Ucrania y Estados Unidos han alcanzado un preacuerdo enfocado en la explotación de minerales estratégicos en territorio ucraniano, el cual incluye la creación de un Fondo de Inversiones para la Reconstrucción de Ucrania. La ministra de Economía de Ucrania, Yulia Sviridenko, confirmó que el documento preliminar fue suscrito junto al Departamento del Tesoro estadounidense, dirigido por Scott Bessent.
El jefe de gobierno ucraniano, Denis Shmihal, viajará a Washington el 21 de abril para concluir las discusiones técnicas. Se prevé que el acuerdo definitivo sea firmado el 26 de abril, tras su correspondiente ratificación por los parlamentos de ambos países. Según los términos fijados, Ucrania transferirá el 50% de los ingresos provenientes de la futura explotación de todos los recursos naturales de titularidad estatal a este fondo.
En paralelo, la postura de Estados Unidos respecto a las negociaciones de paz es de creciente firmeza. El Secretario de Estado, Marco Rubio, advirtió que Washington podría retirarse de la mediación en caso de no observar progresos tangibles en un plazo de días. Rubio enfatizó la urgencia de la decisión y descartó prolongar el proceso indefinidamente. El presidente Donald Trump respaldó este enfoque, subrayando la importancia de avanzar con rapidez, aunque sin precisar un margen temporal absoluto. Esta presión estadounidense expone la exigencia de que las partes involucradas presenten una clara disposición para negociar.
Las discusiones más recientes tuvieron lugar en París y contaron con la presencia de representantes europeos y ucranianos, describeidas como constructivas. Sin embargo, el Kremlin matizó que el diálogo con Ucrania sigue siendo complejo y que Rusia continúa buscando garantías para sus intereses.
En el terreno, la situación se mantiene crítica. Los ataques aéreos rusos recientes sobre diversas ciudades ucranianas han incrementado el número de bajas civiles, destacando el bombardeo en Sumy que resultó en 35 muertos y 117 heridos. Adicionalmente, la administración Trump ha ejercido presión sobre Ucrania para que acepte condiciones que incluyen la devolución de ayuda militar anterior, cifra que supera los 300,000 millones de dólares, si bien este elemento no ha sido abordado en el preacuerdo de explotación de minerales.
El contexto general combina la intensificación de la cooperación económica entre Washington y Kiev, con la urgencia e incertidumbre que rodea a las negociaciones diplomáticas para la resolución del conflicto, mientras el escenario militar sigue provocando un fuerte impacto humanitario en Ucrania.