Boeing ha anunciado una pérdida anual de US$ 11.83 mil millones en 2024, la más significativa desde 2020. La compañía se encuentra luchando con serios problemas en sus unidades comerciales y de defensa, además de los efectos colaterales de una huelga de trabajadores en la costa oeste de Estados Unidos.
Las acciones de Boeing aumentaron un 0.5% en el comercio previo al mercado a pesar de la revelación de estos resultados negativos. Un análisis más detallado muestra que la quema de efectivo trimestral fue de US$ 4.1 mil millones, resultando ligeramente por debajo de las expectativas de los analistas, que preveían US$ 4.26 mil millones.
El desempeño del cuarto trimestre fue particularmente desfavorable para la compañía, con una pérdida de US$ 3.86 mil millones causada principalmente por "cargos decepcionantes" en varios programas de defensa de precio fijo. Además, los ingresos del cuarto trimestre cayeron un 31%, situándose en $15.24 mil millones, en comparación a la expectativa de $16.21 mil millones. La pérdida ajustada por acción se registró en US$ 5.90, considerablemente mayor a la expectativa de pérdida de US$ 3 por acción.
A lo largo de 2024, Boeing experimentó una quema de efectivo total de US$ 14.3 mil millones, una situación preocupante especialmente al comparar con el flujo de efectivo positivo de US$ 4.43 mil millones en 2023. En específico, el negocio de defensa, espacio y seguridad de Boeing reportó pérdidas de US$ 5.41 mil millones durante el año, afectadas por sobrecostos en varios programas de precio fijo.
Kelly Ortberg, quien asumió el cargo de CEO en agosto, comunicó que la empresa está tomando medidas para restaurar la estabilidad en sus líneas de producción. Boeing ha acumulado pérdidas superiores a los US$ 30 mil millones desde 2019, un periodo marcado por dos fatales accidentes del modelo 737 Max, que intensificaron las preocupaciones sobre la calidad y seguridad de los productos de la compañía. A esto se suma el impacto significativo de la pandemia y un incidente de panel en vuelo en un 737 Max casi nuevo en enero del año pasado, lo cual agravó aún más la situación.
Ortberg presentó un plan estratégico en cuatro partes con el objetivo de revertir estas adversidades, destacando un esfuerzo a largo plazo para mejorar la cultura corporativa de Boeing. Pese a las dificultades, hacia finales de 2024, Boeing logró alcanzar un ritmo de producción de cinco jets 787 mensuales, aunque se enfrentó a retrasos en áreas críticas como la fabricación de asientos.
Estos resultados reflejan los retos continuos que enfrenta Boeing, además de la urgencia de una recuperación y reestructuración significativas para volver a la senda de la estabilidad y crecimiento.