Toyota Motor, a través de su unidad Hino Motors, ha acordado un pago total de US$ 1.6 mil millones con las autoridades de Estados Unidos, luego de enfrentar acusaciones de fraude por vender motores diésel que no cumplían con los estándares de emisión entre 2010 y 2022. El acuerdo incluye una multa penal criminal de US$ 521.76 millones, US$ 442.5 millones en multas civiles a las autoridades estadounidenses y US$ 236.5 millones destinados al estado de California.
Según la acusación presentada en el Tribunal de Distrito de EE. UU. en Detroit, Hino Motors vendió 105,000 motores diésel de servicio pesado en Estados Unidos sin cumplir con los estándares de emisiones. Un panel interno de la empresa confirmó que Hino había falsificado datos de emisiones desde al menos 2003.
Además de las multas, el acuerdo establece un programa de mitigación valorado en US$ 155 millones para compensar las emisiones excesivas mediante la sustitución de motores marinos y de locomotoras. También se ha incluido un programa de retiro evaluado en US$ 144.2 millones para reparar fallos en motores de camiones de servicio pesado fabricados entre 2017 y 2019. Hino admitió que entre 2010 y 2019, presentó solicitudes falsas para obtención de certificación de motores, alteró datos de pruebas de emisiones y realizó pruebas inapropiadas, incluso fabricando datos sin pruebas subyacentes.
La Junta de Recursos del Aire de California inició una investigación en 2019 al encontrar inconsistencias en las solicitudes de certificación de Hino. Durante el segundo trimestre de octubre, Hino registró una pérdida extraordinaria de 230 mil millones de yenes (aproximadamente US$ 1.54 mil millones) para cubrir los costos ligados a la resolución de estos casos.
Como parte del castigo, Hino enfrentará un período de cinco años de libertad condicional, durante el cual no podrá importar motores diésel fabricados por la empresa a EE. UU. y deberá implementar un exhaustivo programa de cumplimiento y ética.
Este caso se añade a una serie de escándalos de emisiones en la industria automotriz, donde varios fabricantes han admitido vender vehículos con emisiones diésel excesivas. Volkswagen, por ejemplo, pagó más de US$ 20 mil millones en multas y acuerdos después de admitir en 2015 que engañó en las pruebas de emisiones.