El jueves en la Ciudad de Gaza, un intento desesperado por acceder a alimentos terminó en tragedia cuando más de 100 palestinos fueron asesinados en el caos que siguió a la apertura de fuego por parte de tropas israelíes. Los palestinos, que se habían congregado alrededor de camiones de ayuda humanitaria en la esperanza de conseguir alimentos, se vieron atrapados en un tiroteo que desencadenó pánico y una estampida mortal. Los informes iniciales sugieren que muchos de los fallecidos fueron aplastados en el tumulto, mientras que otros sufrieron heridas de bala.
La magnitud de este suceso ha provocado una condena generalizada por parte de países árabes, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha expresado su preocupación sobre cómo este incidente podría complicar aún más las negociaciones para un cese al fuego en el conflicto de casi cinco meses. La distribución de alimentos en la rotonda de al-Nabusi, en la parte occidental de la ciudad, se convirtió en el epicentro de una de las jornadas más sangrientas en la reciente escalada de violencia.
Funcionarios israelíes reconocieron que sus tropas abrieron fuego, argumentando que lo hicieron al percibir que las personas que se precipitaban hacia los camiones de ayuda "representaban una amenaza". Esta explicación ha sido recibida con escepticismo y críticas, especialmente considerando el elevado número de víctimas civiles, incluidas mujeres y niños, según reportes de hospitales en Gaza.
La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ofreció una explicación similar, sugiriendo que muchos de los muertos fueron aplastados por los camiones después de que "los camiones de ayuda fueron abrumados por personas que intentaban saquear". Esta tragedia se suma al creciente número de muertos en la guerra de Israel contra los militantes de Hamas, que ahora supera los 30,000, según el ministerio de salud de Gaza, controlado por Hamas.