El Ejecutivo sueco presentó un plan que llevará el gasto militar del país del 2,4% actual del Producto Interno Bruto (PIB) al 3,5% para el año 2030, marcando un retorno histórico a proporciones de inversión militar que el país no experimentaba desde la Guerra Fría. La medida surge como respuesta a la situación de seguridad en Europa tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia y a la percepción de que el apoyo de Estados Unidos a la seguridad europea ya no puede considerarse seguro.
Para ejecutar este aumento presupuestario, los partidos que forman la coalición de gobierno —conservadores, democristianos y liberales— junto con el respaldo del partido ultraderechista Demócratas de Suecia, han acordado solicitar préstamos por valor de 300.000 millones de coronas suecas, equivalentes aproximadamente a 27.700 millones de euros o 30.000 millones de dólares. Este financiamiento permitirá que el refuerzo militar no impacte negativamente en otras áreas del gasto público.
El plan contempla la adquisición de armamento por un monto de 2.300 millones de euros en los próximos meses, con un plazo estimado de entrega de tres años. Entre las adquisiciones previstas se incluyen sistemas de defensa antiaérea, artillería, drones y munición. Asimismo, el documento recoge el fortalecimiento de la Guardia Costera, con el objetivo de enfrentar amenazas híbridas en el mar Báltico, así como la creación de dos nuevas brigadas mecanizadas al norte del círculo polar ártico, incrementando las capacidades defensivas en el extremo norte del país.
Desde 2018, año en el que el gasto militar sueco representaba el 1% del PIB, la inversión en defensa se ha duplicado en los últimos cuatro años. Antes del anuncio del nuevo plan, se proyectaba que el presupuesto para defensa alcanzara el 2,8% del PIB en 2028.
A nivel internacional, el primer ministro Ulf Kristersson ha solicitado formalmente que en la próxima cumbre de la OTAN, prevista para junio de 2025, se establezca un objetivo mínimo de gasto en defensa superior al 3% del PIB para los países miembros, subrayando la urgencia de fortalecer la seguridad colectiva.
La posición financiera de Suecia, con una deuda pública situada en torno al 31% del PIB, ofrece margen para aumentar el gasto militar sin acercarse a los niveles promedio de deuda de la Unión Europea, que se sitúan en el 88%. La votación parlamentaria sobre este plan histórico está programada para el 30 de junio de 2025.