El ataque con drones perpetrado el 21 de agosto de 2024 es considerado uno de los más relevantes en los últimos meses. Según el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, diez drones fueron interceptados en la periferia de la capital, aunque el Ministerio de Defensa ruso elevó la cifra a 11. En total, las autoridades rusas afirmaron haber abatido 45 drones en todo el país durante este ataque.
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A pesar de la magnitud del ataque, Sobianin declaró que no hubo daños ni víctimas. Sin embargo, las operaciones en los aeropuertos de Moscú se vieron temporalmente interrumpidas. Además de Moscú, las provincias fronterizas de Briansk, Bélgorod, Kursk, así como Oriol y Kaluga, también resultaron afectadas por la llegada de drones ucranianos.
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Este ataque se considera el mayor intento de bombardeo sobre Moscú desde diciembre de 2023, cuando se derribaron nueve drones en las cercanías de la ciudad. Desde 2023, Ucrania ha llevado a cabo ataques periódicos con drones en territorio ruso, siendo los aeródromos militares y las infraestructuras energéticas los principales objetivos.
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El reciente ataque ocurre apenas unos días después de otros incidentes significativos. El 18 de agosto, un ataque destruyó una planta de almacenamiento de diésel en la provincia de Rostov. El 14 de agosto, cuatro aeropuertos rusos fueron atacados simultáneamente, lo que fue celebrado por el presidente ucraniano Volodímir Zelenski en sus redes sociales. Además, el 16 de agosto, el Servicio de Inteligencia de Ucrania (GUR) llevó a cabo un ataque con drones contra el aeropuerto militar Savasleika, en Nizhni Nóvgorod, donde se reportó la destrucción de un caza MiG-31 y dos aviones de carga Il-76, además de daños en cinco aeronaves adicionales.
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Zelenski ha estado presionando a sus aliados para obtener misiles de largo alcance que puedan ser utilizados en territorio ruso, lo que podría cambiar la dinámica del conflicto. Timofi Milovanov, exministro de Economía de Ucrania, sugirió que el aumento de la actividad de drones en Moscú podría ser parte de una estrategia para fortalecer la posición de Ucrania en futuras negociaciones con Rusia.
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En respuesta a estos eventos, el alto representante de la UE, Josep Borrell, ha planteado la posibilidad de levantar restricciones sobre el uso de armamento por parte de Ucrania, argumentando que esto podría ayudar a avanzar en los esfuerzos de paz y mejorar la autodefensa de Ucrania. El caza MiG-31 destruido el 16 de agosto en Nizhni Nóvgorod es conocido por ser uno de los interceptores de mayor velocidad en servicio, capaz de alcanzar velocidades cercanas a los 3,000 km/h.