EconomÍa

China fortalece vínculos con el sur global frente a tensiones comerciales con EE. UU.

En medio de las tensiones comerciales y los aranceles impuestos por Estados Unidos, China busca ampliar sus alianzas con países del sur global para reducir su dependencia económica de su socio comercial norteamericano. Esta estrategia está asociada con proyecciones de crecimiento, medidas económicas internas y críticas a las políticas estadounidenses.

EconomÍa

China fortalece vínculos con el sur global frente a tensiones comerciales con EE. UU.

En medio de las tensiones comerciales y los aranceles impuestos por Estados Unidos, China busca ampliar sus alianzas con países del sur global para reducir su dependencia económica de su socio comercial norteamericano. Esta estrategia está asociada con proyecciones de crecimiento, medidas económicas internas y críticas a las políticas estadounidenses.

"Estados Unidos no apoya al sur global; países como India deberían buscar respaldo dentro de esta región"

— Señaló el profesor asociado Aravind Yelery.

28/3/2025

China continúa ajustando su relación comercial y económica a nivel mundial, en un contexto marcado por tensiones con Estados Unidos tras la imposición de aranceles bajo la administración del expresidente Donald Trump. Durante el reciente Foro de Boao en Hainan, el vicepresidente chino Ding Xuexiang destacó la necesidad de fortalecer alianzas con países del sur global. Este foro internacional contó con la presencia notable del primer ministro de Laos, Sonexay Siphandone, como único jefe de estado, junto a los viceprimeros ministros de Rusia y Kazajistán.

En 2023, Estados Unidos representó el 13% de las exportaciones chinas, lo que evidencia una notable disminución respecto a años anteriores. Este descenso se alinea con el esfuerzo de China por diversificar sus socios comerciales y reducir su dependencia del mercado estadounidense, al que ha calificado de “caprichoso”. En este contexto, Pekín ha logrado firmar más de una docena de acuerdos de libre comercio con países del sur global, lo que refuerza su proceso de integración en un panorama global menos dependiente de occidente.

El panorama económico de la región asiática se muestra optimista, con proyecciones que indican un crecimiento del 4.5% del PIB en Asia para 2025, tras un incremento previsto para 2024. Mientras tanto, las políticas económicas en China buscan estabilizar el comercio y la inversión a través de medidas en favor de la demanda interna. Expertos destacan que, de cara a los retos fiscales y comerciales, la clave para blindar la economía china frente a los aranceles radica en fomentar el consumo interno. Pekín ha establecido un objetivo de que el consumo de los hogares represente el 70% del PIB hacia 2035, un desafío significativo considerando que los ciudadanos chinos tienen mayores índices de ahorro en comparación con los promedios globales.

El foro también acogió la participación de un funcionario iraní implicado en negociaciones para adquirir perclorato de amonio de China, un material químico utilizado en misiles, lo que generó atención internacional. Este elemento refleja la amplitud de las discusiones en torno a la cooperación económica y tecnológica del país asiático en relación con actores emergentes del sur global.

Zhang Yuyan, un reconocido economista, advirtió sobre la influencia negativa que las “grandes turbulencias” de las políticas estadounidenses podrían tener sobre las perspectivas económicas asiáticas. Por su parte, el profesor asociado Aravind Yelery cuestionó el papel de Estados Unidos en el apoyo a los países del sur global, sugiriendo que aquellas naciones que busquen fortalecerse en el escenario internacional deberían enfocarse en establecer alianzas dentro de esta región.

La estrategia de China también refleja una respuesta a las críticas y desafíos internos. Aunque el gobierno ha realizado esfuerzos por atraer comercio e inversión extranjeras, el factor determinante será consolidar la confianza entre los ciudadanos para incentivar el gasto. Esto representa un obstáculo central, ya que la preferencia por el ahorro continúa siendo predominante entre los consumidores chinos.

Este reajuste estructural por parte de China no solo redefine el alcance de sus relaciones internacionales, sino también demuestra su capacidad para adaptarse a un entorno económico internacional en constante fluctuación. Con miras al futuro, China busca consolidarse como una potencia económica menos vulnerable a las acciones unilaterales de sus socios comerciales tradicionales.

El Foro de Boao, a menudo denominado el "Davos Asiático", fue concebido en el año 2001 como un centro de diálogo y colaboración entre economías en desarrollo, destacándose como un punto focal para las estrategias de crecimiento del sur global en las últimas dos décadas.

Algo Curioso

"Estados Unidos no apoya al sur global; países como India deberían buscar respaldo dentro de esta región"

— Señaló el profesor asociado Aravind Yelery.

Mar 28, 2025
Colglobal News

China continúa ajustando su relación comercial y económica a nivel mundial, en un contexto marcado por tensiones con Estados Unidos tras la imposición de aranceles bajo la administración del expresidente Donald Trump. Durante el reciente Foro de Boao en Hainan, el vicepresidente chino Ding Xuexiang destacó la necesidad de fortalecer alianzas con países del sur global. Este foro internacional contó con la presencia notable del primer ministro de Laos, Sonexay Siphandone, como único jefe de estado, junto a los viceprimeros ministros de Rusia y Kazajistán.

En 2023, Estados Unidos representó el 13% de las exportaciones chinas, lo que evidencia una notable disminución respecto a años anteriores. Este descenso se alinea con el esfuerzo de China por diversificar sus socios comerciales y reducir su dependencia del mercado estadounidense, al que ha calificado de “caprichoso”. En este contexto, Pekín ha logrado firmar más de una docena de acuerdos de libre comercio con países del sur global, lo que refuerza su proceso de integración en un panorama global menos dependiente de occidente.

El panorama económico de la región asiática se muestra optimista, con proyecciones que indican un crecimiento del 4.5% del PIB en Asia para 2025, tras un incremento previsto para 2024. Mientras tanto, las políticas económicas en China buscan estabilizar el comercio y la inversión a través de medidas en favor de la demanda interna. Expertos destacan que, de cara a los retos fiscales y comerciales, la clave para blindar la economía china frente a los aranceles radica en fomentar el consumo interno. Pekín ha establecido un objetivo de que el consumo de los hogares represente el 70% del PIB hacia 2035, un desafío significativo considerando que los ciudadanos chinos tienen mayores índices de ahorro en comparación con los promedios globales.

El foro también acogió la participación de un funcionario iraní implicado en negociaciones para adquirir perclorato de amonio de China, un material químico utilizado en misiles, lo que generó atención internacional. Este elemento refleja la amplitud de las discusiones en torno a la cooperación económica y tecnológica del país asiático en relación con actores emergentes del sur global.

Zhang Yuyan, un reconocido economista, advirtió sobre la influencia negativa que las “grandes turbulencias” de las políticas estadounidenses podrían tener sobre las perspectivas económicas asiáticas. Por su parte, el profesor asociado Aravind Yelery cuestionó el papel de Estados Unidos en el apoyo a los países del sur global, sugiriendo que aquellas naciones que busquen fortalecerse en el escenario internacional deberían enfocarse en establecer alianzas dentro de esta región.

La estrategia de China también refleja una respuesta a las críticas y desafíos internos. Aunque el gobierno ha realizado esfuerzos por atraer comercio e inversión extranjeras, el factor determinante será consolidar la confianza entre los ciudadanos para incentivar el gasto. Esto representa un obstáculo central, ya que la preferencia por el ahorro continúa siendo predominante entre los consumidores chinos.

Este reajuste estructural por parte de China no solo redefine el alcance de sus relaciones internacionales, sino también demuestra su capacidad para adaptarse a un entorno económico internacional en constante fluctuación. Con miras al futuro, China busca consolidarse como una potencia económica menos vulnerable a las acciones unilaterales de sus socios comerciales tradicionales.

El Foro de Boao, a menudo denominado el "Davos Asiático", fue concebido en el año 2001 como un centro de diálogo y colaboración entre economías en desarrollo, destacándose como un punto focal para las estrategias de crecimiento del sur global en las últimas dos décadas.

China continúa ajustando su relación comercial y económica a nivel mundial, en un contexto marcado por tensiones con Estados Unidos tras la imposición de aranceles bajo la administración del expresidente Donald Trump. Durante el reciente Foro de Boao en Hainan, el vicepresidente chino Ding Xuexiang destacó la necesidad de fortalecer alianzas con países del sur global. Este foro internacional contó con la presencia notable del primer ministro de Laos, Sonexay Siphandone, como único jefe de estado, junto a los viceprimeros ministros de Rusia y Kazajistán.

En 2023, Estados Unidos representó el 13% de las exportaciones chinas, lo que evidencia una notable disminución respecto a años anteriores. Este descenso se alinea con el esfuerzo de China por diversificar sus socios comerciales y reducir su dependencia del mercado estadounidense, al que ha calificado de “caprichoso”. En este contexto, Pekín ha logrado firmar más de una docena de acuerdos de libre comercio con países del sur global, lo que refuerza su proceso de integración en un panorama global menos dependiente de occidente.

El panorama económico de la región asiática se muestra optimista, con proyecciones que indican un crecimiento del 4.5% del PIB en Asia para 2025, tras un incremento previsto para 2024. Mientras tanto, las políticas económicas en China buscan estabilizar el comercio y la inversión a través de medidas en favor de la demanda interna. Expertos destacan que, de cara a los retos fiscales y comerciales, la clave para blindar la economía china frente a los aranceles radica en fomentar el consumo interno. Pekín ha establecido un objetivo de que el consumo de los hogares represente el 70% del PIB hacia 2035, un desafío significativo considerando que los ciudadanos chinos tienen mayores índices de ahorro en comparación con los promedios globales.

El foro también acogió la participación de un funcionario iraní implicado en negociaciones para adquirir perclorato de amonio de China, un material químico utilizado en misiles, lo que generó atención internacional. Este elemento refleja la amplitud de las discusiones en torno a la cooperación económica y tecnológica del país asiático en relación con actores emergentes del sur global.

Zhang Yuyan, un reconocido economista, advirtió sobre la influencia negativa que las “grandes turbulencias” de las políticas estadounidenses podrían tener sobre las perspectivas económicas asiáticas. Por su parte, el profesor asociado Aravind Yelery cuestionó el papel de Estados Unidos en el apoyo a los países del sur global, sugiriendo que aquellas naciones que busquen fortalecerse en el escenario internacional deberían enfocarse en establecer alianzas dentro de esta región.

La estrategia de China también refleja una respuesta a las críticas y desafíos internos. Aunque el gobierno ha realizado esfuerzos por atraer comercio e inversión extranjeras, el factor determinante será consolidar la confianza entre los ciudadanos para incentivar el gasto. Esto representa un obstáculo central, ya que la preferencia por el ahorro continúa siendo predominante entre los consumidores chinos.

Este reajuste estructural por parte de China no solo redefine el alcance de sus relaciones internacionales, sino también demuestra su capacidad para adaptarse a un entorno económico internacional en constante fluctuación. Con miras al futuro, China busca consolidarse como una potencia económica menos vulnerable a las acciones unilaterales de sus socios comerciales tradicionales.

El Foro de Boao, a menudo denominado el "Davos Asiático", fue concebido en el año 2001 como un centro de diálogo y colaboración entre economías en desarrollo, destacándose como un punto focal para las estrategias de crecimiento del sur global en las últimas dos décadas.

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