En una entrevista reciente con el periódico italiano Corriere Della Sera, Stephen K. Bannon, exestratega jefe de Donald J. Trump, lanzó una fuerte crítica a Elon Musk, calificándolo como una "persona verdaderamente malvada". Esta declaración ha aumentado las tensiones entre ambos hombres, quienes han sido influyentes asesores de Trump a lo largo de su carrera política.
Bannon aseguró que se asegurará de que Musk no tenga acceso total a la Casa Blanca tras la toma de posesión de Trump el 20 de enero. "Lo echaré antes de que se inaugure", afirmó Bannon, refiriéndose al evento. "No tendrá una acreditación azul con acceso completo a la Casa Blanca. Será como cualquier otra persona".
Las palabras de Bannon se producen después de una guerra de declaraciones entre ambos personajes. Musk, quien invirtió más de 250 millones de dólares en la campaña presidencial de Trump y ha sido una figura constante a su lado, ha generado controversia dentro de la derecha de EE. UU. Algunos conservadores que inicialmente vieron con buenos ojos la incursión de Musk en la política republicana ahora sienten que han sido engañados.
El principal punto de conflicto entre Bannon y Musk ha sido el uso de visas H-1B para traer trabajadores extranjeros calificados a empresas de EE.UU. Mientras Musk apoya esta práctica, argumentando que es necesaria para atraer a los mejores talentos tecnológicos, Bannon la rechaza, alegando que perjudica a los trabajadores estadounidenses.
Además, Bannon cuestionó la implicación de Musk en la política estadounidense debido a sus orígenes sudafricanos durante el apartheid, sugiriendo que su perspectiva podría estar influenciada por su experiencia personal.
Aunque Musk no ha respondido públicamente a las críticas de Bannon, la disputa pone de relieve las crecientes divisiones dentro del movimiento político respaldado por Trump, con figuras de la derecha cuestionando el papel y la influencia del multimillonario en la política estadounidense.