El reciente hallazgo de una ballena jorobada macho que recorrió la asombrosa distancia de 13,046 kilómetros ha marcado un hito en el estudio de los cetáceos. Este desplazamiento, que conecta las aguas del Pacífico desde Colombia hasta Zanzíbar en el océano Índico, ha sido documentado en un estudio revelador publicado en la revista Royal Society Open Science.
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La ballena fue avistada por primera vez en julio de 2013 en el golfo de Tribugá, ubicado en las costas de Colombia. Posteriormente, fue reobservada cuatro años más tarde, en 2017, a unos 78 kilómetros de distancia en la bahía Solano, otra región colombiana. La última observación, en agosto de 2022, situó a la ballena en el canal de Zanzíbar, entre la isla de Unguja y la costa continental de Tanzania, confirmando así su espectacular travesía.
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El macho de ballena jorobada recorrió la impresionante cifra de 13,046 kilómetros en línea recta, casi el doble de la distancia típicamente recorrida por esta especie, que suele migrar unos 8,000 kilómetros en una sola dirección. Este hallazgo establece un nuevo récord en la migración de cetáceos.
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El proceso de identificación de esta ballena se realizó mediante fotografías de su aleta caudal, que, al igual que una huella dactilar, es única para cada individuo. Las imágenes fueron analizadas a través del sistema Happy Whale, que fue cofundado por Ted Cheeseman y permite tanto a investigadores como a ciudadanos contribuir a un catálogo global de avistamientos de ballenas.
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El mismo estudio destaca que esta es la primera vez que se documenta a un macho adulto de ballena jorobada migrando entre los océanos Pacífico e Índico. Esta migración es considerada extraordinaria porque las ballenas jorobadas tienden a regresar a sus áreas específicas de reproducción anualmente.
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Las posibles razones detrás de este viaje incluyen factores sociales y ambientales. Se propuso que la competencia por parejas en Colombia o la escasez de alimento en la región podrían haber impulsado a la ballena a emprender esta travesía sin precedentes. Además, los investigadores sugieren que el cambio climático podría estar alterando los patrones migratorios de estas ballenas.
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Históricamente, la población de ballenas jorobadas en el océano Índico sufrió un declive severo debido a la caza, siendo eliminadas entre el 95% y el 99% de su número en el siglo XX. Aunque la población se está recuperando, todavía es baja en comparación con sus niveles históricos.
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Este descubrimiento subraya no solo la impresionante capacidad de las ballenas jorobadas para realizar migraciones extraordinarias, sino también la posible adaptación de estas especies a los cambios en su entorno.