EconomÍa

China restringe exportaciones de tierras raras e imanes a medida que se intensifica la guerra comercial

El gobierno chino ha suspendido la exportación de minerales estratégicos e imanes fabricados a partir de tierras raras, esenciales en industrias tecnológicas y militares, como respuesta al incremento de aranceles por parte de Estados Unidos. Las restricciones impactan en sectores como automovilístico, aeroespacial y de semiconductores.

EconomÍa

China restringe exportaciones de tierras raras e imanes a medida que se intensifica la guerra comercial

El gobierno chino ha suspendido la exportación de minerales estratégicos e imanes fabricados a partir de tierras raras, esenciales en industrias tecnológicas y militares, como respuesta al incremento de aranceles por parte de Estados Unidos. Las restricciones impactan en sectores como automovilístico, aeroespacial y de semiconductores.

“¿Podría el control o la prohibición de las exportaciones tener efectos graves en Estados Unidos? Sí”

– Afirmó Daniel Pickard, experto en comercio internacional y seguridad nacional.

14/4/2025

China ha impuesto estrictas medidas para exportar minerales de tierras raras e imanes, esenciales en la producción de componentes tecnológicos y militares. La decisión de Pekín, implementada desde el 4 de abril de 2025, responde al aumento de aranceles que el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump impuso a productos chinos desde el 2 de abril.

La nueva reglamentación establece que la exportación de metales pesados de tierras raras y de imanes fabricados con estos minerales requiere ahora licencias especiales. Actualmente, Pekín produce el 99 % del suministro mundial de tierras raras pesadas y el 90 % de los imanes derivados, lo que refuerza su posición como proveedor dominante. A pesar de ello, aún no se ha implementado un sistema para emitir estas licencias, causando incertidumbre entre las industrias globales.

Industriales del sector automovilístico, semiconductores, drones y defensa expresan su preocupación, ya que los imanes habilitan funciones críticas en automóviles eléctricos, robots, misiles y otras tecnologías avanzadas. Por ejemplo, un componente clave como el óxido de disprosio, cotizado en 204 dólares por kilogramo en Shanghái, es crucial para soportar altas temperaturas sin perder magnetismo.

Michael Silver, director ejecutivo de American Elements, indicó que las licencias podrían tardar 45 días en ser emitidas, pero alertó que muchas empresas estadounidenses tienen inventarios limitados, a diferencia de algunas japonesas que cuentan con reservas suficientes para más de un año, aprendiendo de un embargo similar en 2010. Este precedente refuerza los riesgos de dependencia hacia un solo proveedor.

Incluso contratistas militares podrían enfrentar dificultades por esta situación. James Litinsky, CEO de MP Materials, que opera la única mina de tierras raras en Estados Unidos, alertó que esta restricción podría poner en riesgo el futuro suministro para tecnologías militares como drones y robótica. Su empresa planea iniciar la producción de imanes en Texas a finales de año.

A nivel global, otros países también están viéndose afectados por estas restricciones. Japón y Alemania, que producen pequeñas cantidades de estos materiales pero dependen de China para las materias primas, reportan bloqueos en los puertos chinos. Las nuevas normas permiten tolerar imanes con trazas mínimas de tierras raras pesadas, pero la inconsistencia en la aplicación ha afectado la salida de productos.

En consonancia con la decisión de China, el Ministerio de Comercio y la Administración General de Aduanas han instruido a las empresas a evitar relaciones comerciales con ciertas compañías extranjeras, particularmente contratistas estadounidenses. Aunque las exportaciones de imanes representan solo una pequeña proporción del comercio chino, las repercusiones para el resto del mundo son potencialmente severas.

El epicentro de este grupo de minerales se sitúa en las colinas de la provincia de Jiangxi. Desde allí, las minas de Longnan y las refinerías de Ganzhou controlan una amplia parte de la cadena de producción de estos elementos. No obstante, también se han reportado preocupaciones medioambientales; la extracción masiva había cesado temporalmente debido a contaminación química, y recientes reactivaciones alertan sobre posibles impactos ambientales.

Por otro lado, la fábrica de JL Mag Rare-Earth Company, en Ganzhou, suministra imanes avanzados a gigantes como Tesla y BYD. Esta última ha destacado estas tecnologías como cruciales para sus coches eléctricos. En 2019, Xi Jinping visitó esta fábrica, subrayando su importancia estratégica durante las primeras disputas comerciales con Estados Unidos.

Las implicaciones de estas medidas van más allá del comercio, pues también plantean desafíos regulatorios y de seguridad nacional. Las empresas estadounidenses enfrentan costos adicionales derivados no solo de la suspensión china, sino también de los aranceles aplicados por su propio gobierno. Actualmente, estas restricciones siguen en vigor mientras la comunidad industrial global espera una resolución.

Algo Curioso

“¿Podría el control o la prohibición de las exportaciones tener efectos graves en Estados Unidos? Sí”

– Afirmó Daniel Pickard, experto en comercio internacional y seguridad nacional.

Apr 14, 2025
Colglobal News

China ha impuesto estrictas medidas para exportar minerales de tierras raras e imanes, esenciales en la producción de componentes tecnológicos y militares. La decisión de Pekín, implementada desde el 4 de abril de 2025, responde al aumento de aranceles que el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump impuso a productos chinos desde el 2 de abril.

La nueva reglamentación establece que la exportación de metales pesados de tierras raras y de imanes fabricados con estos minerales requiere ahora licencias especiales. Actualmente, Pekín produce el 99 % del suministro mundial de tierras raras pesadas y el 90 % de los imanes derivados, lo que refuerza su posición como proveedor dominante. A pesar de ello, aún no se ha implementado un sistema para emitir estas licencias, causando incertidumbre entre las industrias globales.

Industriales del sector automovilístico, semiconductores, drones y defensa expresan su preocupación, ya que los imanes habilitan funciones críticas en automóviles eléctricos, robots, misiles y otras tecnologías avanzadas. Por ejemplo, un componente clave como el óxido de disprosio, cotizado en 204 dólares por kilogramo en Shanghái, es crucial para soportar altas temperaturas sin perder magnetismo.

Michael Silver, director ejecutivo de American Elements, indicó que las licencias podrían tardar 45 días en ser emitidas, pero alertó que muchas empresas estadounidenses tienen inventarios limitados, a diferencia de algunas japonesas que cuentan con reservas suficientes para más de un año, aprendiendo de un embargo similar en 2010. Este precedente refuerza los riesgos de dependencia hacia un solo proveedor.

Incluso contratistas militares podrían enfrentar dificultades por esta situación. James Litinsky, CEO de MP Materials, que opera la única mina de tierras raras en Estados Unidos, alertó que esta restricción podría poner en riesgo el futuro suministro para tecnologías militares como drones y robótica. Su empresa planea iniciar la producción de imanes en Texas a finales de año.

A nivel global, otros países también están viéndose afectados por estas restricciones. Japón y Alemania, que producen pequeñas cantidades de estos materiales pero dependen de China para las materias primas, reportan bloqueos en los puertos chinos. Las nuevas normas permiten tolerar imanes con trazas mínimas de tierras raras pesadas, pero la inconsistencia en la aplicación ha afectado la salida de productos.

En consonancia con la decisión de China, el Ministerio de Comercio y la Administración General de Aduanas han instruido a las empresas a evitar relaciones comerciales con ciertas compañías extranjeras, particularmente contratistas estadounidenses. Aunque las exportaciones de imanes representan solo una pequeña proporción del comercio chino, las repercusiones para el resto del mundo son potencialmente severas.

El epicentro de este grupo de minerales se sitúa en las colinas de la provincia de Jiangxi. Desde allí, las minas de Longnan y las refinerías de Ganzhou controlan una amplia parte de la cadena de producción de estos elementos. No obstante, también se han reportado preocupaciones medioambientales; la extracción masiva había cesado temporalmente debido a contaminación química, y recientes reactivaciones alertan sobre posibles impactos ambientales.

Por otro lado, la fábrica de JL Mag Rare-Earth Company, en Ganzhou, suministra imanes avanzados a gigantes como Tesla y BYD. Esta última ha destacado estas tecnologías como cruciales para sus coches eléctricos. En 2019, Xi Jinping visitó esta fábrica, subrayando su importancia estratégica durante las primeras disputas comerciales con Estados Unidos.

Las implicaciones de estas medidas van más allá del comercio, pues también plantean desafíos regulatorios y de seguridad nacional. Las empresas estadounidenses enfrentan costos adicionales derivados no solo de la suspensión china, sino también de los aranceles aplicados por su propio gobierno. Actualmente, estas restricciones siguen en vigor mientras la comunidad industrial global espera una resolución.

China ha impuesto estrictas medidas para exportar minerales de tierras raras e imanes, esenciales en la producción de componentes tecnológicos y militares. La decisión de Pekín, implementada desde el 4 de abril de 2025, responde al aumento de aranceles que el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump impuso a productos chinos desde el 2 de abril.

La nueva reglamentación establece que la exportación de metales pesados de tierras raras y de imanes fabricados con estos minerales requiere ahora licencias especiales. Actualmente, Pekín produce el 99 % del suministro mundial de tierras raras pesadas y el 90 % de los imanes derivados, lo que refuerza su posición como proveedor dominante. A pesar de ello, aún no se ha implementado un sistema para emitir estas licencias, causando incertidumbre entre las industrias globales.

Industriales del sector automovilístico, semiconductores, drones y defensa expresan su preocupación, ya que los imanes habilitan funciones críticas en automóviles eléctricos, robots, misiles y otras tecnologías avanzadas. Por ejemplo, un componente clave como el óxido de disprosio, cotizado en 204 dólares por kilogramo en Shanghái, es crucial para soportar altas temperaturas sin perder magnetismo.

Michael Silver, director ejecutivo de American Elements, indicó que las licencias podrían tardar 45 días en ser emitidas, pero alertó que muchas empresas estadounidenses tienen inventarios limitados, a diferencia de algunas japonesas que cuentan con reservas suficientes para más de un año, aprendiendo de un embargo similar en 2010. Este precedente refuerza los riesgos de dependencia hacia un solo proveedor.

Incluso contratistas militares podrían enfrentar dificultades por esta situación. James Litinsky, CEO de MP Materials, que opera la única mina de tierras raras en Estados Unidos, alertó que esta restricción podría poner en riesgo el futuro suministro para tecnologías militares como drones y robótica. Su empresa planea iniciar la producción de imanes en Texas a finales de año.

A nivel global, otros países también están viéndose afectados por estas restricciones. Japón y Alemania, que producen pequeñas cantidades de estos materiales pero dependen de China para las materias primas, reportan bloqueos en los puertos chinos. Las nuevas normas permiten tolerar imanes con trazas mínimas de tierras raras pesadas, pero la inconsistencia en la aplicación ha afectado la salida de productos.

En consonancia con la decisión de China, el Ministerio de Comercio y la Administración General de Aduanas han instruido a las empresas a evitar relaciones comerciales con ciertas compañías extranjeras, particularmente contratistas estadounidenses. Aunque las exportaciones de imanes representan solo una pequeña proporción del comercio chino, las repercusiones para el resto del mundo son potencialmente severas.

El epicentro de este grupo de minerales se sitúa en las colinas de la provincia de Jiangxi. Desde allí, las minas de Longnan y las refinerías de Ganzhou controlan una amplia parte de la cadena de producción de estos elementos. No obstante, también se han reportado preocupaciones medioambientales; la extracción masiva había cesado temporalmente debido a contaminación química, y recientes reactivaciones alertan sobre posibles impactos ambientales.

Por otro lado, la fábrica de JL Mag Rare-Earth Company, en Ganzhou, suministra imanes avanzados a gigantes como Tesla y BYD. Esta última ha destacado estas tecnologías como cruciales para sus coches eléctricos. En 2019, Xi Jinping visitó esta fábrica, subrayando su importancia estratégica durante las primeras disputas comerciales con Estados Unidos.

Las implicaciones de estas medidas van más allá del comercio, pues también plantean desafíos regulatorios y de seguridad nacional. Las empresas estadounidenses enfrentan costos adicionales derivados no solo de la suspensión china, sino también de los aranceles aplicados por su propio gobierno. Actualmente, estas restricciones siguen en vigor mientras la comunidad industrial global espera una resolución.

Algo Curioso

PODRÍA INTERESARTE
 

No tienes acceso

Necesitas una membresía para acceder al contenido de este sitio.
Por favor Regístrate o Ingresa