Nuevos descubrimientos científicos han arrojado luz sobre las posibles bases neurobiológicas de la anorexia nerviosa (AN), un trastorno psiquiátrico grave caracterizado por la restricción alimentaria, el miedo excesivo a aumentar de peso y una percepción distorsionada de la imagen corporal. Una investigación reciente, publicada en Nature, resalta que el sistema opioide endógeno, específicamente la mayor disponibilidad de receptores mu-opioides (MOR), juega un papel relevante en el desarrollo de este trastorno.
Las investigaciones se centraron en 26 mujeres, divididas equitativamente entre 13 pacientes con anorexia nerviosa (con índice de masa corporal o IMC inferior a 17.5) y 13 controles sanos (IMC entre 20 y 25). Todas las participantes, con edades de entre 18 y 32 años, se sometieron a tomografías por emisión de positrones (PET) para evaluar dos variables clave: la disponibilidad de MOR y la captación de glucosa cerebral.
Uno de los hallazgos principales fue una mayor disponibilidad de MOR en regiones cerebrales asociadas con el procesamiento de recompensas, como el núcleo caudado y el putamen, entre las pacientes con anorexia nerviosa. Este incremento está relacionado con la actividad del sistema opioide endógeno, que regula tanto el comportamiento alimentario como la percepción del placer. Por otra parte, los análisis no identificaron ninguna región cerebral con menor disponibilidad de MOR en pacientes con anorexia en comparación con los controles.
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Aunque la anorexia implica una severa restricción calórica, sorprendentemente, no hubo diferencias significativas en la captación de glucosa cerebral entre los dos grupos. Sin embargo, se observó una correlación negativa entre la disponibilidad de MOR y la captación de glucosa en regiones específicas, como el núcleo accumbens y el tálamo, lo que sugiere una compleja interacción entre estas variables neurobiológicas.
Estos hallazgos refuerzan la teoría de que la anorexia no solo tiene una dimensión psicológica, sino también un sustrato neurobiológico, donde el sistema opioide endógeno podría influir en la relación desadaptativa de los pacientes con la comida y el placer derivado de ella. Estudios previos ya habían identificado cambios significativos en la estructura cerebral y deficiencias del neurotransmisor acetilcolina en personas con anorexia, pero esta nueva evidencia proporciona una perspectiva más específica sobre la implicación de los receptores mu-opioides.
El método PET, clave en estas investigaciones, utilizó trazadores como [11C]carfentanil para medir la disponibilidad de MOR y [18F]FDG para evaluar el metabolismo de glucosa durante un clamp euglucémico hiperinsulinémico. Este enfoque permitió a los científicos obtener mediciones precisas y confiables de la actividad cerebral.
En conjunto, los estudios concluyen que la mayor disponibilidad de MOR en regiones cerebrales clave podría desempeñar un papel crítico en los síntomas de la anorexia nerviosa. Este descubrimiento podría tener implicaciones futuras en el desarrollo de terapias que apunten al sistema opioide endógeno como estrategia para tratar este trastorno severo.