, alcanzando una altura de 500 metros y cubriendo una superficie total de 21 millones de metros cuadrados (equivalente a casi 5,200 acres). El diseño del proyecto incluirá un exterior espejado y estará compuesto por tres segmentos modulares individuales.
La magnitud del proyecto es notable, sobre todo cuando se compara con otras grandes construcciones. Por ejemplo, el Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo actualmente, cuenta con una superficie construida de 350,000 metros cuadrados (aproximadamente 86 acres), lo que resalta la escala masiva de lo que implica “The Line”.
En “Hidden Marina” se contempla un diseño pensado para albergar inicialmente a 200,000 residentes. Se construirán más de 80,000 unidades residenciales, 9,000 habitaciones de hotel, instalaciones comerciales y estaciones de servicios esenciales como bomberos, policía, escuelas y vigilancia. De hecho, un sistema de inteligencia artificial se encargará de gestionar y supervisar el consumo de energía y la ocupación, mientras que los habitantes tendrán acceso a todos los servicios necesarios en un radio de cinco minutos a pie. Para recorrer mayores distancias, se habilitará un tren de alta velocidad que facilitará el transporte por toda la estructura.
Actualmente, en la construcción de este megaproyecto trabajan más de 140,000 empleados, respaldados por una inversión de 140 mil millones de dólares en infraestructura. Según las proyecciones, “Hidden Marina” estará lista para 2030, y será sede de un estadio futurista en el piso superior para la Copa Mundial de Fútbol que organizará Arabia Saudita en 2034.
Sin embargo, “The Line” no ha estado exenta de críticas y preocupaciones. El proyecto prevé usar cerca del 20% del acero disponible globalmente, lo que ha generado dudas sobre su impacto en la sostenibilidad general. Además, los robots formarán parte esencial del proceso de construcción, alimentando un debate sobre el papel de la tecnología en las grandes construcciones.
Este megadesarrollo forma parte de un conjunto de iniciativas urbanas de gran escala que Arabia Saudita proyecta realizar en los próximos años. Entre ellas destacan la construcción de la JEC Tower, estipulada como el próximo rascacielos más alto del mundo, el Mukaab y una serie de complejos hoteleros de lujo y resorts. Todos estos proyectos perpetúan la intención del reino de posicionarse como un líder en arquitectura futurista y turismo de élite.