Spirit Airlines presentó una solicitud de protección por bancarrota bajo el Capítulo 11 en un tribunal de Estados Unidos, en un esfuerzo por reorganizarse y mejorar su situación financiera. La decisión se produce después de enfrentar pérdidas acumuladas de más de US$ 2.5 mil millones desde el inicio de la pandemia de COVID-19, con $335 millones de pérdidas solo en el primer semestre del año 2024.
Spirit Airlines declaró en su presentación judicial que sus activos y pasivos se sitúan en el rango de US$ 1 mil millones a US$ 10 mil millones. La aerolínea también reveló que enfrenta más de US$ 1 mil millones en pagos de deuda inminentes en el próximo año, con una deuda a largo plazo totalizando $3.1 mil millones. Para continuar sus operaciones durante el proceso de bancarrota, Spirit ha asegurado US$ 300 millones en financiamiento deudor en posesión.
A pesar de la bancarrota, Spirit ha asegurado a sus clientes que las operaciones continuarán con normalidad. Los pasajeros podrán seguir reservando vuelos y utilizando sus puntos de lealtad sin interrupciones. La empresa cuenta con una plantilla aproximada de 13,000 empleados entre trabajadores a tiempo completo y parcial, además de emplear a 8,000 contratistas independientes y personal temporal. No obstante, la aerolínea tiene planes de suspender temporalmente a 330 pilotos adicionales en enero de 2025, sumados a los 200 pilotos que ya fueron suspendidos en septiembre de 2024.
En el contexto del mercado, Spirit ha mantenido tarifas promedio para viajes nacionales de US$ 136 en 2024, cifra considerablemente menor que el promedio de la industria. Este enfoque de tarifas bajas ha presionado a las aerolíneas más grandes a ofrecer opciones similares. Desde finales de 2018, las acciones de Spirit han caído un 97%, y justo antes del anuncio de la bancarrota, sus acciones bajaron un 25%.
Los problemas de Spirit se han visto exacerbados por una serie de retos operacionales, incluyendo el retiro de motores defectuosos que dejó en tierra a varias de sus aeronaves, y el aumento de costos post-pandemia. Intentos de fusión con Frontier Airlines y JetBlue Airways no prosperaron, con esta última siendo bloqueada por un juez federal debido a preocupaciones antimonopolio sobre la propuesta de adquisición de US$ 3.8 mil millones.
Spirit Airlines tiene la intención de salir de la bancarrota durante el primer trimestre de 2025 con una deuda reestructurada y una mayor flexibilidad financiera. La reestructuración podría implicar modificaciones significativas en su modelo de negocio, incluyendo la introducción de tarifas agrupadas que proporcionen servicios adicionales, un cambio respecto a su enfoque tradicional de bajo costo y sin lujos.
Esta presentación de bancarrota es la primera de una aerolínea importante en Estados Unidos desde la de American Airlines en 2011, subrayando los desafíos persistentes que enfrentan las aerolíneas de bajo costo en un mercado competitivo y en constante cambio.