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Radiografías Revelan Metralla y Balas en Niños Víctimas de la Guerra en Sudán

Sudán enfrenta una tragedia humanitaria debido al conflicto armado, con severas consecuencias para la población infantil. La falta de suministros médicos y alimentos ha creado un círculo vicioso de desnutrición y enfermedad, exacerbando una situación ya crítica.

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Radiografías Revelan Metralla y Balas en Niños Víctimas de la Guerra en Sudán

Sudán enfrenta una tragedia humanitaria debido al conflicto armado, con severas consecuencias para la población infantil. La falta de suministros médicos y alimentos ha creado un círculo vicioso de desnutrición y enfermedad, exacerbando una situación ya crítica.

“La desnutrición lleva a enfermedades, y la enfermedad impide el acceso a alimentos, perpetuando un ciclo vicioso devastador”

- Destaca Médicos Sin Fronteras.

21/11/2024

Desde abril de 2023, Jartum, la capital de Sudán, ha sido el epicentro de un conflicto armado que ha dividido la ciudad entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Esta división ha cercenado la vida diaria de los civiles, impidiéndoles el acceso a necesidades básicas como alimentos, medicinas y atención médica.

El impacto de este conflicto sobre la población infantil es devastador. El hospital Bashair de Jartum, gestionado por la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), ha revelado casos de niños gravemente heridos debido a la violencia. Imágenes de rayos X muestran un fragmento de metralla en la cabeza de una niña de 20 meses y una bala en el pecho de un niño de 18 meses. A lo largo de 2024, este hospital ha tratado a 314 niños menores de 15 años por lesiones de disparos o explosiones, representando aproximadamente uno de cada seis pacientes heridos en la guerra.

La capacidad del hospital está severamente limitada debido a la falta de suministros médicos, que no han llegado en más de un año. Como resultado, no se pueden tratar quemaduras severas y todas las cirugías están paralizadas.

El estudio realizado por la London School of Hygiene & Tropical Medicine estima que más de 61,000 personas han fallecido en el estado de Jartum durante los primeros 14 meses del conflicto, lo que supone un aumento del 50% en la tasa de mortalidad en comparación con la situación previa a la guerra. De estas muertes, aproximadamente 26,000 fueron violentas, superando significativamente las 20,178 muertes por lesiones intencionales reportadas a nivel nacional por el Proyecto de Datos de Eventos y Localización de Conflictos Armados (ACLED).

Más allá de las muertes violentas, la mayoría de las defunciones son causadas por enfermedades prevenibles y desnutrición. Entre el 19 de octubre y el 8 de noviembre de 2024, MSF detectó 1,500 casos de desnutrición severa en mujeres y niños, de un total de 4,186 examinados. La falta de acceso a alimentos y atención médica ha creado un ciclo de vulnerabilidad creciente, donde la desnutrición lleva a enfermedades, y estas a su vez dificultan aún más el acceso a alimentos.

La falta de intervención adecuada y la escasa ayuda humanitaria han agravado la situación, generando un sufrimiento inmenso entre los civiles. La comunidad internacional ha sido instada a prestar atención urgente y a realizar esfuerzos diplomáticos significativos para poner fin al conflicto y abordar sus graves consecuencias.

Algo Curioso

“La desnutrición lleva a enfermedades, y la enfermedad impide el acceso a alimentos, perpetuando un ciclo vicioso devastador”

- Destaca Médicos Sin Fronteras.

Nov 21, 2024
Colglobal News

Desde abril de 2023, Jartum, la capital de Sudán, ha sido el epicentro de un conflicto armado que ha dividido la ciudad entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Esta división ha cercenado la vida diaria de los civiles, impidiéndoles el acceso a necesidades básicas como alimentos, medicinas y atención médica.

El impacto de este conflicto sobre la población infantil es devastador. El hospital Bashair de Jartum, gestionado por la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), ha revelado casos de niños gravemente heridos debido a la violencia. Imágenes de rayos X muestran un fragmento de metralla en la cabeza de una niña de 20 meses y una bala en el pecho de un niño de 18 meses. A lo largo de 2024, este hospital ha tratado a 314 niños menores de 15 años por lesiones de disparos o explosiones, representando aproximadamente uno de cada seis pacientes heridos en la guerra.

La capacidad del hospital está severamente limitada debido a la falta de suministros médicos, que no han llegado en más de un año. Como resultado, no se pueden tratar quemaduras severas y todas las cirugías están paralizadas.

El estudio realizado por la London School of Hygiene & Tropical Medicine estima que más de 61,000 personas han fallecido en el estado de Jartum durante los primeros 14 meses del conflicto, lo que supone un aumento del 50% en la tasa de mortalidad en comparación con la situación previa a la guerra. De estas muertes, aproximadamente 26,000 fueron violentas, superando significativamente las 20,178 muertes por lesiones intencionales reportadas a nivel nacional por el Proyecto de Datos de Eventos y Localización de Conflictos Armados (ACLED).

Más allá de las muertes violentas, la mayoría de las defunciones son causadas por enfermedades prevenibles y desnutrición. Entre el 19 de octubre y el 8 de noviembre de 2024, MSF detectó 1,500 casos de desnutrición severa en mujeres y niños, de un total de 4,186 examinados. La falta de acceso a alimentos y atención médica ha creado un ciclo de vulnerabilidad creciente, donde la desnutrición lleva a enfermedades, y estas a su vez dificultan aún más el acceso a alimentos.

La falta de intervención adecuada y la escasa ayuda humanitaria han agravado la situación, generando un sufrimiento inmenso entre los civiles. La comunidad internacional ha sido instada a prestar atención urgente y a realizar esfuerzos diplomáticos significativos para poner fin al conflicto y abordar sus graves consecuencias.

Desde abril de 2023, Jartum, la capital de Sudán, ha sido el epicentro de un conflicto armado que ha dividido la ciudad entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Esta división ha cercenado la vida diaria de los civiles, impidiéndoles el acceso a necesidades básicas como alimentos, medicinas y atención médica.

El impacto de este conflicto sobre la población infantil es devastador. El hospital Bashair de Jartum, gestionado por la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), ha revelado casos de niños gravemente heridos debido a la violencia. Imágenes de rayos X muestran un fragmento de metralla en la cabeza de una niña de 20 meses y una bala en el pecho de un niño de 18 meses. A lo largo de 2024, este hospital ha tratado a 314 niños menores de 15 años por lesiones de disparos o explosiones, representando aproximadamente uno de cada seis pacientes heridos en la guerra.

La capacidad del hospital está severamente limitada debido a la falta de suministros médicos, que no han llegado en más de un año. Como resultado, no se pueden tratar quemaduras severas y todas las cirugías están paralizadas.

El estudio realizado por la London School of Hygiene & Tropical Medicine estima que más de 61,000 personas han fallecido en el estado de Jartum durante los primeros 14 meses del conflicto, lo que supone un aumento del 50% en la tasa de mortalidad en comparación con la situación previa a la guerra. De estas muertes, aproximadamente 26,000 fueron violentas, superando significativamente las 20,178 muertes por lesiones intencionales reportadas a nivel nacional por el Proyecto de Datos de Eventos y Localización de Conflictos Armados (ACLED).

Más allá de las muertes violentas, la mayoría de las defunciones son causadas por enfermedades prevenibles y desnutrición. Entre el 19 de octubre y el 8 de noviembre de 2024, MSF detectó 1,500 casos de desnutrición severa en mujeres y niños, de un total de 4,186 examinados. La falta de acceso a alimentos y atención médica ha creado un ciclo de vulnerabilidad creciente, donde la desnutrición lleva a enfermedades, y estas a su vez dificultan aún más el acceso a alimentos.

La falta de intervención adecuada y la escasa ayuda humanitaria han agravado la situación, generando un sufrimiento inmenso entre los civiles. La comunidad internacional ha sido instada a prestar atención urgente y a realizar esfuerzos diplomáticos significativos para poner fin al conflicto y abordar sus graves consecuencias.

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