El gobierno colombiano, bajo la presidencia de Gustavo Petro, está en proceso de negociaciones para adquirir la empresa petroquímica Monómeros, situada en Barranquilla. Este movimiento se da en el contexto de la intención del régimen de Nicolás Maduro de vender la empresa a intereses privados. Monómeros, adquirida en su totalidad por el gobierno venezolano en 2006, es vital para la economía agrícola de Colombia. La empresa suministra el 40% de la demanda de fertilizantes del país y proporciona más de 1,700 empleos, de los cuales aproximadamente 600 son directos. El control de Monómeros ha sido un tema recurrente en las relaciones entre Colombia y Venezuela desde su adquisición por parte de Venezuela.
Al asumir la presidencia, Petro restableció relaciones diplomáticas con Venezuela y envió a su asesor, Armando Benedetti, para negociar la compra del 51% de las acciones de Monómeros. Sin embargo, estas propuestas no fueron respondidas por el gobierno chavista, lo que muchos interpretan como una táctica de desgaste. Recientes desarrollos indican que el nuevo ministro de Industria y Producción Nacional de Venezuela, Álex Saab, está buscando vender Monómeros al mejor postor. Saab asumió el cargo tras la detención del anterior ministro, Pedro Tellechea. La posible venta de Monómeros se complica aún más por la expectativa de un endurecimiento de las sanciones estadounidenses con la posible llegada de Donald Trump a la presidencia el 20 de enero de 2025.
Desde 2019, Monómeros estuvo bajo el control del gobierno interino de Juan Guaidó, conocido opositor de Maduro. La gestión de Guaidó se vio afectada por tensiones internas y acusaciones de corrupción, lo que finalmente debilitó su posición y permitió el retorno de la empresa al control del chavismo. El presidente Gustavo Petro considera la adquisición de Monómeros como un componente esencial para el desarrollo del sector agrícola en Colombia. En línea con esta visión, su gobierno ha delineado varias estrategias políticas para evitar la venta de la empresa a intereses privados, manteniendo su rol estratégico en la economía colombiana.
Recientemente, la Superintendencia de Sociedades de Colombia (SuperSociedades) intervino Monómeros debido a la posible venta de sus acciones. La medida busca evitar la insolvencia de la empresa y proteger la financiación que recibe de sus vinculados. La intervención, aunque no implica una toma de posesión, ha sido interpretada como un mecanismo de presión por parte del gobierno colombiano para evitar la privatización de la firma. El presidente Petro considera que Monómeros es crucial para la agricultura del país, ya que produce el 30% de la producción nacional y el 80% de los fertilizantes utilizados por los campesinos colombianos. Petro ha solicitado a Maduro reconsiderar la venta de la empresa, advirtiendo que la privatización de Monómeros representaría una seria dificultad para Colombia, especialmente en el contexto de su creciente dependencia del sector agrícola.
Expertos señalan que la situación podría generar tensiones entre Bogotá y Caracas, pero no se espera una ruptura de relaciones diplomáticas. Algunos analistas sugieren que la intervención de Colombia busca ganar tiempo para negociar la compra de Monómeros y evitar su venta a intereses privados. José Giraldo, geólogo y asesor en energía y petróleo, resalta que este es un asunto de dinero y que se requiere una solución diplomática, dado el impacto que tiene Monómeros en la economía agrícola de Colombia.