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Ucrania acuerda cese al fuego de 30 días en negociación mediada por EE.UU.

Ucrania aceptó un cese al fuego de 30 días negociado por Estados Unidos, tras siete horas de intensas negociaciones en Jeddah, Arabia Saudita. Este acuerdo, que depende de la aceptación de Rusia, busca frenar los enfrentamientos en un conflicto que ha marcado la región desde febrero de 2022.

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Ucrania acuerda cese al fuego de 30 días en negociación mediada por EE.UU.

Ucrania aceptó un cese al fuego de 30 días negociado por Estados Unidos, tras siete horas de intensas negociaciones en Jeddah, Arabia Saudita. Este acuerdo, que depende de la aceptación de Rusia, busca frenar los enfrentamientos en un conflicto que ha marcado la región desde febrero de 2022.

“La pelota está en la cancha de Rusia”

– Señaló Marco Rubio, secretario de Estado de EE.UU., al comentar sobre el acuerdo.

11/3/2025

Ucrania ha aceptado un acuerdo de cese al fuego inmediato y temporal con una duración inicial de 30 días, según confirmaron fuentes oficiales. Este pacto fue alcanzado el 11 de marzo de 2025 en la ciudad de Jeddah, Arabia Saudita, bajo la mediación estadounidense tras siete horas de conversaciones críticas entre delegaciones de Estados Unidos y Ucrania. El acuerdo también requiere la aceptación por parte de Rusia para su implementación efectiva, en un esfuerzo por frenar el conflicto que comenzó hace más de tres años con la incursión rusa en territorio ucraniano.

El cese al fuego incluye la detención de hostilidades a todo lo largo de la línea del frente, así como en las operaciones aéreas y marítimas. Aunque limitado a un mes inicial, el acuerdo considera extensiones si las partes implicadas alcanzan un consenso. Las condiciones del pacto incluyen la ejecución simultánea y coordinada por parte de la Federación Rusa, que al momento de la firma no había manifestado su aceptación formal. Sin embargo, se espera que el presidente ruso, Vladimir Putin, sea informado en detalle sobre los términos del acuerdo.

Además de la pausa en las hostilidades, el pacto tiene implicaciones más amplias, como la reanudación por parte de Estados Unidos del intercambio de inteligencia y la asistencia de seguridad a Ucrania. Ambas actividades habían estado suspendidas previamente debido a tensiones entre el expresidente norteamericano Donald Trump y el líder ucraniano Volodymyr Zelenskyy. Marco Rubio, secretario de Estado de EE.UU., expresó su esperanza en que este acuerdo sea aceptado por Moscú, destacando que la decisión ahora depende del Kremlin.

Las conversaciones, lideradas por el jefe de personal ucraniano Andriy Yermak, se llevaron a cabo en un contexto de tensión exacerbada por desacuerdos recientes entre Trump y Zelenskyy. Durante las negociaciones, Ucrania avanzó propuestas adicionales, como un cese específico de actividades ofensivas en el cielo y el mar, la liberación de prisioneros de guerra ucranianos y el retorno de menores trasladados a Rusia.

Mientras las conversaciones se llevaban a cabo en Jeddah, la situación en los campos de batalla continuaba siendo crítica. Las fuerzas rusas intensificaron sus ofensivas en la región de Kursk, recuperando un área de más de 100 kilómetros cuadrados anteriormente bajo control de Ucrania desde hacía siete meses. Esta actividad en el frente ilustra las complejidades sobre el terreno y subraya lo delicado del acuerdo recién alcanzado.

Otro tema relevante discutido durante las negociaciones fue un acuerdo sobre recursos minerales críticos. El pacto inicial concede a Estados Unidos el acceso a las reservas de minerales raros de Ucrania a cambio de garantías de seguridad, lo que podría tener implicaciones tanto en la reconstrucción ucraniana como en su integración a cadenas globales de suministro estratégico.

En paralelo al desarrollo de este acuerdo, se conocieron datos sobre un ataque perpetrado previamente por Ucrania con el uso de drones. Ucrania habría enviado 337 drones hacia Rusia, de los cuales 91 impactaron en la región de Moscú. Este asalto resultó en al menos tres fallecimientos y varios heridos, complicando aún más la viabilidad de consolidar una tregua integral.

El cese al fuego, a pesar de sus limitaciones temporales y sus condiciones de implementación, representa un esfuerzo significativo hacia la desescalada del conflicto y la apertura de un diálogo más amplio que permita mitigar las profundas tensiones que han caracterizado esta guerra. Sin embargo, su éxito continúa dependiendo de la respuesta de Rusia y del cumplimiento de los términos negociados por ambas partes.

Durante las intensas negociaciones, Rusia avanzó simultáneamente en el terreno, recuperando más de 100 kilómetros cuadrados en Kursk, una región que había estado bajo control ucraniano durante siete meses consecutivos.

Algo Curioso

“La pelota está en la cancha de Rusia”

– Señaló Marco Rubio, secretario de Estado de EE.UU., al comentar sobre el acuerdo.

Mar 11, 2025
Colglobal News

Ucrania ha aceptado un acuerdo de cese al fuego inmediato y temporal con una duración inicial de 30 días, según confirmaron fuentes oficiales. Este pacto fue alcanzado el 11 de marzo de 2025 en la ciudad de Jeddah, Arabia Saudita, bajo la mediación estadounidense tras siete horas de conversaciones críticas entre delegaciones de Estados Unidos y Ucrania. El acuerdo también requiere la aceptación por parte de Rusia para su implementación efectiva, en un esfuerzo por frenar el conflicto que comenzó hace más de tres años con la incursión rusa en territorio ucraniano.

El cese al fuego incluye la detención de hostilidades a todo lo largo de la línea del frente, así como en las operaciones aéreas y marítimas. Aunque limitado a un mes inicial, el acuerdo considera extensiones si las partes implicadas alcanzan un consenso. Las condiciones del pacto incluyen la ejecución simultánea y coordinada por parte de la Federación Rusa, que al momento de la firma no había manifestado su aceptación formal. Sin embargo, se espera que el presidente ruso, Vladimir Putin, sea informado en detalle sobre los términos del acuerdo.

Además de la pausa en las hostilidades, el pacto tiene implicaciones más amplias, como la reanudación por parte de Estados Unidos del intercambio de inteligencia y la asistencia de seguridad a Ucrania. Ambas actividades habían estado suspendidas previamente debido a tensiones entre el expresidente norteamericano Donald Trump y el líder ucraniano Volodymyr Zelenskyy. Marco Rubio, secretario de Estado de EE.UU., expresó su esperanza en que este acuerdo sea aceptado por Moscú, destacando que la decisión ahora depende del Kremlin.

Las conversaciones, lideradas por el jefe de personal ucraniano Andriy Yermak, se llevaron a cabo en un contexto de tensión exacerbada por desacuerdos recientes entre Trump y Zelenskyy. Durante las negociaciones, Ucrania avanzó propuestas adicionales, como un cese específico de actividades ofensivas en el cielo y el mar, la liberación de prisioneros de guerra ucranianos y el retorno de menores trasladados a Rusia.

Mientras las conversaciones se llevaban a cabo en Jeddah, la situación en los campos de batalla continuaba siendo crítica. Las fuerzas rusas intensificaron sus ofensivas en la región de Kursk, recuperando un área de más de 100 kilómetros cuadrados anteriormente bajo control de Ucrania desde hacía siete meses. Esta actividad en el frente ilustra las complejidades sobre el terreno y subraya lo delicado del acuerdo recién alcanzado.

Otro tema relevante discutido durante las negociaciones fue un acuerdo sobre recursos minerales críticos. El pacto inicial concede a Estados Unidos el acceso a las reservas de minerales raros de Ucrania a cambio de garantías de seguridad, lo que podría tener implicaciones tanto en la reconstrucción ucraniana como en su integración a cadenas globales de suministro estratégico.

En paralelo al desarrollo de este acuerdo, se conocieron datos sobre un ataque perpetrado previamente por Ucrania con el uso de drones. Ucrania habría enviado 337 drones hacia Rusia, de los cuales 91 impactaron en la región de Moscú. Este asalto resultó en al menos tres fallecimientos y varios heridos, complicando aún más la viabilidad de consolidar una tregua integral.

El cese al fuego, a pesar de sus limitaciones temporales y sus condiciones de implementación, representa un esfuerzo significativo hacia la desescalada del conflicto y la apertura de un diálogo más amplio que permita mitigar las profundas tensiones que han caracterizado esta guerra. Sin embargo, su éxito continúa dependiendo de la respuesta de Rusia y del cumplimiento de los términos negociados por ambas partes.

Durante las intensas negociaciones, Rusia avanzó simultáneamente en el terreno, recuperando más de 100 kilómetros cuadrados en Kursk, una región que había estado bajo control ucraniano durante siete meses consecutivos.

Ucrania ha aceptado un acuerdo de cese al fuego inmediato y temporal con una duración inicial de 30 días, según confirmaron fuentes oficiales. Este pacto fue alcanzado el 11 de marzo de 2025 en la ciudad de Jeddah, Arabia Saudita, bajo la mediación estadounidense tras siete horas de conversaciones críticas entre delegaciones de Estados Unidos y Ucrania. El acuerdo también requiere la aceptación por parte de Rusia para su implementación efectiva, en un esfuerzo por frenar el conflicto que comenzó hace más de tres años con la incursión rusa en territorio ucraniano.

El cese al fuego incluye la detención de hostilidades a todo lo largo de la línea del frente, así como en las operaciones aéreas y marítimas. Aunque limitado a un mes inicial, el acuerdo considera extensiones si las partes implicadas alcanzan un consenso. Las condiciones del pacto incluyen la ejecución simultánea y coordinada por parte de la Federación Rusa, que al momento de la firma no había manifestado su aceptación formal. Sin embargo, se espera que el presidente ruso, Vladimir Putin, sea informado en detalle sobre los términos del acuerdo.

Además de la pausa en las hostilidades, el pacto tiene implicaciones más amplias, como la reanudación por parte de Estados Unidos del intercambio de inteligencia y la asistencia de seguridad a Ucrania. Ambas actividades habían estado suspendidas previamente debido a tensiones entre el expresidente norteamericano Donald Trump y el líder ucraniano Volodymyr Zelenskyy. Marco Rubio, secretario de Estado de EE.UU., expresó su esperanza en que este acuerdo sea aceptado por Moscú, destacando que la decisión ahora depende del Kremlin.

Las conversaciones, lideradas por el jefe de personal ucraniano Andriy Yermak, se llevaron a cabo en un contexto de tensión exacerbada por desacuerdos recientes entre Trump y Zelenskyy. Durante las negociaciones, Ucrania avanzó propuestas adicionales, como un cese específico de actividades ofensivas en el cielo y el mar, la liberación de prisioneros de guerra ucranianos y el retorno de menores trasladados a Rusia.

Mientras las conversaciones se llevaban a cabo en Jeddah, la situación en los campos de batalla continuaba siendo crítica. Las fuerzas rusas intensificaron sus ofensivas en la región de Kursk, recuperando un área de más de 100 kilómetros cuadrados anteriormente bajo control de Ucrania desde hacía siete meses. Esta actividad en el frente ilustra las complejidades sobre el terreno y subraya lo delicado del acuerdo recién alcanzado.

Otro tema relevante discutido durante las negociaciones fue un acuerdo sobre recursos minerales críticos. El pacto inicial concede a Estados Unidos el acceso a las reservas de minerales raros de Ucrania a cambio de garantías de seguridad, lo que podría tener implicaciones tanto en la reconstrucción ucraniana como en su integración a cadenas globales de suministro estratégico.

En paralelo al desarrollo de este acuerdo, se conocieron datos sobre un ataque perpetrado previamente por Ucrania con el uso de drones. Ucrania habría enviado 337 drones hacia Rusia, de los cuales 91 impactaron en la región de Moscú. Este asalto resultó en al menos tres fallecimientos y varios heridos, complicando aún más la viabilidad de consolidar una tregua integral.

El cese al fuego, a pesar de sus limitaciones temporales y sus condiciones de implementación, representa un esfuerzo significativo hacia la desescalada del conflicto y la apertura de un diálogo más amplio que permita mitigar las profundas tensiones que han caracterizado esta guerra. Sin embargo, su éxito continúa dependiendo de la respuesta de Rusia y del cumplimiento de los términos negociados por ambas partes.

Durante las intensas negociaciones, Rusia avanzó simultáneamente en el terreno, recuperando más de 100 kilómetros cuadrados en Kursk, una región que había estado bajo control ucraniano durante siete meses consecutivos.

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